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Albares viaja a Argelia para ahondar en una reconciliación que no avanza en lo económico
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Albares viaja a Argelia para ahondar en una reconciliación que no avanza en lo económico

Argel envió en diciembre a un embajador a Madrid, tras casi 20 meses de crisis, pero solo permite por ahora las exportaciones españolas de aves de corral y carnes rojas

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. (EFE/EPA/Yoan Valat)
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. (EFE/EPA/Yoan Valat)
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"Me encantaría ser yo el que fuera a Argelia". El presidente Pedro Sánchez lanzó esta boutade en Berlín, el 30 agosto de 2022, pero aún tendrá que esperar para hacer ese viaje. El que sí se desplazará a Argel, el lunes 12, será el jefe de su diplomacia, José Manuel Albares.

El ministro Albares, que en junio de 2022 acusó a Argelia de actuar contra España al dictado de Rusia, visitará Argel para tratar de sellar en lo económico la reconciliación entre ambos países que empezó a finales del año pasado tras 20 meses de crisis bilateral. Por ahora se ha restablecido la normalidad política, pero no la comercial.

Lo que hizo Sánchez con relación al Sáhara Occidental es "ética e históricamente inadmisible", denunció el presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, en televisión en abril de 2022. "Exigimos la aplicación [por España] del derecho internacional para que nuestras relaciones vuelvan a ser normales", repitió más de una vez ante las cámaras. España "debe revisar su posición", insistió.

El Gobierno español no ha revisado su posición, pero Tebboune ha querido que la relación vuelva a la normalidad política. Por eso envió en diciembre a un embajador a Madrid, Abdelfetah Daghmoun. Mandó cursar, además, a través del ministro de Exteriores argelino, Ahmed Attaf, una invitación a Albares. Para dar ese vuelco en política exterior, las autoridades argelinas se agarraron a un clavo ardiendo, el discurso de Sánchez en septiembre, en la Asamblea General de la ONU, en el que omitió mencionar la oferta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental.

Foto: El presidente de Argelia, Abdelmajid Tebboune. (Reuters/Ramzi Boudina)

Ese fue el origen de la crisis, el alineamiento de Sánchez con la solución que propugna Marruecos para resolver ese conflicto expresado en una carta enviada al rey Mohamed VI que este hizo parcialmente pública, mediante un comunicado real, el 18 de marzo de 2022. En Argel se enteraron por la prensa de ese volantazo en la política exterior española.

La alocución de Sánchez ante la ONU no supuso ninguna rectificación. Otras iniciativas demostraron que el Gobierno seguía en sus trece. El Ministerio de Asuntos Exteriores español borró, por ejemplo, en otoño de su web un texto que propugnaba la autodeterminación del pueblo saharaui.

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. (EFE/Javier Lizón)

Tebboune reaccionó al día siguiente, el 19 de marzo de 2022, llamando a consultas a su embajador en Madrid, Said Moussi, y, en junio, suspendió el Tratado de Amistad suscrito con España en 2002. Esa decisión conllevó, de hecho, la supresión del comercio excepto las exportaciones de gas a través de Medgaz, el único gasoducto que aún funciona. También recortó los vuelos comerciales entre los dos países hasta el punto de que solo una vez a la semana se podía volar directamente de Madrid a Argel. Antes de la pandemia hubo hasta tres vuelos diarios.

Esa sanción significó, en la práctica, que las exportaciones a Argelia cayeron en más de un 90% y que las empresas españolas dejaron de vender mercancías, en 20 meses, por valor de más de 3.000 millones de euros. Algunas se buscaron la vida creando filiales en Portugal y en Francia para intentar seguir desde allí colocando su mercancía en Argelia disimulando su origen español.

Las quejas empresariales no fueron atendidas por el Ministerio de Industria y Comercio. Tampoco la Comisión Europea movió un dedo, más allá de algunas declaraciones rimbombantes, para echarles una mano en unos tiempos en que la guerra en Ucrania había revalorizado los hidrocarburos argelinos. Para tratar de hacerse oír, las pymes españolas se reagruparon en la Asociación de Empresas Afectadas por la Crisis de Argelia (AECA).

Foto: José Manuel Albares y Josep Borrell. (EFE/Kiko Huesca)

Anunciaron que formularían una reclamación patrimonial al Estado español por las pérdidas sufridas a causa de una decisión política, pero aún no han llegado a dar ese paso. "Las empresas importantes perjudicadas no quieren enfrentarse al Estado invocando otros compromisos en los que pudieran resultar perjudicadas de cara al futuro", explica el dueño de una pyme valenciana.

Pese a la reconciliación política, la relación apenas ha mejorado a día de hoy en lo comercial. "Aparte de las aves de corral, de los huevos para incubar y de las carnes rojas, el bloqueo sigue en vigor", reconoce Djamal Eddine Bouadallah, presidente del Círculo de Comercio e Industria Hispano-Argelino. La liberación de las importaciones de carne por el Ministerio de Comercio es consecuencia de la llegada del Ramadán, el mes de ayuno para los musulmanes, que debería empezar el 10 de marzo. Su consumo suele dispararse en las cenas familiares durante ese mes.

"Los demás sectores exportadores nos encontramos con el mismo bloqueo que en junio de 2022", confirma Julio Lebrero, presidente de AECA y director de una pyme zaragozana de máquinas-herramientas que vendía el 90% de su producción en Argelia.

Foto: El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune. (EFE/Ettore Ferrari)

"El objetivo de esta visita de Albares es, como mínimo, aliviar esta situación, empezando por restablecer el comercio", comenta al teléfono Bouadallah. "Sin duda tendrá también que hablar del suministro de gas", añade, aunque este nunca ha fallado. Argelia se volcó, sin embargo, en estrechar su relación con Italia, ignorando a España.

En la lista de los temas a tratar por Albares deberían también figurar al menos otros dos asuntos. El primero es la reactivación de las repatriaciones de inmigrantes irregulares argelinos que Argel suspendió el 2 de abril de 2022 como castigo al volantazo de Sánchez sobre el Sáhara Occidental. Estas se efectuaban por barco desde Alicante a Orán y desde Almería a Ghazaouet.

El año pasado llegaron a España 6.259 inmigrantes irregulares argelinos, según Frontex (agencia para el control de las fronteras exteriores de la UE), que en su mayoría zarparon de su propio país. Son menos que en 2022 y el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo reconoció en enero en una entrevista con el diario La Vanguardia.

Foto: José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. (EFE/Hidalgo)

Albares intentará además recabar en Argel, como ya lo hizo durante su reciente gira por el Golfo, apoyo diplomático para la celebración de una conferencia de paz sobre Oriente Próximo en cuanto termine la guerra en Gaza. Las autoridades argelinas mantienen unas buenas relaciones con todos los palestinos, no solo con la Autoridad Nacional Palestina, sino también con Hamás.

En cuanto a Ahmed Attaf, el ministro argelino, es probable que saque a relucir la explosiva situación en el Sahel que también preocupa al Gobierno español, sobre todo por sus consecuencias sobre la emigración irregular hacia Canarias. La diplomacia argelina sufrió, el 25 de enero, un grave revés en Malí. La Junta militar que gobierna ese país puso fin al Acuerdo para la Paz y la Reconciliación de 2015, más conocido como el Acuerdo de Argel porque se firmó en esa capital. Arremetió, de paso, con virulencia contra las autoridades argelinas.

La mediación de la diplomacia argelina permitió, hace casi 9 años, firmar ese pacto entre los rebeldes tuaregs y el Gobierno de Bamako. La denuncia ahora de ese acuerdo reaviva el riesgo de guerra civil en Malí y desestabiliza aún más al Sahel. Varios países, con EEUU a la cabeza, han lamentado o condenado la iniciativa de la Junta militar maliense. El Gobierno español no la ha hecho.

La prensa argelina sostiene que, detrás de la decisión de la Junta, están las maniobras de Marruecos, secundado por Emiratos Árabes Unidos, que ha logrado ejercer cierta influencia sobre Malí. Hasta el golpe militar de agosto de 2020, mantenía una estrecha relación con Argelia. En Rabat, se aplaudió la embestida maliense de enero contra las autoridades argelinas. ¿Será por eso que la diplomacia española ha guardado silencio ante la abolición por los coroneles malienses del Acuerdo de Argel?

"Me encantaría ser yo el que fuera a Argelia". El presidente Pedro Sánchez lanzó esta boutade en Berlín, el 30 agosto de 2022, pero aún tendrá que esperar para hacer ese viaje. El que sí se desplazará a Argel, el lunes 12, será el jefe de su diplomacia, José Manuel Albares.

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