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Sánchez practica la política del avestruz y niega el enfado de Argelia pese a sus amenazas
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Crisis con Argelia

Sánchez practica la política del avestruz y niega el enfado de Argelia pese a sus amenazas

El Gobierno español trata sin éxito de rebajar la tensión con el vecino argelino, que desde la semana pasada advierte de que podría subir el precio del gas. Sánchez viajará este jueves a Rabat

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. (EFE/Javier Lizón)
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. (EFE/Javier Lizón)
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El Gobierno español practica de nuevo la política del avestruz, el animal que incrusta su cabeza en la tierra y deja de ver lo que sucede a su alrededor. La ejerció desde julio de 2021 con Marruecos, restando importancia a su enfado, y ahora hace lo propio con Argelia, con la que está en crisis desde el 18 de marzo. Pedro Sánchez viajará, por fin, el próximo jueves a Rabat para sellar con el rey Mohamed VI la reconciliación tras más de 15 meses de tensiones, según la prensa marroquí, un anuncio que la Moncloa no confirmó anoche. No es una visita de trabajo, sino más bien un acto simbólico. Compartirán un 'iftar', la cena de ruptura del ayuno, por lo que, en principio, no cabe esperar importantes anuncios como sí sucedería tras una cumbre formal entre los dos Ejecutivos.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una visita a Argelia. (EFE/F. Calvo)

Desde que tomó posesión, el 12 de julio, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, multiplicó las palabras amables y conciliadoras hacia Marruecos secundado, a veces, por Sánchez y por otros miembros del Ejecutivo. Hasta el rey Felipe VI instó a Marruecos a “caminar juntos” en la recepción que ofreció al cuerpo diplomático en enero.

Esos gestos fueron contestados con desaires desde Rabat, como el comunicado del Ministerio de Sanidad marroquí de diciembre pasado, arremetiendo contra los controles sanitarios en aeropuertos españoles, hasta la prolongación del cierre del tráfico de pasajeros a través del Estrecho. Solo cuando el 18 de marzo se dio a conocer la gran concesión —el cambio de postura sobre el Sáhara Occidental—, llegó desde el palacio real marroquí una respuesta amable, aunque sin adquirir compromisos.

Foto: Mohamed VI. (Getty/Carlos Álvarez)

Ahora el Gobierno en su conjunto actúa de la misma manera con Argelia, que para manifestar su descontento llamó a consultas el 19 de marzo a su embajador en España, Said Moussi, y publicó un comunicado. El mayor gesto de apaciguamiento con el vecino argelino lo hizo, el jueves 24 de marzo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, expulsando al militar argelino Mohamed Benhlima, exiliado en España y reclamado por Argel.

Sánchez y Albares emplean un lenguaje similar, quizás un poco menos empático con Argelia. “Ha demostrado que su asociación estratégica [con España] es sólida”, declaró el ministro de Exteriores nada más conocerse el enfado argelino. “Para España, la alianza y condición de socio estratégico de Argelia es fundamental”, añadía Sánchez en otra intervención. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se sumó el pasado fin de semana a esta exaltación de la relación hispano-argelina. Afirmó, en una entrevista con el diario 'El País', que la relación con Argelia es “fluida” y que el vecino es un país “fiable” en lo concerniente al suministro energético.

Foto: El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (EFE/Kiko Huesca)

Respondía así a la declaración que hizo el viernes a la APS (agencia de prensa oficial) Taufic Hakkar, el presidente de Sonatrach, el mastodonte argelino de los hidrocarburos. “Desde el inicio de la crisis de Ucrania, los precios del gas y del petróleo se disparan”, afirmó el dirigente de esta empresa pública. “Argelia ha decidido mantener, para el conjunto de sus clientes, precios contractuales relativamente correctos”, añadió. “No excluimos, sin embargo, recalcular los precios para nuestro cliente español”, concluyó. España es el segundo importador de gas argelino después de Italia.

Foto: Abdelmajid Tebboune, en una imagen de 2019. (REUTERS/Ramzi Boudina)

Como cada vez que algún miembro del Gobierno español lanza un mensaje tranquilizador, un alto cargo argelino sale al paso de sus declaraciones. “Las palabras apaciguadoras de Teresa Ribera sobre la fiabilidad y la fluidez de las relaciones entre nuestros dos países no aplazarán la necesaria renegociación de los precios del gas suministrado a los compradores españoles”, afirmó a El Confidencial Amar Belani, embajador encargado del Sáhara Occidental en el Ministerio de Exteriores argelino.

“Sonatrach ya ha advertido a Naturgy [empresa gasística española] de su decisión de revisar al alza los precios y cantidades suministradas”, señaló otra fuente diplomática argelina. Los contratos con Argelia son a largo plazo y a precios inferiores a los del mercado, pero permiten negociar subidas si se produce un alza generalizada. Después de haber sido históricamente el primer proveedor de España, Argelia ha sido superada a principios de año por EEUU, que suministró un tercio del gas importado.

Foto: VA.

Las autoridades argelinas no ahorran ahora esfuerzos para demostrar que, para ahondar su cooperación energética, solo apuestan por Italia y ya no cuentan con España. Una delegación de ENI, el gigante italiano de los hidrocarburos, aterrizó el domingo a Argel para mantener conversaciones con Sonatrach, pero esta vez su llegada fue anunciada por un comunicado de la presidencia de la república que ostenta Abdelmajid Tebboune. Este recibió el viernes una llamada del primer ministro italiano, Mario Draghi, instándole a reforzar aún más la relación bilateral.

Sánchez desmintió la semana pasada en el Congreso que Argelia hubiese suspendido las repatriaciones de los inmigrantes irregulares llegados a las costas españolas. Afirmó que era un "bulo". Desde que estalló la crisis bilateral, Argel ha aceptado dos repatriaciones, una en avión, el 24 de marzo, de seis argelinos, entre ellos el militar Benhlima; y otra el 2 de abril, de 20 “sin papeles” trasladados en barco de Almería a Gazahouet. En 2021, un total de 11.335 inmigrantes argelinos desembarcaron en España, según el Ministerio del Interior.

Las palabras de Sánchez “no se ajustan a la realidad”, recalcaron fuentes gubernamentales argelinas. Estas dos entregas de inmigrantes irregulares no deben llamar a engaño. Los 26 repatriados “disponían de salvoconductos expedidos antes del cambio de Sánchez”, que el 18 de marzo respaldó públicamente la propuesta de Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. “La decisión de Argelia no se tomó con efecto retroactivo, pero a partir de ahora ya no habrá ningún salvoconducto más”, concluyeron.

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares. (EFE)

Rusia mostró, por primera vez, su desaprobación de la modificación de la postura diplomática de España sobre su excolonia sahariana el pasado fin de semana. Lo hizo a través de su embajador en Argelia, Igor Belyaev, que expresó su “sorpresa por este volantazo”. “Históricamente, a causa de su estatus de antigua potencia colonial, España ostenta una responsabilidad especial ante el pueblo saharaui”, declaró Belyaev ante las cámaras de Echrouk Televisión. Achacó el cambio a “presiones ejercidas por terceras partes” sobre España, pero rehusó nombrar a ningún Gobierno en concreto.

La tercera medida tomada por Argelia contra intereses españoles, además de renegociar el precio del gas y cancelar la repatriación de inmigrantes, está dirigida contra la compañía aérea Iberia. Cuando la pandemia parece superada y está a punto de iniciarse la temporada alta, el Ministerio de Transportes argelino anunció, el 29 de marzo, que permitía a las aerolíneas de varios países europeos aumentar la frecuencia de sus vuelos a Argelia. No así a la entidad española, que solo podrá seguir enlazando Madrid con Argel una vez a la semana. La compañía aérea pública argelina, Air Algérie, seguirá, por su parte, sin volar a Madrid.

El Gobierno español practica de nuevo la política del avestruz, el animal que incrusta su cabeza en la tierra y deja de ver lo que sucede a su alrededor. La ejerció desde julio de 2021 con Marruecos, restando importancia a su enfado, y ahora hace lo propio con Argelia, con la que está en crisis desde el 18 de marzo. Pedro Sánchez viajará, por fin, el próximo jueves a Rabat para sellar con el rey Mohamed VI la reconciliación tras más de 15 meses de tensiones, según la prensa marroquí, un anuncio que la Moncloa no confirmó anoche. No es una visita de trabajo, sino más bien un acto simbólico. Compartirán un 'iftar', la cena de ruptura del ayuno, por lo que, en principio, no cabe esperar importantes anuncios como sí sucedería tras una cumbre formal entre los dos Ejecutivos.

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