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La 'inflación' turística hace saltar las costuras de Sevilla en Semana Santa
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Estrena hoteles y tren de alta velocidad

La 'inflación' turística hace saltar las costuras de Sevilla en Semana Santa

La ciudad alcanza ya 65.000 plazas en establecimientos y pisos turísticos, que estarán llenas este fin de semana para alegría del sector y desesperación de los cofrades tradicionales

Foto: Salida de la Hermandad de la Hiniesta, en Sevilla. (EFE/Julio Muñoz)
Salida de la Hermandad de la Hiniesta, en Sevilla. (EFE/Julio Muñoz)

Cada año, las hermandades de Sevilla suelen anunciar con orgullo sus estrenos (una corona para la Virgen, una túnica bordada para el Señor, etc.). Pero este año es la ciudad entera la que parece de estreno. En primer lugar, porque es la primera Semana Santa sin pandemia (el pasado año se mantenían las mascarillas y se percibía aún el miedo a la multitud). Y, en segundo lugar, porque a las enormes ganas de los locales se han sumado con fuerza los llegados de fuera, que están copando como nunca espacios hasta ahora reservados para los sevillanos (desde balcones para ver procesiones a tabernas cofrades y rincones desconocidos que internet ha popularizado).

Parte de este crecimiento se debe a que más de la mitad de los 20 hoteles de cuatro y cinco estrellas anunciados en los últimos años ya se han terminado y han abierto sus puertas, aportando a la ciudad más de 3.500 nuevas plazas de alto standing que compiten con el tradicional Hotel Alfonso XIII. A pesar de ese aumento, en estos días Sevilla espera rozar el lleno tanto en sus 278 establecimientos hoteleros con 23.183 plazas como en sus 211 Apartamentos Turísticos (que suman 6.035 plazas).

Foto: El album de Holy Cards junto con algunos sobres y las cartas que se intercambian. (Cedida/Holy Cards)

Sin embargo, ese gran volumen de plazas hoteleras tradicionales ha sido ya ampliamente superado por el que ofrecen los pisos turísticos de la ciudad. Según datos de la Consejería de Turismo de la Junta, actualmente hay dadas de alta un total de 6.705 VFT (viviendas con fines turísticos), que suponen 32.493 plazas. Es decir, más plazas que los de hoteles y apartamentos juntos. En total, son más de 65.000 plazas a disposición de los viajeros que se llenarán estos días.

A ellos hay que sumar los numerosos visitantes que se quedan en casas de familiares y amigos en estos días, así como los que van a pasar el día a Sevilla desde las provincias cercanas y vuelven de noche, por lo que la cifra de visitantes diarios se puede acercar a los 100.000 en una ciudad con 700.000 habitantes.

Esos 65.000 turistas que abarrotan todas las plazas de alojamientos disponibles oficialmente en Sevilla se notan también especialmente en la estación de tren de Santa Justa, donde se encuentra el otro gran estreno de esta Semana Santa.

placeholder El alcalde de Sevilla y el consejero de Presidencia de la Junta, en el viaje inaugural de Iryo.
El alcalde de Sevilla y el consejero de Presidencia de la Junta, en el viaje inaugural de Iryo.

Desde el pasado fin de semana, la empresa Iryo ha acabado con el monopolio de 31 años de Renfe con sus AVE y ha empezado a operar en Andalucía con sus nuevos trenes de alta velocidad. Esta empresa, de mayoría accionarial italiana, ha lanzado una oferta de 250.000 billetes Madrid-Sevilla por 18 euros para promocionar este nuevo transporte alternativo, provocando un mayor apetito por acudir a la capital sevillana. Por su parte, Renfe ofrece más de 189.000 plazas en los trenes AVE para viajar entre Madrid y Sevilla, Córdoba y Málaga desde el viernes de Dolores hasta el lunes 10 de abril.

Con todos estos mimbres, no es difícil entender que esta Semana Santa la presencia de tantos visitantes es más notoria que nunca y se ha convertido en una auténtica bendición para el sector turístico (hoteles, restaurantes, bares, taxis y VTC, comercios, tablaos flamencos, etc.) y en una auténtica maldición para los cofrades locales, que ven en esta invasión un estorbo añadido a la situación de unas cofradías que se encuentran en un momento muy delicado por un crecimiento desmedido de esta fiesta.

La ciudad estrena varios hoteles de 4 y 5 estrellas y el nuevo tren de alta velocidad de Iryo

Y es que el fenómeno de las hermandades y cofradías de Sevilla se ha desbordado en este siglo y, especialmente, en los últimos años. Desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección son 60 las cofradías que recorren el centro de la ciudad para llegar hasta la catedral, con unos 100 pasos y con más de 60.000 nazarenos. Podrían ser más si se cuenta a las 11 hermandades que ya salen por sus barrios en las denominadas vísperas: el Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión.

El incremento del número de nazarenos está siendo especialmente significativo este año. Una vez pasada la pandemia (o quizá para dar gracias por ello), miles de personas han decidido hacer estación de penitencia por primera vez con su cofradía. El mayor exponente de este año es la Hermandad de la Macarena, en la que más de 4.400 personas han sacado su “papeleta de sitio” para participar en el cortejo, de las que 3.800 son nazarenos y el resto son costaleros, armaos romanos, músicos, etc.

placeholder Cofradía en las calles de Sevilla.
Cofradía en las calles de Sevilla.

Esta situación supone un verdadero problema de organización para una Semana Santa que fue concebida como la conocemos actualmente en el último siglo, con muchos menos nazarenos en cada cofradía y cuando se podía pasear por las calles del centro de Sevilla acompañando al paso del Cristo o la Virgen. Eran tiempos en los que la ciudad presumía de saber moverse en la bulla (multitud) y de autogestionarse.

Sin embargo, los graves incidentes del año 2000 demostraron que aquel mito se había acabado y desde entonces, tanto en Consejo General de Hermandades y Cofradías como el Ayuntamiento de Sevilla llevan años intentando poner orden para que no se llegue al colapso de la ciudad en estos días, en que medio millón de personas se concentran diariamente en el centro de la capital.

placeholder Centro de coordinación de emergencias para Semana Santa en el Ayuntamiento de Sevilla. (Cecop)
Centro de coordinación de emergencias para Semana Santa en el Ayuntamiento de Sevilla. (Cecop)

El Gobierno municipal creó un organismo de coordinación con todas las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y departamentos municipales, llamado Cecop, que mueve a más de 6.000 efectivos —más de 4.000 de seguridad— y que está pendiente de todos los detalles imaginables en estos días, desde el tráfico de vehículos al control de acceso de peatones por calles colapsadas, desde la ubicación de puntos de asistencia sanitaria a WC portátiles o sitios para dejar carritos de bebés, desde puntos de reparto de agua a reparación de calzadas con baches para evitar caídas.

Mención especial merece el esfuerzo que realiza estos días la empresa municipal de limpieza, Lipasam, con 801 personas (363 contratadas como refuerzo de la plantilla), y 295 vehículos, que cada noche se enfrentan a la tarea de dejar como nuevo el centro de la ciudad, que ofrece un aspecto lamentable al acabar cada jornada.

Esa es quizás una de las mayores demostraciones de que la Sevilla capillita, que sabía comportarse y daba ejemplo de orden y limpieza en Semana Santa en la ciudad, se ha transformado en una masa multitudinaria que deja tras sí en las calles el mismo aspecto que un concierto o un partido de fútbol: vías cubiertas de residuos, plásticos, envoltorios y muchos vasos de plástico.

placeholder Operarios de Lipasam trabajan por la noche junto a la catedral.
Operarios de Lipasam trabajan por la noche junto a la catedral.

La venta de alcohol se ha convertido en un tema espinoso entre cofrades y hosteleros. El ayuntamiento lleva unos años aplicando mano dura, prohibiendo su venta en determinadas horas y puntos de la ciudad, y siendo implacables contra los botellones en las calles. Estas medidas han sido efectivas y muchos jóvenes que acudían al centro con bolsas de bebidas para ver cofradías han tenido que buscarse otras zonas para sus fiestas callejeras.

Los adultos han tenido que buscar también otras fórmulas para tomar un trago o para ver las cofradías sin la multitud. Una de las más demandadas últimamente es el alquiler de balcones (o la vivienda entera) situados en puntos estratégicos del centro, como la denominada Carrera Oficial, por la que pasan todas las hermandades. Este año se han llegado a ver anuncios en conocidas web por más de 8.000 euros la semana (incluyendo catering), por lo que Hacienda anunció que investigaría si se trata de contratos legales.

Este año, los balcones serán fundamentales para ver el colofón de la Semana Santa de Sevilla 2023, que tendrá un Santo Entierro Grande. Eso supone que 15 pasos muy conocidos de distintas hermandades se unirán el Sábado Santo a la hermandad del Santo Entierro para presentar en orden cronológico las escenas de la pasión de Cristo.

Foto: Feijóo (2d); junto a Juanma Moreno (2i) y el candidato popular a Sevilla, José Luis Sanz (d) en la Semana Santa de Sevilla. (Joaquín Corchero/Europa Press)

Un evento de estas características no se producía desde hace 19 años, lo que da idea de la expectación que levanta entre los sevillanos y entre cofrades de toda España, que acudirán a la capital andaluza ese día que no hay pasos en el resto del país. Tradicionalmente, muchos sevillanos se van a descansar a playas cercanas tras la famosa Madrugada (del jueves al viernes) para pasar el fin de semana. Sin embargo, la celebración del Santo Entierro provocará este año que muchos se queden y que a ellos se sumen los de fuera.

A estas alturas, intentar reservar en algún restaurante del centro de la ciudad para este fin de semana parece tarea imposible. Curiosamente, buena parte de las reservas no son de los sevillanos, sino de turistas nacionales y extranjeros que gracias a internet están perfectamente informados de las tradiciones locales. Un buen ejemplo es El Rinconcillo (el bar más antiguo de Sevilla), donde las colas de guiris en su puerta han ahuyentado a su histórica clientela local. Algo parecido ocurre con Casa Ricardo, una taberna cofrade donde a día de hoy es imposible entrar sin reserva (aunque este Martes Santo hizo hueco al presidente de la Junta, Juanma Moreno, que invitó allí a Alberto Núñez Feijóo a sus famosas croquetas).

Sin embargo, esa enorme demanda ha provocado una explosión de nuevos establecimientos hosteleros en la ciudad. Muchos son franquicias nacionales o internacionales, pero otros son bares sevillanos de toda la vida que se han modernizado y han dejado de apuntar las comandas con tiza en la barra para hacerlo en un dispositivo móvil. No es difícil comprobar estos días que Casa Manolo —nombre ficticio— se ha convertido en Gastrobar Don Manuel, donde se sirve la misma tapa de ensaladilla pero con una presentación mucho más sofisticada y con nuevos precios, siempre al alza y con el argumento consabido de la inflación y el aumento de costes.

Sevilla vive estos días una transformación que marca la temporada alta turística y que tendrá en apenas dos semanas otra explosión con la llegada de la Feria de Abril. Toda esta actividad económica mueve miles de empleos que una ciudad que recibe cada año más de 3 millones de turistas y que aspira a consolidarse como destino urbano de calidad, aunque eso suponga para los cofrades perder parte de la identidad de una Semana Santa íntima que no volverá.

Cada año, las hermandades de Sevilla suelen anunciar con orgullo sus estrenos (una corona para la Virgen, una túnica bordada para el Señor, etc.). Pero este año es la ciudad entera la que parece de estreno. En primer lugar, porque es la primera Semana Santa sin pandemia (el pasado año se mantenían las mascarillas y se percibía aún el miedo a la multitud). Y, en segundo lugar, porque a las enormes ganas de los locales se han sumado con fuerza los llegados de fuera, que están copando como nunca espacios hasta ahora reservados para los sevillanos (desde balcones para ver procesiones a tabernas cofrades y rincones desconocidos que internet ha popularizado).

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