Sánchez y Aragonès condicionan el apoyo de ERC al Gobierno a pactar la mesa de diálogo

Pedro Sánchez y Pere Aragonès fían el apoyo de ERC al Gobierno en lo que queda de legislatura a que se puedan pactar las bases de la mesa de diálogo. Lo que el ministro Félix Bolaños ha definido de manera eufemística como "nuevo horizonte de estabilidad" significa que se han acordado unos principios y una metodología para ese punto de encuentro entre el Ejecutivo central y la Generalitat. Justo la falta de un marco común es una de las críticas que siempre ha planteado JxCAT para justificar su ausencia de la mesa. Estas bases se han de acordar en las próximas semanas para que los presidentes puedan verse el próximo mes de julio, "antes de las vacaciones", como ha especificado la 'consellera' de la Presidència de la Administración catalana, Laura Vilagrà.

Así lo han explicado fuentes conocedoras del encuentro que mantuvieron ayer en Madrid Vilagrà y Bolaños, que lo han calificado de productivo, sincero y positivo. Más de lo que podría denotar la comparecencia de Vilagrà ante los medios de comunicación, hecha en un tono mucho más desabrido que la de su contraparte de Moncloa.

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La intención del Ejecutivo de Pedro Sánchez es pasar página a la crisis que abrió el independentismo tras la Semana Santa, cuando se desveló el espionaje con el programa Pegasus a 60 líderes soberanistas. Justo ha sido la posición de esta problemática uno de los aspectos en que no hubo acuerdo, según reconoció el propio Bolaños.

Fuentes cercanas a ERC apuntan a que el Gobierno quiere "acelerar la agenda legislativa" para lo que queda de legislatura, tras la debacle del PSOE en las andaluzas. Para ello, necesita a los republicanos, pero la intención de Moncloa es que esta alianza no tenga la visibilidad del principio de este mandato, conscientes de que les puede perjudicar en algunos de los territorios en que haya votaciones autonómicas el 23 de mayo del año que viene.

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Pero para eso había que rehacer los puentes y eso es lo que había que hacer en la reunión entre Félix Bolaños y Laura Vilagrà, un primer paso para recuperar las confianzas pérdidas durante estos tres últimos meses. La iniciativa del encuentro fue del Ejecutivo central, pero desde el gabinete de Pedro Sánchez se considera que ha habido buena disposición por el lado catalán.

Posición del independentismo

Otra cosa es que ERC solo es una parte del independentismo. Tanto la CUP como JxCAT reniegan de volver a retomar la senda del diálogo. El presidente del grupo parlamentario de Junts en el Parlament, Albert Batet, lamentó que su partido no había sido informado con anterioridad del viaje de Vilagrà a Madrid. La réplica de Aragonès fue clara: se informó al Gobierno catalán en el Consell Executiu de este martes, donde la mitad de los miembros son de JxCAT.

El nuevo secretario de la formación, Jordi Turull, fue incluso más lejos acusando a ERC de "blanquear" la represión y el espionaje con Pegasus por acudir al encuentro con Félix Bolaños. Para Esquerra Republicana, en cambio, en la reunión se han planteado garantías para que cosas como el espionaje al independentismo no vayan a repetirse, según apuntan fuentes cercanas al Palau de la Generalitat.

Turull ha llegado a acusar a ERC de "blanquear" el espionaje con el 'software' Pegasus

En todo caso, este posible entendimiento en el Congreso no pasaría por el Parc Ciutadella. En el Parlament, nadie apuesta por que el PSC vaya a apoyar los presupuestos de la Generalitat. En la Cámara catalana, las espadas están en alto entre ERC y el socialismo catalán.

Base común

El reto ahora pasaría por acordar esta base común para que la mesa de diálogo pueda operar con una cierta normalidad, algo que no ha sido posible hasta ahora. Parece complicado cuando Laura Vilagrà centró su intervención tras la reunión con Félix Bolaños en "el fin de la agenda antirrepresiva", en una terminología más acorde con la CUP que con las posiciones que mantiene su propio partido. Bolaños, en cambio, se refirió a cambiar la ley del CNI y la de secretos oficiales, aspectos que no fueron comentados por su interlocutora, que por dos veces habló de "retirar las euroórdenes", algo que no está en la mano del Gobierno, al tratarse de una actuación judicial.

Bolaños sí que coincidió en la necesidad de "no judicializar" las tensiones entre Cataluña y el resto de España. Pero eso ya se está haciendo, por ejemplo, con la decisión del Ejecutivo de no llevar al Tribunal Constitucional la ley de usos de las lenguas oficiales en la escuela, con lo que esta norma, que contó con el apoyo del PSC, sigue en vigor aunque ha sido recurrida ante el Alto Tribunal por el PP, Ciudadanos y Vox.