El PP elige a Javier de Andrés candidato a lendakari para medirse contra el PNV

El tiempo apremia. El PP vasco está obligado a renovarse para elegir a su próximo candidato a lendakari en las elecciones autonómicas vascas, previstas en primavera, y la persona que encabezará esa papeleta es Javier de Andrés, exdiputado general de Álava (2011-2015) y exdelegado del Gobierno en Euskadi (2017-2018), que asumirá las riendas del partido en un plazo ajustado de 30 días. Es el que concita más apoyos entre los cuadros de la formación vasca y también es el mejor valorado por Génova, que aspira a una transición tranquila pero urgente para revitalizar cuanto antes un partido que agoniza desde hace tres años en el suelo electoral.

El partido celebrará este miércoles una junta directiva para fijar la convocatoria urgente de un congreso extraordinario, que previsiblemente tendrá lugar el sábado 4 de noviembre, según confirman a El Confidencial fuentes de los populares vascos, cuyo objetivo ahora es cerrar una candidatura conjunta que evite hemorragias internas a su maltrecho cuerpo orgánico. “Queremos hacerlo rápido”, admite Génova, que anoche extendía el plazo a “antes de Navidad”. Aunque la dirección nacional cederá el volante al PP vasco para que pilote su cónclave de renovación, que deberá designar a Javier de Andrés como presidente del partido y candidato al Gobierno vasco. El alavés no dejará su acta de diputado en el Congreso hasta que se oficialice su candidatura a las elecciones autonómicas. Las últimas se celebraron el 12 de julio de 2020, junto con las gallegas. La previsión es que Urkullu convoque en la primavera.

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Feijóo confiere máxima prioridad a Euskadi, donde el PP se medirá al PNV en unos comicios que estarán muy polarizados por el enfrentamiento entre los ‘jeltzales’ y Bildu por la primera plaza. Cerrado el capítulo de la investidura fallida, con el rechazo explícito de los nacionalistas, el PP se volcará en ocupar el vacío que deja el PNV en una parte del electorado conservador vasco que no entiende su alineamiento con Pedro Sánchez y el “bloque progresista”. Así se lo hizo saber Feijóo a su portavoz, Aitor Esteban, en el debate de investidura tras el no rotundo de los nacionalistas al gallego. “¿Quieren ser ustedes el clínex del PSOE durante los próximos años?”, inquirió, convencido de poder recuperar al votante no nacionalista que cambió el PP por el PNV de alma soberanista más templada y confiado en la gestión económica de Iñigo Urkullu. “Buena parte de su base social es la nuestra”, le advirtió Feijóo a Esteban tras ser desairado con el rechazo a su investidura. “Sé que hay un votante del PNV conservador al que le provoca desazón ver cómo el PNV vota lo mismo que Bildu, apoyando a Sánchez”, reiteró.

Perfil similar al de Feijóo

En las semanas previas se habían manejado otros nombres como el de la alavesa Laura Garrido, actual secretaria general y de la que Génova destacó que habla euskera con solvencia. O el de Mikel Lezama, joven concejal al que fichó Borja Sémper para San Sebastián antes de dejar temporalmente la política y que hoy es portavoz en las Juntas Generales de Gipuzkoa, aunque sin peso político. Pero el PP se decantará por Javier de Andrés, un político sin estridencias, periodista de formación, y con trayectoria solvente en la administración pública. De verbo ágil, maneras suaves pero contundente en la confrontación con el PNV. Durante su gobierno en Álava logró arrancar de estos el apoyo necesario para aprobar los presupuestos de la poderosa Diputación, que junto a las de Bizkaia y Gipuzkoa representan la auténtica ‘caja’ vasca. El suyo es, en resumen, un perfil similar al de Núñez Feijóo, pese a que, curiosamente, han tenido poco trato, según fuentes del partido.

De Andrés representó junto con Javier Maroto la cara dulce del último PP vasco que gobernó la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria, entre 2011 y 2015. A finales de 2016, fue rescatado por Soraya Sáenz de Santamaría y designado delegado del Gobierno en sustitución de Carlos Urquijo, representante junto con Iturgáiz del ala más conservadora del PP vasco y a quienes se les ha reprochado internamente la falta de renovación del discurso en el tiempo posterior a la desaparición de ETA. Aquel relevo fue clave en la estrategia de acercamiento del Ejecutivo de Rajoy con el PNV, contrariado por los múltiples recursos judiciales contra su acción de gobierno que presentaba la oficina de Urquijo y su entonces colaboradora estrella, Macarena Olona, abogada del Estado en Vitoria.

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El congreso extraordinario pondrá fin a la presidencia de Carlos Iturgáiz, el veterano dirigente a quien Pablo Casado rescató de su retiro en Bruselas y quien lideró la coalición con Ciudadanos en las autonómicas de 2020 con un pobre resultado de seis escaños en el Parlamento vasco (4+2), el peor de la historia para el PP. Iturgáiz ya presidió el partido en los años temibles de ETA (1996-2004) y ahora será recompensado con una salida digna por los servicios prestados como pegamento orgánico.

Por tercera vez consecutiva, los populares vascos habrán designado a su líder por la vía urgente, síntoma de la extrema debilidad de la formación. Iturgaiz fue designado en una junta directiva el 8 de octubre de 2020, tras ser fulminado el díscolo sorayista Alfonso Alonso por Casado y Teodoro García Egea. Alonso había sido sacrificado por Rajoy como ministro de Sanidad -contra su voluntad- para ser el candidato del PP en las elecciones vascas de 2016. Anteriormente, Arantza Quiroga ocupó la presidencia por designación de María Dolores de Cospedal desde Génova en un congreso convulso (2014) en sustitución de Antonio Basagoiti, quien dejó la política para saltar a la empresa privada (Banco Santander de México) tras las autonómicas que pusieron fin al Gobierno socialista de Patxi López (2009-2012). Quiroga abandonó el 14 de octubre de 2015 desautorizada por su polémico movimiento de acercamiento hacia Bildu, y que justificó en querer transitar “desde la resistencia (frente a ETA) a la influencia” política en Euskadi. Esa misma que busca recuperar ahora Feijóo con la figura de Javier de Andrés.