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Fin de la luna de miel de ERC y el PSC en el Parlament a un año de las elecciones municipales
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La razón estriba en las municipales

Fin de la luna de miel de ERC y el PSC en el Parlament a un año de las elecciones municipales

De la entente entre republicanos y socialistas nacieron los acuerdos para renovar la cúpula de TV3 y otras entidades públicas. Ahora la relación se ha roto con una acusación a la alcaldesa de Hospitalet (PSC) en clave electoral

Foto: Jordi Puigneró, Pere Aragonès y Salvador Illa en el Parlament. (EFE/Quique García)
Jordi Puigneró, Pere Aragonès y Salvador Illa en el Parlament. (EFE/Quique García)
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La luna de miel entre ERC y el PSC en el Parlament ha acabado en este fin de curso político, donde la mirada del público está en los incendios, la saturación de la AP-7 y la ola de calor. Todo el año los socialistas han manejado una oposición de terciopelo. Pero ahora la baraja se ha roto y el pacto tácito en la Cámara catalana puede darse por enterrado con el voto de los republicanos para que la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, acuda a declarar ante la comisión de Asuntos Institucionales por un presunto caso de corrupción en el municipio.

La comparecencia de Marín es el final de un curso que se había basado en el entendimiento. Ahí nacieron las negociaciones para renovar la cúpula de TV3 y del resto de entidades públicas. También la alianza para la Ley de aprendizaje de las lenguas oficiales. Salvador Illa ofrecía un pacto y luego los independentistas se desangraban peleándose entre ellos para, acto seguido, acabar aceptando los acuerdos.

Foto: Aragonès marca las distancias con su portavoz en Madrid. (EFE/Alberto Estévez)

La comparecencia de Núria Marín, del PSC, se explica en clave de las próximas elecciones municipales. La alcaldesa de la segunda ciudad de Cataluña preside también la Diputación de Barcelona. Oriol Junqueras está maniobrando para que ERC crezca en el área metropolitana en los comicios de mayo de 2023, justo donde JxCAT lo tiene todo perdido. Marín es un hueso duro de roer. Esquerra la ha acusado de una corruptela en el Consell d’Esports de L’Hospitalet. El escándalo ya le ha costado el cargo a un concejal, Cristian Alcázar.

El acusador fue un regidor de ERC, Jaume Graells, estrecho colaborador de Ernest Maragall cuando ambos militaban en el PSC. Maragall se presenta por Barcelona y los republicanos han escogido a Graells para que haga lo propio por L’Hospitalet. Pero para el gran público es poco conocido, nada que ver con la presencia de Marín, a quien, por cierto, la Fiscalía ha exculpado en un caso que puede ser de mala gestión. Justo por ello, ERC también ha pedido que Graells comparezca en el Parlament. Es un modo de avanzar la campaña de las municipales y de otorgar visibilidad a un candidato desconocido para el gran público.

El PSC trató de replicar intentando que a la misma comisión del Parlament acudiese Xavier Vendrell, el dirigente de ERC encausado en el caso Voloh. Sin embargo, como JxCAT no respaldó esta iniciativa, los de Salvador Illa se quedaron a un palmo de conseguir su venganza.

El fin de la paz

Tras el fin de la paz parlamentaria no se prevé una reacción inmediata. La sensación generalizada en la Cámara catalana es que el curso está agotado. Pero en septiembre se espera que el PSC regrese a una oposición más convencional, como la que le hacían a Artur Mas, basada en el control de la gestión pública, algo un tanto olvidado desde la época del 'procés'.

La normalización a la que aspiraba el PSC le devuelve a una oposición tradicional

Por su parte, la Generalitat tiene el reto de volver a aprobar los presupuestos de 2023. Esta vez no puede contar con la CUP, que ya ha pasado a la oposición. Así que la única carta real con la que cuenta el Govern de ERC y JxCAT son los comunes. Eso marcará la vida parlamentaria a partir de septiembre.

Precedente estival

El precedente estival del año pasado fue un PSC ofreciendo a diestro y siniestro su apoyo a los presupuestos de la Generalitat. Después de la ruptura de esta semana, es poco previsible que se repita este escenario. Ciertamente, se ha preservado la continuidad y la estabilidad institucional. Y se ha evitado convertir el catalán en un arma de división política. Pero, el pasado verano, el Govern rechazó a los socialistas y prefirió primero a la CUP y luego a los comunes. Ahora, además, tiene la carta de poder prorrogar las cuentas.

Además, la apertura de juicio oral para Laura Borràs puede hacer que ni siquiera hagan falta ofertas de pactos socialistas para sembrar la cizaña. Como señala un diputado del PSC con larga trayectoria, las cosas caerán por su propio peso.

La luna de miel entre ERC y el PSC en el Parlament ha acabado en este fin de curso político, donde la mirada del público está en los incendios, la saturación de la AP-7 y la ola de calor. Todo el año los socialistas han manejado una oposición de terciopelo. Pero ahora la baraja se ha roto y el pacto tácito en la Cámara catalana puede darse por enterrado con el voto de los republicanos para que la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, acuda a declarar ante la comisión de Asuntos Institucionales por un presunto caso de corrupción en el municipio.

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