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UPN ofrecerá a Chivite un acuerdo de gobernabilidad para que no dependa de Bildu
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PACTOS DE GOBIERNO EN NAVARRA

UPN ofrecerá a Chivite un acuerdo de gobernabilidad para que no dependa de Bildu

Órdago de los regionalistas navarros al PSN. La formación de Esparza irrumpirá en las negociaciones con una oferta abierta en la que no descartan ni la fórmula de coalición ni un pacto para un Ejecutivo en minoría

Foto: La candidata del PSN a la presidencia de Navarra, María Chivite (i), inicia los contactos para intentar formar Gobierno con la cabeza de lista de Geroa Bai, Uxue Barkos (d). (EFE/Jesús Diges)
La candidata del PSN a la presidencia de Navarra, María Chivite (i), inicia los contactos para intentar formar Gobierno con la cabeza de lista de Geroa Bai, Uxue Barkos (d). (EFE/Jesús Diges)

UPN no se quedará mirando desde el patio de butacas el escenario donde la presidenta socialista, María Chivite, protagoniza las negociaciones poselectorales para reeditar su coalición de gobierno en Navarra. En la formación que lidera Javier Esparza, dicen conocerse ya la escena, pues tanto los resultados de las elecciones como el curso de las primeras conversaciones entre los partidos y sus posiciones de partida siguen el mismo guion de 2019. En el PSN, aseguran que solo pactarán con Geroa Bai, la marca navarra del PNV, y con Zurekin (Podemos e IU), pero volverán a necesitar, como hace cuatro años, la abstención de EH Bildu para poder gobernar. Para evitarlo, fuentes de toda solvencia de la cúpula de UPN avanzan a este diario que ofrecerán un acuerdo de gobernabilidad a Chivite.

Las mismas fuentes matizan que no tienen decidida la fórmula del hipotético pacto, pues dependería de las conversaciones con el PSN si se presta a explorar esta vía, pero podría ir desde una coalición hasta un acuerdo de legislatura para un Ejecutivo en minoría. Entre UPN, primera fuerza con 15 diputados, y el PSN, segunda con 11, suman mayoría absoluta. Por tanto, no haría falta el concurso de terceros actores, ni a derecha ni a izquierda, para explorar esta vía alternativa de gobernabilidad. Su principal objetivo, según abundan en la formación conservadora regionalista, sería evitar que Chivite tenga que recurrir a la abstención de EH Bildu.

Foto: Las candidatas del PSN a presidir por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona, María Chivite (c) y Elma Saiz (d), junto a Ramón Alzorriz (i), responsable de Organización. (EFE/Jesús Diges)

Una dependencia que consideran sinónimo de "pacto", se escenifiquen o no conversaciones o se niegue por activa y por pasiva por parte del PSN que no cerrarán ningún acuerdo con la izquierda abertzale. Una propuesta entre el salvavidas y el órdago para retratar al PSN. De hecho, el propio Esparza ya avanzó tras las elecciones que llamaría a Chivite, pese a que el número dos de los socialistas navarros, Ramón Alzóriz, se adelantó asegurando que podía ahorrarse el contacto.

Desde el PSN, mantienen su filosofía de "ni con UPN, PP y Vox, ni con EH Bildu". La misma política de pactos que han mantenido hasta ahora y que aseguran que van a mantener. Fuentes de la dirección próximas a Chivite argumentan, ante posibles propuestas de UPN, que su hoja de ruta pasa únicamente "por negociar con nuestros socios de gobierno para confirmar y liderar un Gobierno de progreso y para dejar a la derecha y a la ultraderecha en la oposición". Cualquier oferta que venga de UPN, por tanto, avanzan que "no es factible" con su hoja de ruta y niegan que vayan a entrar "en el marco que quiere la derecha".

Como en 2019, los socialistas navarros están dispuestos a facilitar el bastón de mando de Pamplona a UPN, la fuerza más votada, antes que contribuir con sus votos a que el regidor sea el candidato de EH Bildu y exalcalde de la capital navarra, Joseba Asiron. Son tajantes en que no habrá intercambio de cromos. Eso sí, antes intentarán la carambola de gobernar el ayuntamiento con una oferta a Geroa Bai y Elkarrekin Podemos, aunque seguirían necesitando el apoyo de EH Bildu en la investidura para alcanzar mayoría. Un movimiento táctico para defenderse de las críticas desde la izquierda por permitir la continuidad de UPN. De no prosperar, como es previsible, los concejales del PSN se votarán a sí mismo y permitirán a la candidata de UPN, Cristina Ibarrola, que alce el bastón de mando de la capital.

Foto: Otegi en una imagen de archivo. (EFE/Javier Etxezarreta)

Los ayuntamientos se constituirán el próximo 17 de junio y, si no hay acuerdos para una mayoría alternativa, gobernará la lista más votada. Chivite, en cambio, podría retrasar las negociaciones para su investidura hasta después de las elecciones generales del 23 de julio. Evitaría así interferencias en la campaña del PSOE, al depender su reelección nuevamente de una abstención de EH Bildu. Precisamente, los socialistas buscan en la campaña de las generales que la presión por los pactos se traslade a la sede de Génova por su necesidad de acuerdos con Vox hasta en cinco gobiernos autonómicos.

El retraso de la formación de Gobierno, para evitar el coste en las generales de una investidura con la hipotética abstención de EH Bildu, es lo que deslizan que podrá ocurrir tanto en EH Bildu como en UPN. Es por ello que ambas formaciones están elevando la presión a Chivite para buscar retratarla. El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, mantiene que allí donde su formación sea clave "no vamos a dejar que gobierne la derecha". Este es su "principio". Eso sí, en referencia a Chivite, deslizó durante una entrevista en Radio Euskadi la amenaza de que "podría pasar" que no se abstuviesen por la falta de correspondencia del PSN en el ayuntamiento al facilitar un Gobierno de UPN en lugar de EH Bildu.

Foto: Juan Karlos Izagirre, Rocio Vitero y Arnaldo Otegi celebran los resultados electorales. (Europa Press/Unanue)
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"Si alguien se empeña en ponérnoslo muy difícil, hablaremos, pero no vamos a cambiar ese principio", matizó acto seguido. Hace cuatro años, la decisión de su abstención en la investidura de Chivite, después de que el PSN contribuyese a desalojarlos del Ayuntamiento de Pamplona, se tomó mediante una consulta a las bases. Se posicionaron a favor de forma mayoritaria, pero nada está escrito y podría ser que la militancia llamada a consulta se sintiese maltratada por los socialistas navarros. "Tú no le puedes decir a la gente 'yo llevo cuatro años aprobando los presupuestos con EH Bildu, llevo haciendo acuerdos con EH Bildu, pero ahora no me gusta nada EH Bildu', porque no es creíble", concluía Otegi en la misma entrevista.

La fórmula del PSE con PNV y el PP

Pese a las advertencias de Otegi, en Euskadi la política de pactos del PSE será similar. Los socialistas vascos buscarán reeditar su acuerdo global de gobernabilidad con el PNV. Esto es, que se apoyen mutuamente según la lista más votada. Eso sí, según matizan fuentes de la dirección del partido que lidera Eneko Andueza, tratarán de extender este hipotético acuerdo a otras fuerzas en determinadas plazas donde puedan necesitar el apoyo de un tercer actor. "Para completar algunas mayorías, es necesario otro partido", reconocen desde el PSE-EE, pero avanzando que primero se centrarán en ponerse de acuerdo con el PNV para ya después explorar las alternativas según cada caso. Su principal objetivo es la alcaldía de Vitoria.

Foto: El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi. (EFE)

El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, se ha mostrado ya favorable a la reedición del pacto con el PSE y se ha abierto a extenderlo al PP. Los socialistas vascos aspiran a obtener con esta política de pactos la alcaldía y desbancar a EH Bildu, que fue primera fuerza. Para ello, el PSE-EE necesita, además del apoyo del PNV, el del PP o el de Elkarrekin-Podemos. Estos últimos ya han cerrado la puerta, por lo que esta fórmula dependería de que se sumasen los populares.

En Génova, sí ven con buenos ojos esta opción para impedir que acceda a la alcaldía la ganadora de las elecciones, la candidata de EH Bildu, Rocío Vitero. Feijóo fue claro durante su intervención en la Junta Directiva Nacional de este martes. "Pongo desde ya los votos de mi partido al servicio del constitucionalismo para evitar a Bildu cualquier posibilidad de acceder a un Gobierno", dijo el líder nacional. No habrá condiciones. Como vienen justificando hasta ahora los acuerdos de gobernabilidad con el PNV, que incluye la presencia en el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, los socialistas vascos priorizan "mayorías que otorguen estabilidad". Todo ello, aunque en Irún o Durango los socialistas han cerrado acuerdos presupuestarios con EH Bildu.

UPN no se quedará mirando desde el patio de butacas el escenario donde la presidenta socialista, María Chivite, protagoniza las negociaciones poselectorales para reeditar su coalición de gobierno en Navarra. En la formación que lidera Javier Esparza, dicen conocerse ya la escena, pues tanto los resultados de las elecciones como el curso de las primeras conversaciones entre los partidos y sus posiciones de partida siguen el mismo guion de 2019. En el PSN, aseguran que solo pactarán con Geroa Bai, la marca navarra del PNV, y con Zurekin (Podemos e IU), pero volverán a necesitar, como hace cuatro años, la abstención de EH Bildu para poder gobernar. Para evitarlo, fuentes de toda solvencia de la cúpula de UPN avanzan a este diario que ofrecerán un acuerdo de gobernabilidad a Chivite.

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