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Sánchez quema a sus ministros más cercanos: Albares se suma a la lista de Bolaños y Robles
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Crisis con Argelia por Marruecos

Sánchez quema a sus ministros más cercanos: Albares se suma a la lista de Bolaños y Robles

Mantendrá al titular de Exteriores, al que está "muy unido", como ocurrió con Robles en la crisis del CNI. Se enfría la relación con el ministro de Presidencia por el "caso Pegasus"

Foto: Sánchez y Albares llevan más de una década juntos. (EFE/Fernando Alvarado)
Sánchez y Albares llevan más de una década juntos. (EFE/Fernando Alvarado)
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Por primera vez, en Moncloa hay quienes cuestionan que la estrategia del presidente de aguantar puede acabar con el Gobierno achicharrado. "Gobernar no es resistir", reflexiona alguien que conoce bien a Pedro Sánchez. La crisis de Argelia ha sido el último eslabón de una cadena de errores que empezó con el asilo en España del líder del polisario, Brahim Gali. En aquel momento se sirvió a Marruecos la cabeza de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Hoy, todas las miradas están puestas en su sucesor, José Manuel Albares. Mismo conflicto, distintos protagonistas y diferente solución. "Albares y el presidente están muy unidos, no le va a dejar caer", señalan fuentes próximas a Sánchez, que recuerdan que ambos se conocen desde hace casi una década. "Vienen juntos desde los tiempos de PSOE de Madrid", apostillan.

En el Gobierno hay preocupación, pero también la convicción de que será el propio Albares el que "saque la pata que metió". El titular de Exteriores es diplomático de carrera y está bien visto por sus colegas, "a diferencia de lo que pasaba con González Laya", argumentan fuentes socialistas que ponen el acento en la idea de que "la política exterior, históricamente, la llevan los presidentes. Sánchez es el ministro". En esta línea recae la defensa de Albares. La famosa carta que envió a Mohamed VI, en la que se asumía el cambio de postura sobre el Sáhara, lleva la firma del presidente. "Albares tiene las espaldas cubiertas. No caerá por esto porque él es un mero mediador", insisten. La polémica misiva se llegó a atribuir al exministro, Miguel Ángel Moratinos, que habría hecho de mediador con el reino alauí. Cabe recordar que tenía importantes errores, como referirse a Albares como responsable de Asuntos Europeos, Unión Europea y Cooperación. Nada que ver con su cargo.

placeholder Sánchez durante su última visita a Mohamed VI. (EFE)
Sánchez durante su última visita a Mohamed VI. (EFE)

En cuanto a las consecuencias de la enemistad con Argelia, por ahora, gracias a la intervención de Bruselas, parece que el suministro de gas está garantizado. Y respecto a la presión migratoria, fuentes gubernamentales señalan a este medio que "Argelia no tiene la capacidad de Marruecos para chantajearnos, como ocurrió con la frontera de Ceuta". Las Fuerzas de Seguridad dan por hecho que habrá un aumento en la llegada de pateras a las costas baleares este verano, pero también lamentan que "ahora sí saldrán en la televisión, pese a que llegan desde hace años".

Foto: El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune. (EFE/EPA/Ettore Ferrari)

En clave de pasillos, el hecho de que Albares no sea destituido no es alentador. En el partido contemplan el "caso Pegasus" como una plaga para el crédito de los "ministros fuertes". La situación del 'todopoderoso' Félix Bolaños es de "debilidad" para muchos. Tendrá que declarar en calidad de testigo en la Audiencia Nacional y, como adelantó El Confidencial, su papel no será fácil, ya que la ex directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, le señaló como responsable de la seguridad de los teléfonos del presidente y los ministros que fueron espiados. Desde Presidencia han intentado eximirse de esa responsabilidad, pero ahora, ante el juez, el ministro está obligado a decir la verdad.

Bolaños es la mano derecha de Sánchez. La persona a la que más veces llama al día, o al menos "llamaba", desliza un colaborador monclovita que percibe "cierto distanciamiento" entre ambos. Las expectativas para las elecciones andaluzas son un desastre y el presidente le ha confiado la estrategia. El socialismo está en pie de guerra y, pasado el sofocón del 19-J, si un milagro no lo remedia, exigirán cabezas a Sánchez. Los barones y alcaldes temen que el castigo al "sanchismo" les lastre en la cita electoral de 2023. El ambiente está enrarecido. Tanto que hay un fuerte malestar, incluso entre algunos ministros, por la visita privada que hará Bolaños para verse con el Papa el próximo lunes. El ministro de Presidencia es el encargado de las relaciones con el Vaticano, por lo que no debería sorprender, aunque la interpretación que hacen algunos compañeros de bancada es que "quiere ponerse al nivel de Yolanda Díaz o incluso del presidente".

Foto: Pedro Sánchez y Félix Bolaños. (EFE/Emilio Naranjo)

Queda por ver el recorrido judicial del "caso Pegasus", que el propio Bolaños construyó para firmar la paz con ERC tras la amenaza de los independentistas catalanes de romper con el Gobierno por haber sido escuchados por el CNI. Paz Esteban parece dispuesta a cobrarse su particular venganza tras las "presiones sin precedentes" que recibió de Moncloa para forzar su dimisión y el cuestionamiento que se hizo de su trabajo. La labor del CNI quedó en entredicho y también Margarita Robles.

La ministra siempre ha estado entre las mejor valoradas y, ahora, su popularidad ha caído. Ella ha optado por quedarse al margen y centrase en las labores de su departamento, pero el calendario no favorece su apuesta por un perfil bajo. En tres semanas, Madrid acoge la cumbre de la OTAN. Los socios de Podemos están dispuestos a boicotearla. Además, Hacienda prepara unos presupuestos donde Sánchez se ha comprometido a elevar los fondos destinados a Defensa y esto abrirá otra guerra en la coalición, que en estos días también ha escenificado en el Congreso sus grietas por la nueva postura ante Argelia.

La estrategia del Gobierno en los próximos días será explicar que el antiguo aliado argelino ha sucumbido a la presión de Putin. En Moncloa enmarcan lo sucedido en la convulsión geopolítica del momento y en el hecho de que España está "absolutamente comprometida con la OTAN". Mientras, sigue creciendo la teoría de que Marruecos tiene bajo chantaje al presidente porque sustrajo información sensible de su teléfono. Rabat ya hizo caer a una ministra y ha puesto en apuros a los "pesos pesados" del presidente.

Por primera vez, en Moncloa hay quienes cuestionan que la estrategia del presidente de aguantar puede acabar con el Gobierno achicharrado. "Gobernar no es resistir", reflexiona alguien que conoce bien a Pedro Sánchez. La crisis de Argelia ha sido el último eslabón de una cadena de errores que empezó con el asilo en España del líder del polisario, Brahim Gali. En aquel momento se sirvió a Marruecos la cabeza de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Hoy, todas las miradas están puestas en su sucesor, José Manuel Albares. Mismo conflicto, distintos protagonistas y diferente solución. "Albares y el presidente están muy unidos, no le va a dejar caer", señalan fuentes próximas a Sánchez, que recuerdan que ambos se conocen desde hace casi una década. "Vienen juntos desde los tiempos de PSOE de Madrid", apostillan.

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