Junts y PSOE reconducen la ley de amnistía para llegar a un pacto con mínimos retoques

Junts y PSOE han reconducido la negociación de la ley de amnistía para salvar el proyecto, que ha de servir como pegamento de la legislatura. Los contactos entre el secretario general de Junts, Jordi Turull, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, nunca se han interrumpido y ambas partes han mostrado su voluntad de cerrar un acuerdo, aunque los cambios en el actual redactado serán mínimos en principio, según explican fuentes de ambas formaciones.

De manera oficial, Junts insiste en su argumentario habitual: “Una ley integral, que abarque el conjunto de personas afectadas y de aplicación inmediata”. Pero el tono es de entendimiento, como apuntó el portavoz de la formación, Josep Rius, el lunes. Rius se mostró confiado en que quedan muchos días por negociar y que desde su formación centrarán "todos los esfuerzos" en hacerlo posible.

Hoy en RAC-1, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha asegurado: "No me cabe duda de que habrá un acuerdo y que habrá ley de amnistía. Compartimos el objetivo: cubrir a todas las personas que estuvieron vinculadas al proceso independentista, y acabar con todos los procedimientos penales, civiles y también los contables", Bolaños ha resaltado la necesidad de abrir una " nueva etapa" para apostar por una "Cataluña mejor". Preguntado sobre si se ha adelantado en los últimos días, el ministro ha remarcado que hace falta "discreción", para no "interferir" en el proceso de negociación. "Hay contactos. Si hay un acuerdo, lo haremos público. Lo que debemos hacer es avanzar en el propósito compartido", según la versión del ministro de Justicia y Presidencia.

Las voces consultadas hablan de un leve retoque en el redactado de la propuesta, sin modificar la Ley de Enjuiciamiento Criminal ni tampoco el Código Penal. El acuerdo quedaría encarrilado presumiblemente, según fuentes políticas conocedoras de las negociaciones.

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Los socialistas han dejado muy claro que cualquier cambio no ha de explicitarse hasta después de las elecciones gallegas, que tendrán lugar este domingo. Los de Pedro Sánchez quieren las mínimas interferencias en estos comicios autonómicos.

Por tanto, esta semana será de compás de espera. Sin novedades. Por eso, JxCAT ha decretado silencio ante los medios de comunicación. Pero la voluntad de Waterloo y de las bases y cuadros del partido pasa por llegar a un acuerdo con el PSOE en una cuestión medular para la legislatura.

El número dos de Puigdemont en Europa, el eurodiputado Toni Comín, ya hizo un ejercicio de realismo la pasada semana cuando reconoció que no habría manera posible de blindar la ley de manera completa. Los mensajes de Comín y Rius coinciden y van dirigidos a sus bases. A pesar de la espera obligada por la campaña electoral gallega, Junts no pierde el objetivo de conseguir un acuerdo por la amnistía.

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"¿Habrá jueces que presentarán cuestiones prejudiciales? Sí. ¿Que estas cuestiones prejudiciales suspenderán aquellos procedimientos? Sí. ¿Que tendrán que levantar las medidas cautelares vinculadas a aquellos procedimientos? También. Pero, al final, la última palabra la tendrá el tribunal de Luxemburgo y tenemos absoluta tranquilidad porque sabemos que es perfecta", reflexionó Comín.

Optimismo sobre el final

Rius vendió este lunes el mismo optimismo “Dedicaremos todos los esfuerzos para que sea posible. Todavía queda tiempo”, declaró. Otra vez preparando el terreno para un futuro pacto. Todo apunta a la preparación de una pista de aterrizaje a Carles Puigdemont para que pueda rectificar sin que implique mucho desgaste, aunque una parte de las bases del partido y de los simpatizantes de Junts esté alejándose del expresident. El cantante Lluís Llach, por ejemplo, ya se ha desmarcado de las negociaciones con Pedro Sánchez.

La única corriente organizada de JxCAT son los octubristas de Laura Borràs

Sin embargo, Puigdemont cuenta con algunas ventajas. Los simpatizantes de Junts más cercanos a la CUP le abandonarán. Pero se trata de una parte muy minoritaria. En cambio, los octubristas de Laura Borràs se están quedando en minoría y están muy lejos de representar el 50% en los órganos del partido. Borràs y los suyos están absolutamente callados ante una negociación que no les gusta, pero asumen para preservar sus cargos en la formación. Tras la expulsión de la diputada en el Parlament Cristina Casol, los únicos que podían mostrarse críticos y que configuran una verdadera corriente dentro de la formación han optado por el silencio.

Nuevo entorno

En la Moncloa han declinado hacer declaraciones sobre la evolución de las negociaciones entre Junts y el PSOE. Pero el nuevo clima y el desgaste que está asumiendo el PP, precisamente por los contactos con Junts, les han brindado algo de oxígeno. De una manera u otra, toda la legislatura entera pivotará sobre Cataluña, por la aritmética de las mayorías en el Congreso.

Las relaciones entre Junts y el PSOE apuntan a nueva fase tras la votación fallida de la amnistía. ERC ha hecho tímidas críticas a Junts por mantener contactos con el PP. Pero los socialistas también apoyaron el 155. De alguna manera, los tres partidos trabajan, desde distintas posiciones, en hacer borrón y cuenta nueva.