El PP pasa al ataque contra el PNV y busca 'vendetta' en las elecciones vascas: "Vamos a jugar fuerte"

El PP ha dicho basta al PNV. O, al menos, ese es el mensaje que quiso visibilizar Alberto Núñez Feijóo durante la segunda jornada de su sesión de investidura. El líder popular desató con su réplica cierto malestar en la bancada peneuvista. "No se lo esperaban", opinan en las filas populares, donde vieron a un Aitor Esteban "descolocado" ante el discurso del candidato a la presidencia del Gobierno. Por primera vez desde que se hizo con las riendas del partido, Feijóo no midió sus palabras con la formación jeltzale. Pasó al ataque. No le tendió la mano, solo le advirtió de las consecuencias de no haberla cogido. "No puedes despreciar así al PP y que luego te salga gratis", sentencian en la dirección nacional, donde celebran que el líder gallego, al fin, se plante.

El dirigente popular inició hace meses un camino hacia ninguna parte. Hizo guiños, propuestas, llamadas. Lo que fuese preciso para avanzar en el deshielo de las relaciones de PP y PNV como socios distantes, pero necesarios. El vínculo entre las dos fuerzas se disipó cuando el partido vasco dejó caer a Mariano Rajoy y avaló la moción de censura de Pedro Sánchez. Pero Feijóo quiso pulsar el botón de resetear. Sabía que, si tenía opciones de llegar a la Moncloa, la alianza con el PNV era casi inexcusable. Pero sus esfuerzos cayeron en saco roto. La formación de Andoni Ortuzar está abonada al bloque que lidera Sánchez. Y su no volvió a sonar con fuerza en la Cámara. "Si lo que hay que elegir es entre Feijóo o amnistía, pues amnistía", sentenció Aitor Esteban desde la tribuna.

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Y Feijóo tampoco se arrugó. "¿Quieren ser ustedes el clínex del PSOE durante los próximos años?", cargó, al tiempo que advirtió que el "blanqueamiento" de Bildu, a su juicio, solo tiene un objetivo: "sustituir" al PNV como "referente en País Vasco". En la misma intervención, el líder del PP desplegó las bases que guiarán su estrategia a partir de ahora. Sin investidura y, por tanto, sin la Moncloa, la convivencia nacional con el PNV pierde valor. El horizonte ahora son las elecciones vascas, previstas para el primer semestre de 2024. "Buena parte de su base social es la nuestra", advirtió Feijóo a Esteban. "Sé que hay un votante del PNV conservador al que le provoca desazón ver cómo el PNV vota lo mismo que Bildu apoyando a Sánchez", reiteró.

En otras palabras, el PP se lanza a absorber a todo el "votante antisanchista" en Euskadi, una base en la que ven margen para resucitar los escuálidos resultados del partido en esta comunidad. Los populares enfilan ya su argumentario para las elecciones vascas, en las que buscarán su particular vendetta al rechazo del PNV en el Congreso con una campaña enfocada en situar a los jeltzales en la misma bolsa que Bildu. Fuentes de la cúpula ven un "carril libre" para los populares por la alianza que este miércoles quedó reflejada en el diario de sesiones entre el PNV y Sánchez. En Génova advierten que se acabaron las medias tintas. "Vamos a jugar fuerte", añaden.

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Al PP no se le escapa que el caladero de votos por el que pelean en País Vasco cabecea, en parte, con el votante conservador que apuesta históricamente por los peneuvistas. Fuentes de la dirección de la formación en Euskadi señalan que, de cara a la nueva cita con las urnas, deben centrar sus esfuerzos en diluir la estrategia del voto útil al PNV que temen que opere durante la campaña por la subida de EH Bildu que, según algunos sondeos, podría ganar las próximas elecciones vascas. Los peneuvistas centrarán su estrategia en resaltar las diferencias entre ellos y el partido de Arnaldo Otegi, y eso, advierten algunas voces populares, puede afectarles de forma directa.

Las mismas fuentes lanzan una advertencia a los portavoces nacionales de los populares: el discurso "incendiario" contra Bildu no solo no perjudica a los abertzales, sino que implica "tirar piedras contra nuestro propio tejado" porque "nuestro voto se va al PNV" como fuerza mayoritaria para intentar frenar esa "amenaza". Explican que la realidad en País Vasco con los de Otegi es "distinta" a la visión nacional, porque la mayoría de sus potenciales votantes "no les asimila con unos peligrosos radicales". "Es un discurso que ya no funciona. A Bildu le vota todo hijo de vecino", sintetizan en el PP vasco.

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Más allá de estrategia y de discurso, al PP le queda otra gran tarea pendiente en Euskadi. Carlos Iturgaiz, actual presidente de los populares vascos, afronta los últimos meses en el cargo, a la espera de que Génova convoque un congreso que se celebrará previsiblemente a finales de este año. La formación quiere poner punto final a una etapa convulsa en la región, y sustituir al candidato que eligió a dedo Pablo Casado tras fulminar a Alfonso Alonso. Según fuentes autorizadas, hay dos potenciales candidatos para liderar ese cambio de ciclo y optar a la lehendakaritza: la actual secretaria general de los populares vascos, Laura Garrido, y el actual diputado por Álava en el Congreso, Javier de Andrés.