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El PP, dispuesto a negociar con PNV y PSC si sus votos son determinantes en Euskadi y Cataluña
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ESPERAN SER "DECISIVOS"

El PP, dispuesto a negociar con PNV y PSC si sus votos son determinantes en Euskadi y Cataluña

Génova ofrecerá sus escaños a Pradales a cambio de cesiones programáticas para tumbar las alianzas de Sánchez. Los populares condicionan un posible diálogo con Illa a que "abandone" las políticas vinculadas al 'procés'

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), junto al candidato del partido en País Vasco, Javier de Andrés (d). (Europa Press/H. Bilbao)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), junto al candidato del partido en País Vasco, Javier de Andrés (d). (Europa Press/H. Bilbao)
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El PP se lanza a resucitar su marca en los dos territorios más hostiles para los azules. Aunque las urnas tendrán la última palabra, las encuestas apuntan a un crecimiento del partido de Feijóo tanto en País Vasco como en Cataluña, abonado por la desaparición de Ciudadanos y el trasvase que, en mayor o menor medida, esperan de fuerzas políticas como el PSOE, PNV o Vox. Pero más allá del número de escaños, lo que más preocupa al PP es su aspiración de convertirse en actor protagonista de estos territorios tras una larga temporada en el exilio.

Génova quiere que sus votos sean determinantes para la gobernabilidad de País Vasco y Cataluña. Y ese anhelo va acompañado de una predisposición a explorar posibles alianzas postelectorales. Con el PNV sería más fácil para Feijóo. Pero en Génova afirman que también abrirían la puerta a un diálogo con el PSC. Eso sí, toda posibilidad de ayudar a Salvador Illa en su carrera por la Generalitat iría acompañada de unas duras condiciones que, a priori, imposibilitan cualquier acercamiento. "Ahora mismo el PSC no está en condiciones de cumplir nuestros requisitos", inciden.

No es la primera vez que el PP se echa a un lado para facilitar gobiernos del PNV o del PSOE. Feijóo dio orden de entregar sin condiciones hasta seis alcaldías en País Vasco, incluida la de Vitoria, para recortar la cuota de poder de EH Bildu tras las últimas elecciones municipales. El líder popular repitió el patrón en el Ayuntamiento de Barcelona, donde los azules apoyaron a Jaume Collboni para evitar que los independentistas se hiciesen con el consistorio. No les sirvió de mucho. El regidor socialista se abre ahora a incluir a ERC en su ejecutivo municipal tras la pérdida del apoyo de los comunes.

Lo de prestar votos de forma gratuita ya no es una opción para el PP, que intentará hacer valer su influencia si otras fuerzas terminan llamando a su puerta. En País Vasco se ven con más opciones por las coincidencias idelógicas con los jeltzales, sobre todo en el terreno económico. "Si la noche electoral conseguimos ser una fuerza influyente, tendremos en nuestra mano que el PNV no dependa de Sánchez o, al menos, que no dependa sólo de Sánchez", analizan fuentes cercanas a Feijóo.

Foto: El candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales (2-i), junto al presidente del PNV, Andoni Ortuzar (2-d), y el lehendakari, Iñigo Urkullu. (EFE/Luis Tejido)

Las encuestas en Euskadi anticipan un escenario abierto. EH Bildu adelantó al PNV en la última semana pero, a priori, el partido que lidera Imanol Pradales está en condiciones de sumar con el PSE. Si el desgaste de los peneuvistas se acentúa y los socialistas se estancan, la única baza para sumar mayoría frente a los abertzales podría pasar por el PP. Los de Feijóo se ven con fuerza para mantener por sí mismos los seis escaños que sumaron en coalición con Ciudadanos en las autonómicas de 2020, aunque aspiran a elevar esa marca hasta los ocho o nueve diputados en el Parlamento Vasco, en función de si consiguen o no arrebatar a Vox su único escaño. La opción menos probable, al menos según los sondeos, es que PNV y PP sumen por sí solos los 38 escaños de la mayoría absoluta.

Si se diese ese escenario, las condiciones del PP serían exclusivamente programáticas. No exigirían puestos orgánicos dentro de un hipotético gobierno. El objetivo que persiguen los populares, liderados en Euskadi por Javier de Andrés, es convertirse en "fuerza tractora" hacia la "moderación" y el "centroderecha económico y liberal", con requisitos en materia de vivienda o política industrial que terminen reflejándose en los presupuestos autonómicos. Pero lo que realmente motiva a Génova es que un pacto de estas características ayudaría a desbaratar las alianzas de Sánchez en la arena nacional.

Foto: Javier de Andrés y Alberto Núñez Feijóo el pasado marzo en la presentación del libro del primero. (EFE/Luis Tejido)

"Ahora mismo somos irrelevantes, pero queremos ser decisivos", apuntan también en el PP vasco. Es la misma tesis que esperan replicar el próximo 12 de mayo. Como publicó El Confidencial, los populares se ven capaces de multiplicar por cinco su resultado en Cataluña. Alejandro Fernández parte de un bajísimo suelo de tan sólo tres diputados, y la meta es demostrar no sólo que el PP ha recuperado músculo electoral, sino exhibir que Salvador Illa tiene alternativa al pacto con el separatismo para apuntalar su gobierno.

En la dirección de Génova apuntan a que responderían a una hipotética llamada de los socialistas por "sentido de Estado", pero la primera condición ineludible sería la de "abandonar de forma inmediata todas las políticas vinculadas al procés". En el cuartel general de los populares rebajan, no obstante, las opciones de que ese hipotético diálogo llegase a buen puerto porque el PSC "ha abandonado el bando constitucionalista". "Veremos qué se puede hacer", resumen.

Mucho más duro se ha mostrado el candidato del PP en Cataluña, Alejandro Fernández. Preguntado hace unos días en Onda Cero sobre si apoyaría un Gobierno del PSC para evitar que el independentismo llegue a la Generalitat, el dirigente popular señaló que sólo valoraría un eventual apoyo si los socialistas "rompen previamente todos sus acuerdos con el separatismo", y no sólo en Cataluña, sino también en el Congreso de los Diputados. "No vamos a llegar a un acuerdo con Salvador Illa para que al día siguiente nos deje en la estacada", señaló.

Foto: Una joven con una bandera de España en una concentración organizada por S'ha Acabat y otras asociaciones en Madrid. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

En el cuartel general del PP aseguran que los líderes territoriales tendrán una voz protagonista sobre los posibles pactos postelectorales, pero que cualquier decisión deberá contar también con el visto bueno de Feijóo. No habrá, por tanto, libertad total, lo que puede reabrir tensiones especialmente con Alejandro Fernández. Importante recordar que la idea inicial del presidente del PP era relevar al dirigente catalán como candidato por las discrepancias internas con la estrategia en Cataluña. Los dos líderes se han esforzado por aparcar sus diferencias y exhibir sintonía en los primeros compases de la precampaña. Pero esa paz provisional puede acabar una vez se cierren las urnas.

El PP se lanza a resucitar su marca en los dos territorios más hostiles para los azules. Aunque las urnas tendrán la última palabra, las encuestas apuntan a un crecimiento del partido de Feijóo tanto en País Vasco como en Cataluña, abonado por la desaparición de Ciudadanos y el trasvase que, en mayor o menor medida, esperan de fuerzas políticas como el PSOE, PNV o Vox. Pero más allá del número de escaños, lo que más preocupa al PP es su aspiración de convertirse en actor protagonista de estos territorios tras una larga temporada en el exilio.

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