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Argelia quiere alargar la crisis con España hasta que Sánchez vuelva a la neutralidad en el Sáhara
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Como pasó con Marruecos en 2021

Argelia quiere alargar la crisis con España hasta que Sánchez vuelva a la neutralidad en el Sáhara

El arma de Argel para presionar sería el gas, pero desde el cierre del gasoducto Magreb-Europa ha perdido su eficacia, pese al encarecimiento de su precio provocado por la guerra en Ucrania

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una visita a Argelia. (EFE/F. Calvo)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una visita a Argelia. (EFE/F. Calvo)

Argelia se prepara para una larga crisis con su segundo cliente energético, España, según prevén fuentes diplomáticas de ambos países. Argel aspira a que el Gobierno de Pedro Sánchez vuelva a la neutralidad en el contencioso del Sáhara Occidental, de la que se departió en una carta remitida a Mohamed VI. En ella expresó su apoyo a la oferta de autonomía marroquí para resolver el conflicto.

Para protestar por ese cambio de postura español, el Gobierno argelino llamó a consultas el sábado a su embajador en Madrid, Said Moussi, justo cuando su homóloga marroquí, Karima Benyaich, se reincorporaba a su puesto tras 10 meses de ausencia poniendo así fin a la crisis hispano-marroquí.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)

Benyaich, que ostenta también la nacionalidad española, fue una de las personalidades marroquíes más beligerantes en esa crisis. A finales de mayo, cuando el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, llevaba un mes hospitalizado en Logroño, arremetió contra la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. La acusó de presentar "hechos erróneos", dar declaraciones "inapropiadas" y faltar al "respeto mutuo". Para apaciguar a Rabat, Sánchez sacó a González Laya de su Gobierno en julio de 2021.

Con titulares como “España traiciona a los saharauis” o “Argel denuncia la traición”, los diarios argelinos pusieron de relieve, el pasado fin de semana, el enfado de las autoridades de Argelia por la inflexión de la política exterior española que acabó con 47 años de aparente neutralidad. Bajo cuerda, la diplomacia española sí ayudó a Rabat.

Como pasó con Marruecos en 2021, ahora una cascada de instituciones argelinas se apunta a la condena de España. Ayer domingo le tocó el turno al Senado, que en un comunicado arremetió contra la “deriva inaceptable” contra la causa saharaui.

Argel tiene muchos menos medios de presión que Rabat sobre España, que ha reducido drásticamente su dependencia del gas argelino

La ruptura provocada por Sánchez “afecta al equilibrio y a los intereses diplomáticos y va a marcar de forma duradera y cualitativamente las relaciones argelino-españolas, hasta ahora caracterizadas por la confianza y la mutua consideración”, escribió el domingo en una tribuna, en el diario 'TSA', Abdelaziz Rahabi, ex ministro portavoz y exembajador de Argelia en España.

Argelia tiene, sin embargo, muchos menos medios de coacción sobre España que el vecino marroquí. A diferencia de Marruecos, no ha recurrido a la inmigración irregular, aunque sí se le escapan a veces oleadas de 'sin papeles'. Procedentes del Sáhara Occidental y del sur de Marruecos, a Canarias llegaron hasta el 15 de marzo 5.552 inmigrantes, un 115% más que durante el mismo periodo del año pasado.

El arma de Argelia para presionar a España sería el gas, pero desde el cierre del gasoducto Magreb-Europa, a finales de octubre, ha perdido su eficacia, pese al encarecimiento del precio de los hidrocarburos provocado por la invasión rusa de Ucrania. España es ahora mucho menos dependiente del gas argelino que hace cinco meses.

Foto: Sánchez, en su última visita a Argelia, en 2020. (EFE/Fernando Calvo)

En 2021, Argelia proporcionó a España el 43% del gas que consumió, pero a finales de año el suministro empezó a decaer tras la clausura del Magreb-Europa por el presidente Abdelmajid Tebboune para castigar así al vecino marroquí, que se beneficiaba del paso de esa infraestructura por su territorio.

En febrero, último mes disponible, Argelia ya solo envió a España un 23,2% del gas y fue ampliamente superada por EEUU, que proporcionó casi el 33%. Son metaneros procedentes de EEUU los que descargan en puertos españoles el gas natural licuado (GNL) norteamericano, que es regasificado en las seis plantas que posee España. Todo el gas argelino llegó a través del MedGaz, el único gasoducto aún abierto, y a un precio inferior que el del mercado porque el contrato se firmó hace años.

Argelia es un país cortejado en estos tiempos de encarecimiento de los hidrocarburos. Por eso, hace dos semanas, Sánchez llamó al presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, para asegurarse de que Argel seguiría abasteciendo a España en buenas condiciones. El Departamento de Energía de EEUU sondeó, por su parte, este mes a las principales petroleras que operan en Argelia para averiguar si podían aumentar su producción, según reveló Reuters.

La embajadora de Marruecos se reincorporó a su puesto tras 10 meses, poniendo fin a las turbulencias de la relación Madrid-Rabat

La secretaria de Estado adjunta de EEUU, Wendy Sherman, rogó encarecidamente a sus interlocutores argelinos, el 10 de marzo en Argel, que reabrieran el gasoducto Magreb-Europa, que desemboca en la provincia de Cádiz, según informó la radio pública francesa. A principios del otoño, la vicepresidenta Teresa Ribera y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, también lo pidieron. Argel siempre se negó.

Este rechazo demuestra que Argel es capaz de tomar, por razones políticas —castigar a Marruecos—, decisiones que le perjudican desde un punto de vista económico. Aquellos que a lo largo de su carrera diplomática han tenido trato con las autoridades argelinas, sin embargo, no creen que su enfado llegue hasta denunciar o no renovar los contratos gasísticos con España, poniendo a su vecino en apuros.

Foto: Mohamed VI durante una visita de Felipe VI a Rabat. (Getty/Carlos Álvarez)

Las sospechas apuntan más bien a que si se prolonga esta tensión, Argelia otorgará en los próximos meses prioridad a Italia, a la que le unen dos gasoductos, que a España, a la hora de afianzar su relación energética. Cuando estalló la guerra en Ucrania, Toufik Hakkar, el presidente de Sonatrach, la gran empresa argelina de hidrocarburos, ya dijo que “en caso de situaciones difíciles” Argelia podía hacer un esfuerzo adicional para suplir a Rusia, pero que sería más fácil para ello recurrir a la vía italiana que a la española.

Hakkar fue llamado al orden después de hacer esta declaración. Sus palabras dieron la impresión de que Argelia estaba dispuesta a traicionar a Rusia, su gran aliado, que se enfrenta en la ONU a EEUU y Francia sobre el Sáhara y al que le ha adquirido casi todo el armamento que posee. Argelia es el tercer cliente armamentístico de Rusia, detrás de China e India.

Aunque al final se imponga militarmente en Ucrania, Rusia saldrá debilitada económica y políticamente. La diplomacia argelina ya busca otro aliado. Su ministro de Asuntos Exteriores, Ramtan Lamamra, estuvo el pasado fin de semana en China, donde firmó con su homólogo, Wang Yi, una declaración conjunta que preconiza para el Sáhara Occidental una “solución duradera y justa en el marco del derecho internacional, especialmente de las resoluciones de Naciones Unidas”.

Argelia se prepara para una larga crisis con su segundo cliente energético, España, según prevén fuentes diplomáticas de ambos países. Argel aspira a que el Gobierno de Pedro Sánchez vuelva a la neutralidad en el contencioso del Sáhara Occidental, de la que se departió en una carta remitida a Mohamed VI. En ella expresó su apoyo a la oferta de autonomía marroquí para resolver el conflicto.

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