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Los activistas que el independentismo catalán prestó a Vox en las elecciones del 28-M
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TRÁNSFUGAS DE VARIAS FORMACIONES

Los activistas que el independentismo catalán prestó a Vox en las elecciones del 28-M

Miembros de PxC, militantes inmersos en oscuros episodios y una defensora de la inmersión lingüística dominan ahora las filas del partido de Abascal

Foto: Ignacio Garriga, presidente de Vox en Cataluña. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Ignacio Garriga, presidente de Vox en Cataluña. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Las candidaturas de Vox en Cataluña del pasado 28 de mayo se han visto trufadas con tránsfugas de varias formaciones: desde grupúsculos de extrema derecha como Democracia Nacional hasta el PP o Ciudadanos. El partido que lidera Santiago Abascal incluso fichó al antiguo presidente del Partido Castellano PCAS y Candidatura de las Culturas de Cataluña, formación liderada por el abogado peruano Bernardo Casique. El partido verde logró en estas municipales unos resultados sin precedentes: alcanzó los 150.653 votos y los 124 concejales. En las municipales de 2019, había conseguido 36.240 votos y solo tres concejales. Pero, además, ha logrado penetrar en auténticos feudos del independentismo, donde ni PP ni Ciudadanos tenían opción a sentarse en un pleno. Solo los socialistas, en ocasiones, podían tener opción a lograr un cierto reconocimiento en las elecciones.

Buena parte de la riada de votos y cargos fichados por Vox en Cataluña provenían de formaciones extremistas españolistas. Pero el trasvase más curioso es el realizado desde las filas de Plataforma per Catalunya, una curiosa formación que empezó siendo radicalmente independentista e identitaria y acabó en los aledaños del extremismo… españolista. En muchos círculos independentistas, PxC es tildada como un partido nacido en la extrema derecha catalana. Fundado por Josep Anglada en la localidad de Vic, en la Cataluña profunda, el partido se fracturó en 2014 debido a las rencillas internas y a los personalismos que hubo en su interior.

Foto: Mural en Barcelona en el que se puede leer "España es un Estado fascista". (EFE/Marta Pérez)

El ya exlíder de PxC, Josep Anglada, fundó en 2016 el grupo Som Identitaris (SOMI), que concurrió en varias localidades y logró dos concejales en Vic, aunque perdió uno en Manlleu. Su trayectoria en el antiguo partido acabó con querellas y amenazas cruzadas entre dirigentes de la Plataforma. Anglada llegó a denunciar un complot para asesinarle y aportó varios nombres de los que tramaban esa acción. Uno de ellos era Ignasi Mulleras, elegido el pasado 28 de mayo concejal en la localidad gerundense de Roses, donde obtuvo un concejal, el mismo número que el PP, aunque el partido verde superó a los populares en 29 votos.

El episodio con el hijo del emérito

La trayectoria de Mulleras es singular: en 1988 fue candidato de Juntas Españolas, en 1994 fichó por Alternativa Demócrata Nacional, de la que formaba parte la plataforma pronazi Cedade (liderada por el librero Pedro Varela), y en 1995 se afilió a Democracia Nacional, de la que fue el primer secretario en Cataluña. Mulleras reapareció tres lustros más tarde en PxC junto a Anglada… hasta que se pelearon y acabaron en los tribunales. Su peso en la formación identitaria era considerable, pero de hombre de confianza del líder pasó a ser su gran enemigo.

Meses después de romper, Anglada le denunció como el instigador de un complot que tramaba su asesinato. Se trataba, al parecer, de simular un accidente de tráfico para acabar con la vida del dirigente de Vic. El plan tenía todos los ingredientes de una película de serie B, y en él entraba incluso el recientemente fallecido supuesto hijo del Rey emérito, Albert Solà. El plan consistía en invitar a cenar a Anglada al restante El Roquet de Tavèrnoles y emborracharlo, de tal modo que, cuando volviese a casa conduciendo su coche, un camión conducido por un ciudadano rumano lo echaría de la carretera BV-5213 en una curva.

Foto: Foto: Reuters/Albert Gea.
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Poco después, Mulleras declaraba a Ràdio Olot —la localidad de la que es natural— que era inocente y que su antiguo jefe y amigo presentó una grabación manipulada para inculparle a él y a otros dos militantes en el supuesto accidente de tráfico. La Justicia, de todos modos, le prohibió acercarse a menos de 200 metros de Anglada, aunque posteriormente la Audiencia lo absolvió por falta de pruebas y de consistencia de las acusaciones.

Otro de los implicados en el supuesto complot era Joan Carles Fuentes, que siguió una trayectoria similar a Mulleras: el pasado 28 de mayo concurrió de cabeza de lista de Vox en Vic, aunque no obtuvo representación (solo cosechó 189 votos), pese a que su lista la cerraba el eurodiputado Jorge Buxadé.

El cabeza de lista en Salt, una población con grandes problemas de inmigración, Vox obtuvo cuatro concejales y se convirtió en la tercera fuerza, por delante de JxCAT y acercándose a ERC y al PSC. Su cabeza de lista, Sergi Fabri, es también un antiguo militante y candidato de PxC desde hace una década y hasta 2019. Sus tres compañeros de candidatura, Sergio Concepción Yáñez, Cruz Riol Lázaro y Raquel Mercedes González, electos en los últimos comicios, también habían estado en PxC y habían formado parte de sus listas. En esta localidad, la estructura de Plataforma per Catalunya aterrizó de lleno en Vox.

Foto: El empresario Santiago Espot, uno de los asistentes a la reunión. (EFE/Víctor Lerena)

Desde PxC llegaron también al partido de Abascal en Cataluña el diputado Juan Garriga y la concejala Mónica Lora, también tesorera de la formación. Garriga es primo de Ignasi Garriga, el líder de Vox en Cataluña. En 2011, hace algo más de una década, ambos participaron en la campaña de PxC 'Primer, els de casa' (Primero, los de casa), que trataba de denunciar que las ayudas de la Administración se otorgaban a extranjeros, preferentemente musulmanes o a recién llegados, en detrimento de los catalanes que ya vivían en la comunidad.

Un eslogan patentado

Se da la casualidad de que Anglada patentó el eslogan 'Primer, els de casa' y, tras romper el partido y quedarse otra facción con las siglas PxC, les quiso obligar a dejar de utilizar la frase, esgrimiendo los documentos oficiales de la Oficina de Patentes y Marcas. Tras un periplo judicial, los tribunales sentenciaron en 2016 que la marca pertenecía a PxC, que ya por entonces no estaba bajo su control.

La campaña aseguraba que los inmigrantes musulmanes quitaban puestos de trabajo a los autóctonos, recibían subvenciones, no pagaban impuestos y tenían conexiones con mafias. Ese tic xenófobo antiislamista es la seña de identidad ahora de otro partido de extrema derecha independentista, Aliança Catalana, que ganó las elecciones municipales en Ripoll, desbancando a JxCAT y a ERC, y sacó concejales en dos localidades más.

Ese tic xenófobo antiislamista es la seña de identidad ahora de otro partido de extrema derecha independentista, Aliança Catalana

En 2016, el juez amplió la imputación a todo el consejo ejecutivo de PxC, en el que estaban, entre otros, Anglada y Mulleras. Otro de los imputados, Eduard Pallerola, se presentó ahora como cabeza de lista de Vox en Tárrega (Lleida), pero no obtuvo representación. Garriga y Lora fueron incluidos en las listas al Parlament en las últimas autonómicas. Debido a esa circunstancia, al ser aforados, su caso pasó al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que finalmente archivó el caso hace casi año y medio porque la Fiscalía no presentó acusación al final.

Joan Garriga estuvo a punto de ser el alcaldable de Vox en Barcelona en las últimas municipales, aunque finalmente fue el último de la lista de Manresa, donde Vox obtuvo un concejal. Se trata de Inmaculada Cervilla, que en 2015 encabezó la candidatura de PxC en Sant Joan de Vilatorrada. Cervilla es la pareja de otro histórico de la Plataforma, Albert Pericas, exconcejal de la Plataforma en Manresa. La número cuatro de su candidatura, Jesica Dolón, la acompañó en el trasvase de PxC a Vox, puesto que también formó parte de la candidatura de Plataforma en Sant Joan de Vilatorrada.

Foto: El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y su vicepresidente, de Vox, Juan García-Gallardo. (EFE/Nacho Gallego)

Mónica Lora, por su parte, fue cabeza de lista en Mataró el pasado 28 de mayo y logró el acta de concejal, al obtener cuatro representantes y convertir a Vox en la tercera fuerza política, por delante de JxCAT y pisándole los talones a ERC. Entre 2012 y 2019, fue secretaria general de PxC y secretaria de las Joventuts Indentitàries per Catalunya (JIxC), la rama juvenil de esa formación. Como integrante de ese partido, y ante una propuesta de la CUP en defensa de la inmersión lingüística, Lora se abstuvo porque consideraba que “el catalán ha de ser vehicular en la educación. Es la lengua propia del pueblo catalán y una prueba esencial de nuestra identidad”. Su partido defendía que “la supervivencia del catalán es vital para la supervivencia de los catalanes como pueblo específico”. Lora criticó en ese pleno a Ciudadanos y PP, a los que acusó de “estar siempre dispuestos a actuar contra Cataluña y el catalán, siguiendo los dictados de su ideología centralista”. Hoy, esa defensora acérrima de la inmersión y la descentralización es una de las dirigentes con más peso de Vox en Cataluña. En 2020, dejó una frase para el recuerdo: “No pediremos perdón por nuestra historia”. Se refería entonces no al catalán, sino a Colón, a “nuestra identidad: ¡Hispanidad!”.

Las candidaturas de Vox en Cataluña del pasado 28 de mayo se han visto trufadas con tránsfugas de varias formaciones: desde grupúsculos de extrema derecha como Democracia Nacional hasta el PP o Ciudadanos. El partido que lidera Santiago Abascal incluso fichó al antiguo presidente del Partido Castellano PCAS y Candidatura de las Culturas de Cataluña, formación liderada por el abogado peruano Bernardo Casique. El partido verde logró en estas municipales unos resultados sin precedentes: alcanzó los 150.653 votos y los 124 concejales. En las municipales de 2019, había conseguido 36.240 votos y solo tres concejales. Pero, además, ha logrado penetrar en auténticos feudos del independentismo, donde ni PP ni Ciudadanos tenían opción a sentarse en un pleno. Solo los socialistas, en ocasiones, podían tener opción a lograr un cierto reconocimiento en las elecciones.

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