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Feijóo pacifica al PP de Cataluña y aspira a multiplicar por cinco sus escaños el 12-M
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ARRANCA LA PRECAMPAÑA

Feijóo pacifica al PP de Cataluña y aspira a multiplicar por cinco sus escaños el 12-M

Génova cree que el "tándem" entre Alejandro Fernández y Dolors Montserrat afianza un proyecto transversal capaz de morder voto del PSC a Vox y anular por completo a Cs. El partido respira tras meses de tensión

Foto: (I-D): La eurodiputada Dolors Montserrat, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, el candidato del PP a la Generalitat, Alejandro Fernández, y la vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez. (Europa Press/David Zorrakino)
(I-D): La eurodiputada Dolors Montserrat, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, el candidato del PP a la Generalitat, Alejandro Fernández, y la vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez. (Europa Press/David Zorrakino)
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Alberto Núñez Feijóo se la juega en Cataluña sin más presión que la que él mismo se impuso desde el día en que se hizo con los mandos de Génova, hace ya casi dos años. El líder del PP siempre ha sido consciente de que, sin una marca fuerte en este territorio, su aspiración de llegar a la Moncloa se resquebraja. En la memoria de importantes dirigentes de la cúpula aún pervive el recuerdo de cómo la fortaleza del PSC en las últimas elecciones generales —se llevó 19 escaños al Congreso— fue imprescindible para la supervivencia de Pedro Sánchez. El próximo 12 de mayo, el popular pretende volver a equilibrar el tablero.

El líder del PP ha superado ya la primera prueba. Como reconocen en el entorno de Feijóo, el adelanto electoral pilló con el pie cambiado a Génova y trastocó la hoja de ruta que tenía prevista para la organización catalana. Alejandro Fernández no era, ni mucho menos, la primera opción. La dirección regional llevaba años caducada, y la estructura del partido en Cataluña languidecía a consecuencia de las pugnas internas y de los pésimos resultados que hundieron a los azules a la más absoluta irrelevancia.

Pero apenas había margen para maniobrar. Feijóo recibió muchas presiones internas. En privado, importantes barones y miembros de la dirección nacional pedían al líder un golpe de autoridad para imponer a su propio candidato por los continuos desafíos de Alejandro Fernández a la cúpula. Pero también había opiniones, incluso entre los menos afines al dirigente catalán, que advertían del riesgo de ruptura si no le ratificaba como cabeza de lista, sobre todo después de recibir el apoyo del sector 'duro' del PP y de buena parte de la sociedad civil catalana.

Feijóo minimizó el peligro con una solución intermedia. Alejandro Fernández será el candidato, pero con la tutela de Dolors Montserrat, de la máxima confianza del gallego, como jefa de campaña. Génova tendrá cuota en la confección de los mensajes, las listas y las decisiones orgánicas de cara al 12-M, pero el presidente del PP de Cataluña será el altavoz de la marca. No es un remedio a largo plazo, ya que la renovación orgánica de la dirección catalana sigue siendo una tarea pendiente. Pero sí pacifica a la organización y satisface a todas las partes, al menos lo suficiente como para amarrar la bandera de la unidad y no soltarla hasta que se cierren las urnas.

Foto: El presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández. (EFE/Alejandro García) Opinión

Génova hace de la necesidad virtud y ve en el "tándem" entre Fernández y Montserrat una "oportunidad" para volver a hacer historia en Cataluña. Las expectativas de crecimiento son altas. Ninguna encuesta sitúa la formación por debajo de los 10 escaños. Pero tanto en la dirección nacional como en la autonómica se ven con opciones de salir por la puerta grande y que el estirón llegue a los 15 diputados en el Parlament. El objetivo de Feijóo siempre ha sido devolver al PP de Cataluña a la época dorada de Alicia Sánchez-Camacho, la de los 19 escaños. Lo mucho o lo poco que se acerquen a esa cifra dependerá en gran parte de la efectividad de una campaña que no tardará en convertirse en una auténtica carrera de fondo.

La elección del candidato no solo era importante por los pulsos orgánicos, sino también por la definición del modelo de partido que se implantaría Cataluña. Alejandro Fernández se prodiga sin ambages en el discurso duro con el independentismo. De hecho, cuestionó abiertamente el acercamiento del PP a Junts en el marco de las negociaciones para la investidura de Feijóo. El líder, por su parte, ha abogado siempre por la apertura al catalanismo constitucionalista, con guiños a las "particularidades" del territorio y sin renunciar a "normalizar" las relaciones, "desde la discrepancia", con el nacionalismo.

La baza que jugará el PP será convertir los dos discursos en complementarios para impactar en un amplio espectro de votantes. El afán de Feijóo es agujerear la bolsa de electores del PSC contrarios a las cesiones al independentismo, con la amenaza de la autodeterminación revoloteando de nuevo en el Parlament. Pero la apuesta por Alejandro Fernández y su marcado perfil antinacionalista también les puede permitir crecer dentro del espectro de Ciudadanos y Vox.

Foto: Alberto Núñez Feijóo, durante el desayuno informativo de Nueva Economía Fórum en Barcelona. (EP/Kike Rincón)

El PP parte estas elecciones de un bajísimo suelo de tan solo tres diputados. El partido de Santiago Abascal les adelantó por la derecha en las autonómicas de 2021 y sumó 11 escaños. Ciudadanos se dejó casi todo su capital político, pero también les sobrepasó con seis parlamentarios. La situación no fue mejor en 2017. Inés Arrimadas capitalizó todo el espacio del centroderecha constitucionalista y ganó las elecciones, mientras el PP cayó al último lugar.

El objetivo ahora es dar la vuelta a la tortilla. "Hace años que dejamos de ser esa referencia. Pero ahora optamos a ser la primera fuerza de combate constitucionalista", sentencian en Génova. El PP ya registró una tendencia al alza en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, donde sumaron 130 concejales más en Cataluña y superaron en votos tanto a Vox como a Cs. En las generales triplicó también sus resultados —pasó de dos a seis escaños en el Congreso por Cataluña—, y superó en número de votos tanto a ERC como a Junts.

Feijóo y Fernández pusieron las primeras piedras de la campaña durante la Junta Directiva Autonómica de este miércoles, en la que ambos sellaron las rencillas internas para lanzarse a una carrera electoral centrada en "acabar con el procés" pero también "con el sanchismo", convencidos de que lo que suceda el 12-M en Cataluña puede poner también punto y final a la legislatura. Ese será el principal aliciente para llamar al voto y "concentrarlo" en el PP. "Vengo a pediros que os activéis como nunca", clamó Feijóo, llamando a la movilización a las debilitadas bases catalanas. "Esta vez", animó, "sí tenemos una opción real de ser decisivos".

Alberto Núñez Feijóo se la juega en Cataluña sin más presión que la que él mismo se impuso desde el día en que se hizo con los mandos de Génova, hace ya casi dos años. El líder del PP siempre ha sido consciente de que, sin una marca fuerte en este territorio, su aspiración de llegar a la Moncloa se resquebraja. En la memoria de importantes dirigentes de la cúpula aún pervive el recuerdo de cómo la fortaleza del PSC en las últimas elecciones generales —se llevó 19 escaños al Congreso— fue imprescindible para la supervivencia de Pedro Sánchez. El próximo 12 de mayo, el popular pretende volver a equilibrar el tablero.

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