Es noticia
Bildu mira de tú a tú al PNV en Euskadi y pedirá al PSOE repartirse el poder en Navarra
  1. España
EL PARTIDO APROVECHA LA SOBREEXPOSICIÓN

Bildu mira de tú a tú al PNV en Euskadi y pedirá al PSOE repartirse el poder en Navarra

El partido de Arnaldo Otegi gana en Vitoria y en Guipúzcoa, además de recortar distancias en el resto de diputaciones y ayuntamientos de las capitales

Foto: Juan Karlos Izagirre, Rocio Vitero y Arnaldo Otegi celebran los resultados electorales. (Europa Press/Unanue)
Juan Karlos Izagirre, Rocio Vitero y Arnaldo Otegi celebran los resultados electorales. (Europa Press/Unanue)

Las municipales y forales dejaron una noche dulce para EH Bildu. La formación de Arnaldo Otegi desafió la hegemonía del PNV en el País Vasco y salió reforzada en Navarra, donde peleará por el Ayuntamiento de Pamplona. Después de una campaña dura en la que se ha hablado de presente y futuro, pero también (y mucho) del pasado por la inclusión de condenados de ETA en sus listas, el partido utilizó esa sobreexposición para recoger los frutos de su viraje estratégico, postulándose como alternativa progresista y con menos énfasis en las cuestiones identitarias.

Hay cosas que parecían inalterables en la política vasca y que se tambalean tras el primer asalto del ciclo electoral en el País Vasco. Durante toda la jornada, en los colegios electorales y en los corrillos periodísticos, la abstención era uno de los grandes temas de conversación. Una abstención elevada que debía tener alguna víctima. Lo fue el PNV. Por una vez, parece que el poder le pasó factura: EH Bildu le ganó la mano en Vitoria y en Guipúzcoa, además de recortarle distancias en el resto de diputaciones y ayuntamientos de las capitales.

En Navarra, la socialista María Chivite avanzó este domingo que su intención es repetir Gobierno en minoría con Geroa Bai y la marca territorial de Unidas Podemos, pero necesitará de la abstención de EH Bildu. La formación abertzale radical salió reforzada este domingo y ya ha dejado claro que su apoyo no será gratuito: a cambio de facilitar la investidura de Chivite, quieren que se les corresponda en Pamplona, donde este domingo también mejoraron sus resultados. Las dependencias cruzadas vuelven a situar al PSN en una encrucijada con la presidencia de Navarra y el ayuntamiento de la capital.

El PNV a la baja y el PSOE como "llave"

La pujanza de EH Bildu no deja lugar a muchas dudas. En una campaña en la que se han examinado sus vínculos con el pasado y en la que ha ocupado la primera plana, las críticas y los debates morales han importado poco a los votantes. 15 de los 44 condenados por pertenencia y colaboración con ETA que llevaba en sus listas han sido elegidos este 28-M. Entre ellos, dos de los siete con delitos de sangre que ya habían sido retirados como candidatos, aunque sus nombres constaban en las papeletas: Begoña Uzkudun y Juan Carlos Arriaga Martínez.

Si su golpe al PNV resultó inesperado en el País Vasco, no lo fue tanto la pérdida de representación de Elkarrekin Podemos. A la coalición progresista se le escapó un concejal en los ayuntamientos de cada una de las tres capitales vascas. Algo comprensible a la vista de lo turbulentas que bajan las aguas en su espacio político y que parte del éxito de Bildu se ha cimentado en atraer a sus votantes.

Foto: Arnaldo Otegui, líder de EH Bildu. (EFE/David Aguilar)

El PSOE logró unos resultados similares a los de hace cuatro años, pero la nueva correlación de fuerzas le abre la puerta a explorar acuerdos más allá del PNV. Serán "llave", como decía durante la campaña el secretario general de los Socialistas Vascos, Eneko Andueza. El PP mejoró también sus resultados, aunque de forma más modesta que en otros puntos del Estado. Vox entra en las Juntas Generales de Álava, el mismo territorio que le dio un escaño en el Parlamento Vasco.

El castigo al PNV resulta obvio no solo por sus derrotas sino por sus victorias. Ni tan siquiera en Vizcaya, su gran feudo, logró tener una noche plácida. La lista liderada por el alcalde Juan Mari Aburto fue la más votada, pero el resultado estaba lejos de ser el esperado por los jeltzales. El PNV, que según algunos sondeos apuntaba a mayoría absoluta, perdió dos concejales, quedándose en 12. Bildu será la segunda fuerza esta legislatura, de cuatro pasa a seis, logrando el sorpaso al PSE, que mantiene los cinco ediles de hace cuatro años. Un resultado que da cuenta del crecimiento de Bildu, pero que es también la recuperación de su espacio habitual tras el mal resultado de hace cuatro años. El PP alcanza los cuatro concejales, suma uno, y Elkarrekin Podemos pierde un representante y se queda en dos.

En las Juntas Generales de Vizcaya, la lista más votada volvió a ser la del PNV, esta vez encabezada por Elixabete Etxanobe. La que será la primera diputada general de Vizcaya obtuvo el 38% de los votos (cinco puntos menos) y 23 escaños (dos menos). Normal que Andoni Ortuzar, líder del PNV, calificase la noche como "agridulce". Bildu, con Iker Casanova al frente, experimentó también un muy importante crecimiento, subiendo de cuatro junteros hasta los 14. Subida más moderada del PSE, de ocho a nueve. Misma subida para el PP, de dos a 3, desbancando a Podemos que pierde cuatro y se queda con dos.

Guipúzcoa, el gran éxito de Bildu

La lista encabezada por Maddalen Iriarte, otrora rostro de una televisión pública vasca que no dudó en cortar hasta en dos ocasiones a Andoni Ortuzar para dar paso primero a la propia Iriarte y después a Otegi, logró otro grandísimo resultado para Bildu en Guipúzcoa. La coalición abertzale alcanzó los 22 escaños en las Juntas Generales (la cifra mágica que alcanzó en 2011). El PNV tendrá esta legislatura tres junteros menos en Guipúzcoa, 17. El PSE pierde dos, se queda en siete y el PP de Mikel Lezama gana dos y tendrá tres representantes. La última fuerza será Podemos, con dos representantes tras haber perdido a la mitad de sus representantes. Un panorama que pone a prueba los pactómetros y dónde el PSE puede ser llave para decidir si favorece que gobierne Bildu o busca impedirlo aunque para eso sea necesario el PP.

Foto: Los siete condenados por asesinatos de ETA renuncian a ser candidatos de EH Bildu. (EFE/Javier Etxezarreta)

En la capital guipuzcoana, el jeltzale Eneko Goia, actual alcalde, logró una victoria por la mínima. Dejándose 10.000 votos, el PNV solo logró nueve concejales, uno más que Bildu. El PSE y el PP mantienen los cinco y tres respectivamente, y Elkarrekin Podemos se queda en dos tras perder un representante.

Resultado histórico en Vitoria

La carrera en Vitoria fue la más ajustada, tal y como venían apuntando los sondeos. Y es quizá también una de las carreras más representativas del asalto electoral, éxito para Bildu y varapalo para el PNV. EH Bildu, con Rocio Vitero a la cabeza, cosechó un éxito notable, primera fuerza con siete concejales. Unos resultados, eso sí, ajustadísimos, que lo único que dejan claro es que Vitoria va a tener una alcaldesa (cosa que ya sabíamos antes de las urnas, todo sea dicho). En menos de un punto estuvieron las elecciones en Vitoria, el PSE de Maider Etxebarria tendrá seis concejales, uno menos que Bildu, los mismos que PP y PNV, cuarta fuerza en votos. Un resultado duro, perdiendo casi 7.000 votos tras haber apostado por un perfil, el de Beatriz Artolazabal, que había ocupado un papel preponderante en el gobierno de Urkullu. Completará el consistorio Elkarrekin Podemos con dos.

El PNV del diputado general, Ramiro González, fue la lista más votada en Álava, pero con la misma tendencia que en el resto de la noche electoral. 10.000 votos menos que en 2019, pérdida de dos junteros (15), solo uno más que EH Bildu. El PSE tendrá nueve junteros (pierde uno), los mismos que el PP, que gana un representante. Podemos también pierde representación en Álava, se queda en tres y una de las noticias de la noche es la entrada de Vox en las Juntas Generales, con un representante.

Llega el momento de los pactos y de ver si el PNV y el PSE mantendrán los acuerdos que han marcado la política vasca en los últimos años. Los socialistas salen con algo más de capacidad de negociación, puesto que los resultados (y la buena sintonía con Bildu en Madrid), abren la puerta a otros pactos.

La pujanza de EH Bildu no deja lugar a muchas dudas. En una campaña en la que se han examinado sus vínculos con el pasado, en la que ha ocupado la primera plana la presencia de 44 personas condenadas por tener vínculos con ETA (siete, que finalmente renunciaron, con delitos de sangre), Bildu ha sido capaz de utilizar esa sobreexposición a su favor. Las críticas, los debates morales, han importado poco a los votantes, hasta el punto de que 15 de los 44 candidatos condenados han sido elegidos este 28-M. Entre ellos, dos de los siete con delitos de sangre que ya habían sido retirados, aunque sus nombres constaban en las papeletas: Begoña Uzkudun y Juan Carlos Arriaga Martínez.

Pamplona como moneda de cambio

Hace cuatro años, el alcalde de EH Bildu, Joseba Asiron, perdió el bastón de mando del Ayuntamiento de Pamplona, que volvió a manos de UPN, tras no ser "correspondido" por los socialistas. Los ediles del PSN, al igual que en el resto de municipios, se votaron a sí mismos facilitando el acceso a la alcaldía a la derecha. En Pamplona y en un buen número de ayuntamientos clave.

Este domingo, UPN volvió a ganar a EH Bildu por menos de 3.000 votos y con un concejal de diferencia, pero Asiron confía en que el PSN, que quedó en tercer lugar con cinco ediles, les facilite la alcaldía: "Al PSN le toca correspondernos con la alcaldía", advirtió en una entrevista este mismo mes.

La negociación dependerá a su vez de los resultados en el Parlamento de Navarra, donde UPN quedó en primer lugar con 15 escaños, pero no alcanza la mayoría con los votos de PP (3) y la irrupción de Vox (2). El PSN quedó en segundo lugar al repetir con 11, pero para gobernar en minoría con Geroa Bai (7) y la marca territorial de Unidas Podemos (3), necesitará la abstención de EH Bildu, que alcanzó los nueve escaños frente a los siete que cosechó en 2019.

Las municipales y forales dejaron una noche dulce para EH Bildu. La formación de Arnaldo Otegi desafió la hegemonía del PNV en el País Vasco y salió reforzada en Navarra, donde peleará por el Ayuntamiento de Pamplona. Después de una campaña dura en la que se ha hablado de presente y futuro, pero también (y mucho) del pasado por la inclusión de condenados de ETA en sus listas, el partido utilizó esa sobreexposición para recoger los frutos de su viraje estratégico, postulándose como alternativa progresista y con menos énfasis en las cuestiones identitarias.

Arnaldo Otegi