La fórmula del PP para morder al PNV el 21-A: economía, seguridad y la apuesta de Álava

El objetivo del PP el 21 de abril es volver a convertirse en una fuerza decisiva en el País Vasco. Los populares ya lo fueron tras las municipales de mayo de 2023, cuando gracias a sus votos, el PSE se hizo con la alcaldía de Vitoria, y el PNV, con la Diputación de Guipúzcoa. Y el escenario podría volver a ser el mismo ahora, en unas elecciones en las que las principales encuestas dan un empate técnico entre el PNV y Bildu y ante la posibilidad de que finalmente jeltzales y socialistas no sumen mayoría absoluta. La formación, ya lo dijo Alberto Núñez Feijóo este viernes en un mitin en Vitoria, aspira a decantar la balanza y de ahí que el candidato Javier de Andrés necesite romper la idea de que el voto útil para frenar a la izquierda radical son los nacionalistas vascos.

Los datos sonríen a los populares, que parten del peor resultado cosechado en su historia en Euskadi: 60.650 votos, traducidos en seis escaños tras la traumática salida del exministro Alfonso Alonso y concurrir en coalición con Ciudadanos en 2020. Los sondeos apuntan a una subida en la intención de voto ―también el CIS― y de momento les otorgan un parlamentario más hasta alcanzar los 7 ―las encuestas internas apuntan a algún asiento más―, pero deben consolidar la crecida y esta pasa, según el partido, por atraer a los votantes desencantados con el PNV por su proximidad con Pedro Sánchez y con los del PSE que no comulgan con los pactos con Bildu. También Álava, la provincia donde más pueden crecer, va a jugar un papel clave.

En Vitoria, Feijóo pidió directamente a los electores del PNV y del PSE su voto y en el PP están convencidos de que es posible con una simple fórmula: centrar el discurso en la "mala gestión del PNV" y evidenciar las muchas contradicciones de las dos formaciones. O como dice un alto dirigente del PP alavés, desarmar el "teatrillo que están montando para distanciarse [de Bildu] en campaña cuando han estado votando todas las leyes juntos en el Congreso y en el Parlamento vasco". De ahí, la idea que en la formación insisten en trasladar de que la única alternativa al "trío calavera", en referencia a los candidatos del PNV, Bildu y PSE, es Javier de Andrés, plenamente alineado con la concepción del Estado autonómico que defiende Feijóo y en la máxima de respetar la diversidad, pero sin imposiciones identitarias.

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El PP ha diseñado para el 21-A una campaña a la vasca y propositiva. "Estamos perdiendo el liderazgo en muchos asuntos y todo se debe a la mala gestión del PNV", resume Esther Martínez, cabeza de lista por Vizcaya y la directora de campaña de los populares. El caso paradigmático es Osakidetza, el servicio vasco de salud, el que mayor inversión suma de toda España (2.229 euros por habitante), arrastra importantes problemas de personal. Pero no solo la sanidad, la lista para los populares es larga e incluye asuntos como la seguridad, la gestión de las ayudas sociales, la política fiscal o el letargo de la industria vasca, enumera Martínez. Son asuntos en los que el PNV también se está volcando para taponar cualquier fuga, conscientes del descontento en parte de su electorado, y ese es el botín que persiguen los populares.

Pero, remarcan otras fuentes del PP vasco, la denuncia de "la pésima" gestión de los gobiernos vascos no se ciñe solo al PNV, "es transversal", y ahí incluyen a los socialistas. Ambas fuerzas han gobernado en coalición las dos últimas legislaturas. Es otra de las incongruencias que, según los populares, puede beneficiarles. "No es creíble" que el candidato de los socialistas "haga ahora una enmienda" a la política desarrollada cuando ha sido una parte fundamental de la misma, remarcan las mismas voces.

El papel de Álava en los planes del PP

"Apelamos a esos muchos vascos que a lo largo de los años han confiado alguna vez en nosotros para que lo vuelvan a hacer ahora, que nos escuchen y nos pongan a prueba", insiste Martínez. La directora de campaña se agarra a los datos para demostrar que la remontada no solo es posible, "también puede darle algún susto a alguno". Martínez cita la última encuesta del CIS, que otorga al PP una intención directa de voto del 4,9%, cuando hace cuatro años la cifra "rondaba la mitad". Pero no solo las encuestas. En el partido recuperan los resultados de las últimas elecciones, que confirman la tendencia al alza "desde que llegó Feijóo", remarcan en el PP de Álava.

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En las municipales del 28-M, el PP sumó 85.003 votos, 25.000 más que en las autonómicas de 2020, y en las generales del 23-J, 133.466 vascos eligieron la papeleta de los populares, más del doble que hace cuatro años. En el partido consideran que han recuperado su espacio y ahora toca "consolidarlo". Una de las piezas clave va a ser Álava. Allí, aseguran en la formación, la subida es innegable y esperan situarse en tercera posición, por delante del PSE. El PP tiene mucha fuerza en el territorio y Javier de Andrés, ex diputado general de Álava, tiene en su mano propulsar al partido. De hecho, ya hay alguna encuesta, la de EiTB, que sitúa a la formación por delante de los socialistas en la provincia. Para los populares no es una cuestión menor, sería una importante victoria en la pugna particular con el PSE y para estos sería un golpe fortísimo: si el 23-J fueron la fuerza más votada en Euskadi fue porque en Álava quedaron primeros y ahora caerían al cuarto puesto.

Además, Álava es la provincia donde exprimir el discurso de la "mala gestión" jeltzale más réditos puede generar, según el PP. "La sensación en la calle es general, el deterioro de los servicios públicos aquí es palpable. La sensación es de maltrato, de un Gobierno vasco que ha dejado a Álava fuera de los principales proyectos", advierten fuentes del PP provincial. "Si concentramos el voto en Álava vamos a subir varios escaños", animó Feijóo en el mitin de Vitoria y eso es lo que, subrayó, permitirá al partido ser "una fuerza decisiva como lo fuimos en Guipúzcoa y en Vitoria".