El PP justifica su apoyo al PSC para cerrar el paso al "independentismo" y al "populismo"

"El PP es un partido de Estado que trabaja por la integridad nacional desde el Gobierno, pero también desde la oposición". Así ha justificado la dirección nacional del PP el giro que ha protagonizado este sábado en Barcelona. Los cuatro votos del PP han sido esenciales para investir a Jaume Collboni (PSC) frente a Xavier Trias (Junts). La única condición para convertir al candidato socialista en alcalde era que éste se comprometiese a dejar a Colau fuera del equipo de gobierno. La rectificación in extremis de los comunes ha inclinado la balanza. Collboni gobernará Barcelona, y Trias se queda a las puertas.

Fuentes de Génova informan de que el pasado jueves, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, se puso en contacto con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. En la conversación telefónica, el PP ofreció su apoyo al PSC para hacerse con la alcaldía de Barcelona. Sólo había un requisito: dejar al margen a Ada Colau. El comunicado de los populares no dice nada de que ese veto se extienda al resto del equipo de los comunes aunque, a priori, los morados renuncian a una coalición con Collboni.

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Génova exhibe "sentido de Estado" y justifica que, con el voto a favor de sus cuatro ediles, el PP logra "retirar de la gobernabilidad de Barcelona tanto al partido de Puigdemont como a la izquierda rupturista y soberanista" que "tanto daño ha hecho a la ciudad en estos últimos años". Ese es el mensaje. El PP, con cuatro ediles y siendo la quinta fuerza más votada, se ha cobrado la cabeza de Ada Colau y de Xavier Trias. "Hoy arrebatamos al independentismo la posibilidad de gobernar la ciudad, y logramos además retirar al populismo su mayor plaza institucional a nivel municipal", celebran.

Los populares hacen también énfasis en el carácter decisivo que tendrán los concejales de Daniel Sirera en las decisiones que adopte el Ayuntamiento de Barcelona en los próximos años, ya que Collboni gobernará en minoría. En un principio, y ante la negativa del PSC a aceptar su línea roja respecto a Colau, tanto Génova como Sirera apostaban por votarse a sí mismos en la sesión de investidura, una decisión que hubiese otorgado irremediablemente la alcaldía a Xavier Trias, por ser la lista más votada. Pero era una decisión cuanto menos delicada.

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En el PP reconocían un cierto talante a Trias, aunque ensombrecido por su entorno "secesionista". Las suspicacias internas comenzaron a crecer conforme la posibilidad de facilitar la investidura del candidato de Junts iba acercándose. El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, enmendó el criterio que hasta ahora había defendido Génova y advirtió en redes sociales horas antes del pleno que el PP no podía ser cómplice de que "Waterloo gobierne Barcelona". El paso atrás de los comunes terminó inclinando la balanza. De hecho, en el comunicado de la dirección del PP se refieren a Trias en todo momento como "el partido de Carles Puigdemont".