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España cierra una crisis con Marruecos, pero abre otra con Argelia
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CAMBIO DE CRITERIO EN EL SÁHARA OCCIDENTAL

España cierra una crisis con Marruecos, pero abre otra con Argelia

Desde Argel han protestado retirando a su embajador en Madrid, mientras que la prensa marroquí ensalza al rey Mohamed VI por haber conseguido doblegar a la diplomacia española

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)
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El Gobierno español cerró el viernes una crisis con Marruecos, pero abrió al mismo tiempo otra, de consecuencias imprevisibles, con Argelia. El final de la larga etapa de tensión —15 meses— con Marruecos ha sido gestionado con enorme torpeza en opinión de diplomáticos y otros funcionarios españoles que siguen de cerca la política exterior.

La crisis con Argelia, que ha sido hasta hace poco el primer proveedor energético de España, quedó escenificada el sábado por la tarde. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino expresó su "sorpresa" por el "repentino cambio de posición" de España. Anunció a continuación la retirada —llamada a consultas, en el lenguaje diplomático— de Said Moussa, su embajador en Madrid. El diplomático salió de España el mismo sábado por la tarde.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), posa junto al primer ministro argelino, Abdelaziz Djerad, (d). (EFE/Moncloa Fernando Calvo)

Horas antes de la difusión de este comunicado, un alto cargo de la diplomacia argelina no dudó en afirmar al diario digital TSA que España "había traicionado por segunda vez a los saharauis", la primera fue en 1975, cuando entregó su colonia a Marruecos y Mauritania sin llevar a cabo un referéndum de autodeterminación como el pactado con la ONU.

"España ha pasado de respaldar una solución que garantice la autodeterminación del pueblo saharaui a apoyar después el plan de la ONU para resolver el último caso de descolonización en África y ahora acaba secundando el plan de autonomía marroquí", se lamentó el alto funcionario en sus declaraciones a TSA.

Hoy domingo por la mañana otra fuente diplomática se dirigió a la prensa argelina para recordar que España “sigue siendo, a ojos de la legalidad internacional, la potencia administradora jurada del territorio del Sáhara Occidental y, como tal, asume una gran responsabilidad moral, política y diplomática como miembro del grupo de amigos del Sáhara Occidental en Naciones Unidas”. Este “nada glorioso viraje de España es sinónimo de sumisión ante las capacidades de incordio de Marruecos (migraciones, Ceuta y Melilla, Canarias, etc.)”, concluye el comentario.

Para poner un punto final a la crisis con Marruecos, el presidente Pedro Sánchez envió una carta al rey de Marruecos que este hizo parcialmente pública el viernes mediante un comunicado real. En ella, Sánchez expresa su apoyo al plan de autonomía que ha ofrecido Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental sin consultar a la población saharaui. Pone así fin a 47 años de neutralidad española.

Para poner un punto final a la crisis con Marruecos, Sánchez envió una carta al rey de Marruecos que este hizo parcialmente pública

Sánchez lo hace en unos términos que, según interpreta la prensa marroquí, van algo más allá que Alemania, que dio su brazo a torcer en diciembre para poner fin a otra crisis, y que Francia, el principal valedor de Marruecos en Europa. Ningún otro país europeo respalda la propuesta marroquí de autonomía. EEUU, en cambio, no solo la apoya, sino que ha reconocido la soberanía marroquí sobre ese territorio cuya extensión es similar a la del Reino Unido. Lo hizo el presidente Donald Trump en diciembre de 2020, un mes antes de dejar la Casa Blanca.

Sánchez se ha dejado asesorar por su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. En su toma de posesión, en julio, ya anunció que su objetivo era reconciliarse con Marruecos, el único país al que nombró, y desde entonces no ha ahorrado esfuerzos para conseguirlo. Cuando la inmigración irregular en Canarias batía récords en Canarias, Albares elogiaba, el 11 de febrero, la colaboración de Marruecos para contenerla.

El resultado de las gestiones del ministro es que, hoy domingo 20, la embajadora marroquí en Madrid, Karima Benyaich, aún no se ha reincorporado a su cargo —fue llamada a consultas en mayo— y su homólogo argelino, Said Moussa, ya se marchó de España el sábado. "Si Sánchez se cargó a Arancha González Laya porque le metió en un lío con Marruecos al apostar por acoger a Brahim Ghali (líder del Frente Polisario), ahora debería hacer otro tanto con Albares por lo que ha hecho con Argelia", comentó un asesor de Moncloa que dejó el cargo hace ocho meses.

Foto: Entrevista a Arancha González Laya. (I. B.)
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El enfado argelino con el Gobierno español es doble. Por un lado, los términos de la carta desvelada por el rey, que Moncloa se ha negado a hacer pública, suponen un gran espaldarazo a las tesis de la diplomacia marroquí. "España ha hecho casi lo mismo que Donald Trump porque solo quién es soberano puede otorgar una autonomía a una parte de su territorio", comenta un diplomático español con experiencia en el Magreb.

Por otro lado, Argelia no fue informada de las intenciones de España y sus máximas autoridades se enteraron por la prensa. "En ningún momento Albares [ministro de Asuntos Exteriores] nos comunicó que el presidente español había enviado esa carta al rey de Marruecos", asegura un diplomático argelino. "Pensábamos que la buena fe y la transparencia regía nuestras relaciones", añadió.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores y desde la Moncloa insistieron a lo largo de las últimas 24 horas en que se había informado previamente a Argel sin precisar quién lo había hecho ni a través de que cauce. "Para España, Argelia es un socio estratégico, prioritario y fiable, con el que pretendemos mantener una relación privilegiada", subrayaron el sábado por la noche fuentes gubernamentales españolas.

"Para España, Argelia es un socio estratégico, prioritario y fiable, con el que pretendemos mantener una relación privilegiada"

Esta ausencia de comunicación con Argel es tanto más incomprensible que hace tan solo dos semanas el presidente Pedro Sánchez llamó al jefe de Estado argelino, Abdelmajid Tebboune, para agradecerle su compromiso de seguir suministrando gas a España tras el cierre, en octubre, del gasoducto Magreb-Europa que atravesaba Marruecos para desembocar cerca de Tarifa (Cádiz)

Está por ver si el enfado argelino con España irá más allá de la mera retirada del embajador. El temor es que Argel cancele anticipadamente alguno de los contratos gasísticos con España, algo que a ojos de la diplomacia española parece muy improbable. A principios de año, Argelia ha dejado, sorprendentemente, de ser el primer proveedor de gas de España al ser superado por poco por EEUU.

El Gobierno español cerró el viernes una crisis con Marruecos, pero abrió al mismo tiempo otra, de consecuencias imprevisibles, con Argelia. El final de la larga etapa de tensión —15 meses— con Marruecos ha sido gestionado con enorme torpeza en opinión de diplomáticos y otros funcionarios españoles que siguen de cerca la política exterior.

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