PNV, PP y PSOE imponen el cordón sanitario contra Bildu en Vitoria y Durango

Al PNV y al PSOE no les salieron las cuentas en el País Vasco el pasado 28 de mayo. La subida de votos de Bildu, casi 17.000 papeletas más que en 2019 y 119 concejales más —suman 1.050—, hicieron saltar las alarmas en los cuarteles de las dos formaciones que las últimas dos legislaturas han gobernado en coalición y plácidamente las principales instituciones vascas. Ya sea por cuestión de imagen (los socialistas no se pueden permitir más fotos en esta campaña hacia las generales con la izquierda radical abertzale), o por no ceder ni un milímetro de poder (el caso del PNV), los dos partidos han levantado un cordón sanitario. Con Bildu, no. Y con su estrategia han encontrado a un nuevo compañero de viaje, el PP. El resultado de la inesperada entente es un botín suculento y simbólico con tres piezas que destacan sobre el resto: la alcaldía de Vitoria, la de Durango (Vizcaya) y la Diputación de Guipúzcoa.

Negociaciones como tal entre las tres fuerzas no ha habido, pero sí declaraciones cruzadas, alguna conversación discreta y un firme convencimiento: orillar a los radicales. Pocas horas después del 28-M, el líder de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, ya avanzó que su formación daría sus votos "gratis et amore" para evitar a toda costa la entrada de Bildu en las instituciones. Y aunque luego el partido matizó sus palabras para exigir alguna compensación, lo cierto es que gracias al PP, el PNV ha recuperado la alcaldía de Durango este sábado y el PSOE, la de Vitoria. Tampoco la Diputación de Guipúzcoa caerá en manos de la coalición. El pacto también ha fructificado en otros pequeños municipios como Cuartango, si bien en Oyón, el PNV finalmente no ha presentado candidato.

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Carlos García, el único concejal que los populares obtuvieron en la localidad vizcaína, ha sido la pieza que ha inclinado la balanza. La carambola, cuanto menos, es curiosa. Vox decidió no presentar lista en Durango para canalizar todos los votos en el PP y asegurar un edil. Los cálculos fueron correctos y ahora el PNV, con 8 asientos, ha alcanzado los 11 de la mayoría absoluta con el respaldo del PSOE (2) y el PP (1). Nada ha podido hacer Bildu, triunfadora el 28-M, con 9 ediles. El resquemor en la coalición radical es evidente.

"Podría entender, y lo considero legítimo, que PNV y PSE, que tienen un acuerdo histórico, te quiten la alcaldía en algunos sitios. Pero incorporar al PP, que acaba de pactar la Generalitat de Valencia con Vox, y que en un alarde intelectual ha puesto un torero franquista de consejero...", censuró ayer Arnaldo Otegi en una entrevista en Radio Popular. Y mientras corrían las horas para que este sábado a las 9.00 de la mañana comenzase el pleno de constitución del Ayuntamiento, el ambiente en la localidad se caldeaba. La expectación era máxima y fuentes populares denunciaban que, de 38 medios que habían solicitado asistir a la sesión, solo se otorgaron acreditaciones a seis. Entre el público estaba previsto que estuviese Miguel Ángel Rodríguez, el colaborador más estrecho de Isabel Díaz Ayuso. El asesor cerró la lista del PP el 28-M en la localidad.

También el PP era imprescindible para que Vitoria no tuviese alcaldesa de EH Bildu. La estrategia desplegada por los radicales​ (esconder las proclamas independentistas y sacar brillo a las sociales) cuajó en la ciudad. Rocío Vitero, su candidata, un rostro amable, de origen zamorano, sin mácula en su currículum, fue la más votada la noche del 28-M. Siete ediles para EH Bildu, pero lejos de los 14 que marcan la mayoría. Y esa es la brecha que han rentabilizado el PSOE (6 concejales), el PP (6) y el PNV (6). Las tres formaciones han votado a favor este sábado de la candidata socialista, Maider Etxebarria, para mayor gloria del binomio PNV-PSE. Los dos partidos gobernarán en coalición Bilbao, previsiblemente San Sebastián, aunque todavía no se ha cerrado el pertinente acuerdo, y Vitoria, las tres capitales vascas.

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Pleno, al igual que harán con las tres diputaciones, porque el PP también entrará en escena en Guipúzcoa y hará diputada general a la candidata del PNV. Como terminó exigiendo el PP, sus votos no saldrán gratis. Los nacionalistas vascos han correspondido a los populares con la alcaldía de Labastida, en Álava. Allí el PP fue la fuerza más votada, pero el PNV podría haber urdido un pacto con Bildu para quitarles el bastón de mando. No sucederá. El PNV no ha presentado candidato al pleno de constitución. Sin embargo, en Laguardia, municipio con idéntica situación, los nacionalistas gobernarán con el apoyo de Bildu. Andoni Ortuzar explicó que no se podían comparar los dos municipios. En el primero, el PP se impuso con una notable diferencia el 28-M, pero en el segundo, según justificó el líder de los nacionalistas, por sólo 13 votos de diferencia respecto a su partido.

En algún caso, a Bildu le ha salido incluso rana el ofrecimiento de Podemos para facilitar "gobiernos de cambio progresistas y de izquierdas". La marca de los morados en Deba (Guipúzcoa) dará la alcaldía al PNV, decisión de la que se ha desmarcado la dirección autonómica de la formación. Sin embargo, los votos de Podemos permitirán a los radicales recuperar Andoain, en manos hasta ahora del PSOE. La localidad encierra un gran simbolismo. Allí mató ETA al periodista y activista José Luis López de Lacalle, al entonces jefe de la Policía local, Joseba Pagazaurtundua, y al guardia civil jubilado, Juvenal Villafañe García.

El caso navarro

En Navarra, aunque con matices, también ha fructificado un cordón sanitario sobre Bildu. El PSOE, si bien volverá a gobernar la comunidad gracias al apoyo de los radicales, no dará, según ha prometido, ningún voto en ningún Ayuntamiento a la coalición. Una foto con los de Arnaldo Otegi sería fatal y gracias a ello, UPN ha podido mantener la alcaldía de Pamplona, aunque sea de rebote.

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Los regionalistas también se han beneficiado del 'no es no' de los socialistas en otras localidades como Barañáin, Valle de Egüés, o Estella. No obstante, el líder de UPN y candidato a la presidencia de Navarra, Javier Esparza, denunció ayer que la formación de la mesa del Parlamento este viernes fue la constatación del "primer pago" de María Chivite (PSOE) a Bildu al permitir que estos ostenten una secretaría.

"Tengo claro quién va a ser presidente del Parlamento, qué es lo que va a ocurrir, y hay un acuerdo. Y lo que hoy ocurre aquí es lo mismo que ocurrió hace cuatro años, pero con algún matiz", denunció Esparza, que señaló directamente a los socialistas: "Hace cuatro años el PSN intentó teatralizar que no quería el acuerdo para finalmente hacerlo, y en esta ocasión ya ni eso".