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El desafío del PP en el País Vasco: "vaciar" al PSOE y frenar el voto útil al PNV
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ELECCIONES EL 21 DE ABRIL

El desafío del PP en el País Vasco: "vaciar" al PSOE y frenar el voto útil al PNV

Los populares, liderados por Javier de Andrés, aspiran a recuperar oxígeno e, incluso, condicionar la formación de mayorías en el futuro Gobierno vasco. Los sondeos internos los sitúan entre los ocho y los nueve escaños

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), junto al candidato del PP en País Vasco, Javier de Andrés. (EFE/Javier Lizón)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), junto al candidato del PP en País Vasco, Javier de Andrés. (EFE/Javier Lizón)

Apenas superada la resaca de las elecciones gallegas, el contador vuelve a ponerse a cero con la vista puesta en el País Vasco. Las urnas se abrirán en menos de dos meses —el próximo 21 de abril— para discernir el resultado de la guerra entre PNV y Bildu con el PSOE como actor secundario. Pero el PP está dispuesto a jugar sus cartas ante la expectativa de mejorar notablemente su marca en un territorio siempre complicado. Las primeras encuestas que manejan tanto en Génova como en la dirección regional los sitúa entre los ocho y los nueve escaños, a solo un parlamentario de alcanzar a los socialistas, que en 2020 obtuvieron 10 diputados.

Los sondeos iniciales dibujan un horizonte optimista para un PP que aspira, en el mejor de los casos, a ser decisivo en la formación del próximo Gobierno vasco. Y esa esperanza les llevará a volcarse en una campaña que plantean desde el primer momento como un plebiscito entre ellos o el "bloque sanchista", en el que encuadran a PSOE, PNV y Bildu. Los populares, liderados por Javier de Andrés, pelearán en primera instancia por arañar voto de la bolsa del PSOE con la misma estrategia que siguieron en Galicia: apelar a su votante moderado, contrario a los acuerdos con el independentismo.

El PP lleva meses abonando la teoría de una supuesta traición del PSE al PNV para entregar la lehendakaritza al partido de Arnaldo Otegi en caso de que este se alce con la victoria el próximo 21 de abril. El precedente al que se aferran en Génova es el sorpresivo acuerdo que llevó a EH Bildu a la alcaldía de Pamplona el pasado mes de diciembre tras apoyar una moción de censura contra UPN. El candidato del PSE, Eneko Andueza, se ha encargado ya de pinchar el globo de un posible cambio de alianzas en Euskadi, pero los populares mantendrán viva esa sospecha para "vaciar" la marca socialista y atraer a electores "constitucionalistas".

En Génova, azuzan además el desmoronamiento de la marca socialista en Euskadi —que por el momento no reflejan las encuestas— por la posibilidad de que gran parte de su granero de voto, especialmente en el sector joven, se vaya a EH Bildu a consecuencia del "blanqueamiento" que ha hecho el PSOE de los abertzales radicales, no tanto en País Vasco sino sobre todo en Madrid. Se aferran en el PP al precedente gallego, donde el BNG fagocitó la marca socialista y dominó todos los frentes de la izquierda.

Foto: Iñigo Urkullu. (EFE/Javier Etxezarreta)

En País Vasco, no obstante, el PP cuenta con varios factores que juegan en contra de sus expectativas. El primer desafío es reactivar unas bases desmovilizadas tras las últimas crisis internas. Las últimas autonómicas coincidieron con la destitución fulminante de Alfonso Alonso firmada por la dirección de Pablo Casado, que eligió a Carlos Iturgaiz como sucesor y firmó una coalición electoral con Ciudadanos que no logró revitalizar su pastel electoral. El centroderecha se hizo con seis diputados, tres menos que en 2016, de los cuales solo cuatro correspondían a los populares.

Sin Ciudadanos en el mapa y con un liderazgo renovado, tanto en Génova como en Euskadi, el PP aspira a mejorar notablemente su resultado y crecer en las tres provincias vascas. En este objetivo se encontrará con otro inconveniente: la posible tendencia a que el voto útil al que apelan los populares para frenar un Gobierno independentista vaya directo a la bolsa del PNV, que llamará a concentrar el voto precisamente por el mismo motivo.

Foto: Iturgaiz, De Andrés, Feijóo y Gamarra, en el congreso del PP vasco. (Europa Press/Iñaki Berasaluce)

Feijóo ya ha comenzado a trabajar desde Madrid en la estrategia de atraer a los votantes de los jeltzales presentando el PP como una "alternativa de gestión moral y constitucional" frente a la tríada de PNV, Bildu y PSOE para mantener a Sánchez en la Moncloa, aunque el precio a pagar sean la amnistía y las cesiones continuas a Junts. Apuntan en Génova que la base conservadora de los peneuvistas no entiende que su partido pacte con Bildu y ERC en el Congreso.

"Los vascos no van a perdonar que el PNV haya pasado de ser un actor determinante de la política española a una comparsa del sanchismo", afirmó Feijóo durante el congreso del PP vasco. El líder popular no perdona que el PNV no apoyase su investidura en favor de la de Sánchez y proyecta en los comicios vascos una suerte de venganza para intentar crecer a su costa. El partido también tendrá que pelear una vez más contra la fragmentación del voto con Vox, que a diferencia del caso gallego sí logró un escaño por Álava en las últimas elecciones autonómicas.

Apenas superada la resaca de las elecciones gallegas, el contador vuelve a ponerse a cero con la vista puesta en el País Vasco. Las urnas se abrirán en menos de dos meses —el próximo 21 de abril— para discernir el resultado de la guerra entre PNV y Bildu con el PSOE como actor secundario. Pero el PP está dispuesto a jugar sus cartas ante la expectativa de mejorar notablemente su marca en un territorio siempre complicado. Las primeras encuestas que manejan tanto en Génova como en la dirección regional los sitúa entre los ocho y los nueve escaños, a solo un parlamentario de alcanzar a los socialistas, que en 2020 obtuvieron 10 diputados.

Partido Popular (PP)
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