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Marruecos logra que España ceda sobre el Sáhara tras 15 meses de presión sin descanso
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Tras 15 meses de crisis bilateral

Marruecos logra que España ceda sobre el Sáhara tras 15 meses de presión sin descanso

Rabat desencadenó hace 15 meses una crisis con su vecino español para lograr su respaldo en el conflicto sobre esa antigua colonia

Foto: Mohamed VI durante una visita de Felipe VI a Rabat. (Getty/Carlos Álvarez)
Mohamed VI durante una visita de Felipe VI a Rabat. (Getty/Carlos Álvarez)
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España cede ante Marruecos y apoya su solución para el conflicto del Sáhara Occidental. Pone así fin a 15 meses de crisis bilateral desencadenada en diciembre de 2020 por Rabat para conseguir que el Gobierno español modificara su tradicional postura de neutralidad sobre esa antigua colonia española.

El anuncio del espaldarazo español a la propuesta marroquí de autonomía fue efectuado, el viernes por la tarde, mediante un comunicado del palacio real de Marruecos que recoge una carta que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, envió al rey Mohamed VI.

Foto: Pedro Sánchez y Mohamed VI en un encuentro en Rabat. (EFE/Ballesteros)

España considera que la iniciativa marroquí de autonomía es la base más seria, realista y creíble para la solución del contencioso”, reza la misiva enviada por Sánchez al monarca alauí. “El presidente reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara para Marruecos”, prosigue el comunicado. El jefe del Gobierno subraya además “los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable”.

Un par de horas después del anuncio real, el Gobierno español publicó, a su vez, un comunicado en el que no anuncia explícitamente ningún cambio de postura, aunque sí insiste en su empeño en “garantizar la estabilidad, la soberanía y la integridad territorial (...) de nuestros dos países”. En círculos diplomáticos españoles se interpreta que esa integridad abarca, por su lado, a Ceuta y Melilla y, por otro, al Sáhara. Anuncia también, sin concretar fechas, un viaje de Sánchez a Marruecos.

Foto: El rey de Marruecos, Mohammed VI. (Reuters/Philippe Wojazer)

España es ahora el tercer país de la Unión Europea, después de Francia y Alemania -este último con muchos matices- que respalda el plan de tímida autonomía propuesta por Marruecos en 2007 para solucionar el conflicto del Sáhara que dura desde hace 47 años. La proposición marroquí dista mucho de ofrecer al Sáhara competencias similares a las de cualquier autonomía española.

A ojos de las autoridades marroquíes, el cambio de postura español revestía especial importancia porque en tanto que antigua potencia colonial es escuchada en los foros internacionales y puede arrastrar a otros países europeos e incluso latinoamericanos.

Foto: El representante del Frente Polisario para España, Abdulah Arabi. (EFE/J.J. Guillén)

El cambio de posición de España se produce casi seis meses después de que el Tribunal General de la UE haya anulado los acuerdos de pesca y asociación entre Marruecos y la Comisión Europea porque infringían la legalidad internacional al incluir al Sáhara Occidental. Las sentencias han sido recurridas, con el apoyo de España, pero es muy probable que la Corte de Justicia europea las ratifique a finales de este año.

El país occidental que ha ido más lejos en su respaldo a las tesis marroquíes ha sido EEUU. El presidente Donald Trump reconoció, el 10 de diciembre de 2020, la soberanía marroquí sobre ese territorio cuya extensión es similar a la de Gran Bretaña. A cambio, Marruecos estableció relaciones diplomáticas con Israel y, en noviembre pasado, fue el primer país árabe que firmó un acuerdo militar con Tel Aviv.

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Fernando Alvarado)

Ese mismo 10 de diciembre de 2020, Rabat desató la crisis con su vecino septentrional, suspendiendo la cumbre entre los dos gobiernos, prevista para el 17 de ese mes, alegando razones sanitarias. Desde entonces, las autoridades marroquíes han multiplicado las provocaciones incitando, por ejemplo, el 17 y 18 de mayo pasados, a unos 10.000 inmigrantes a entrar a nado en Ceuta.

A día de hoy, la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, sigue sin reincorporarse a su puesto. El tráfico de pasajeros a través del Estrecho sigue suspendido para restar así ingresos a cinco puertos andaluces. La exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, continúa imputada por prevaricación por un juez de Zaragoza a instancias de dos abogados españoles y de sus clientes, todos ellos con fuertes vínculos familiares, político o de negocios con Marruecos.

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares. (EFE/ Andreu Dalmau)

González Laya abogó ante Pedro Sánchez, en abril de 2021, por acoger a Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, gravemente enfermo de covid. Atendía así una petición de Argelia. Sánchez la escuchó y tomó la decisión de hospitalizarle en Logroño. La ministra se convirtió así en la “bestia negra” de la diplomacia marroquí. En julio de 2021, el presidente prescindió de González Laya como ministra. Esta quiso presentarse después como candidata a la dirección de la Organización Internacional del Trabajo, que quedaba vacante, pero su sustituto, José Manuel Albares, no secundó su candidatura.

La reacción a la carta de Sánchez del Frente Polisario, que está en guerra con Marruecos desde noviembre de 2020, no se hizo esperar. Acusó a España de haber cedido al “chantaje” de Marruecos. Su representante en España, Abdulá al Arabi, afirmó que el discurso de Sánchez era “hipócrita”. “Se defiende la legalidad internacional y el derecho internacional en Europa (Ucrania) y se niega en el Sáhara», recalcó.

Foto: Jugadores argelinos muestran la bandera palestina en los cuartos de final de la Copa Árabe contra Marruecos. (Reuters/Ibraheem Al Omari)

Está por ver, ahora, cuál será la reacción de Argelia, la potencia regional que apoya al Polisario y hospeda en su territorio a los refugiados saharauis. A principios de mes Sánchez llamó a su presidente, Abdelmajid Tebboune, para asegurarse una vez más que garantizaba el suministro de gas a España. A principios de año Argelia, ha dejado, sin embargo, de ser el primer proveedor de energía a España. Ha sido superado por EEUU.

Sánchez concluye su carta a Mohamed VI afirmando que su “objetivo es construir (con Marruecos) una nueva relación basada en la transparencia y en una comunicación permanente, el respeto mutuo de los acuerdos firmados entre ambos países y abstenerse de cualquier acción unilateral (...)”. “España actuará con transparencia absoluta como corresponde con un gran amigo y aliado”, concluye la misiva.

Estas últimas frases de Sánchez suenan como un mea culpa. Reconoce, con medias palabras, que España no ha actuado con transparencia y ha podido faltar al respeto a su vecino del sur.

España cede ante Marruecos y apoya su solución para el conflicto del Sáhara Occidental. Pone así fin a 15 meses de crisis bilateral desencadenada en diciembre de 2020 por Rabat para conseguir que el Gobierno español modificara su tradicional postura de neutralidad sobre esa antigua colonia española.

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