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Devoción y tradición sin alcohol: Ley Seca en la Semana Santa de Sevilla para evitar incidentes
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ES EL TERCER AÑO

Devoción y tradición sin alcohol: Ley Seca en la Semana Santa de Sevilla para evitar incidentes

Los bares no pueden servir bebidas alcohólicas desde una hora antes del paso de cofradías y el cierre en la Madrugada será a la una. La medida divide a los vecinos

Foto: Un penitente de la Hermandad de La Vera Cruz. (EFE/Raúl Caro)
Un penitente de la Hermandad de La Vera Cruz. (EFE/Raúl Caro)

“La Semana Santa es una fiesta que tiene raíz religiosa y no se puede distorsionar su escenario”. Es la advertencia que hace el delegado de Seguridad y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera, para justificar medidas como la conocida como Ley Seca que este año vuelve a imponerse en las calles del centro de la ciudad tras dos años sin procesiones y que genera división entre los vecinos.

Las normas que se aplican a la hostelería contemplan la prohibición de vender bebidas alcohólicas desde el pasado Viernes de Dolores y hasta el Domingo de Resurrección una hora antes de la llegada de la cruz de guía que abre los cortejos procesionales a la altura del establecimiento y hasta después de su paso. ¿En toda Sevilla? No, para ello se han establecido hasta siete sectores que están afectados por estas restricciones. Tampoco podrán expenderse bebidas susceptibles de ser consumidas en la calle en ningún tipo de envase ni hielo y los veladores tendrán que levantarse también durante ese horario de limitaciones. Para la Madrugada se ha fijado la una como el horario de cierre de los locales, con algunas excepciones muy puntuales que obligan además a adoptar otras medidas: los clientes tendrán que estar sentados en el interior, en las mesas y sillas autorizadas y sin superar el aforo permitido; no se podrá servir alcohol; y tendrá que haber un vigilante de seguridad en la puerta.

Foto: Nazarenos de la Hermandad de San Gonzalo a su paso por el puente de Triana. (EFE/Raúl Caro)

El fin último es evitar los altercados, los botellones y otros comportamientos incívicos que ensucian la fiesta y los riesgos que suponen también para la seguridad de las procesiones la presencia de cristales y latas en la vía pública. Argumentos sensatos que dividen, no obstante, a los sevillanos y que lastran los ingresos del sector hostelero. La Semana Santa en Sevilla es una fiesta que tiene una amplia repercusión en la economía local y que supone, en la mayoría de los casos, más del 60% de los ingresos anuales. El evento tiene también en los ‘templos’ gastronómicos y de ocio uno de sus pilares.

Las patronales del comercio y la hostelería estiman que esta fiesta mayor tiene un impacto económico directo en la ciudad de 400 millones de euros y que se traduce en la creación de más de 2.500 puestos de trabajo. Por lo que, este año, en una fase de recuperación económica será clave para una industria que ha sido duramente golpeada por la pandemia, según apunta el presidente de los hosteleros, Antonio Luque. A pesar de la lluvia, que ya rompió el Lunes Santo, el sector confía en que el balance general sea muy satisfactorio, después de haber rozado el lleno en los primeros días.

placeholder Salida de San Roque este Domingo de Ramos en Sevilla. (Reuters)
Salida de San Roque este Domingo de Ramos en Sevilla. (Reuters)

Cuando se estrenó esta medida, que se aplica por tercer año, los hosteleros cifraron en un 20% la caída de las ventas por la Ley Seca, registrándose menos público durante las noches y favoreciendo el incremento de la venta ilegal, cuestiones que se revisaron y que el sector confía en que se combatan este año con mayor número de inspecciones. Así, en la regulación que el Ayuntamiento de Sevilla está aplicando estos días se contempla un especial seguimiento de la venta ambulante: se prohíbe la actividad comercial en establecimientos no autorizados e inadecuados como son quioscos, soportales y hasta garajes y se evitarán elementos anexos sin permiso como son cámaras frigoríficas. Las tiendas de alimentación tendrán una limitación horaria de cierre de 22 a 8 horas, incluyendo la Madrugada.

Foto: Procesión del Resucitado de Linares. (Instagram: @pasiondelinares)

Las restricciones que impone la Ley Seca también favorecerán la reducción de los ruidos y la contaminación acústica, pues se obligará a consumir durante el paso de las procesiones en locales con puertas y ventanas cerradas. Además, los servicios municipales incrementan sus refuerzos para mejorar la limpieza ante la alta concentración de personas. Como dato ilustrativo, sólo el Domingo de Ramos los operarios de la empresa de limpieza, Lipasam, retiraron un total de 128.713 kilos de residuos de la zona de influencia de las procesiones. Y sólo el Lunes Santo, por ejemplo, se repartieron en la Carrera Oficial 9.000 bolsas para desperdicios.

La Madrugada, a raíz de los incidentes vividos en el año 2000, quedó marcada y cambió el concepto de la fiesta: el público fue decreciendo ante el temor a nuevas estampidas y situaciones de inseguridad creadas y las autoridades se vieron obligadas a multiplicar la presencia policial y la coordinación. “Tenemos un diamante en las manos, algo con muchas devociones, identitario y con mucha riqueza patrimonial que tiene que venir acompañado de la propia sociedad para que no vaya deteriorándose por comportamientos incívicos”, apunta el delegado municipal ante las críticas de los sevillanos que ven con recelo la Ley Seca.

“La Semana Santa es una fiesta que tiene raíz religiosa y no se puede distorsionar su escenario”. Es la advertencia que hace el delegado de Seguridad y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera, para justificar medidas como la conocida como Ley Seca que este año vuelve a imponerse en las calles del centro de la ciudad tras dos años sin procesiones y que genera división entre los vecinos.

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