Dirigentes del PP piden a Feijóo fichar "un Iván Redondo" para reforzar la estrategia

Génova sigue alimentando la incertidumbre. Desde que Alberto Núñez Feijóo anunciase cambios en el partido y en la cúpula de los grupos del Congreso y Senado, la tensión interna no ha dejado de crecer. El último movimiento ha sido convocar una junta directiva nacional para el próximo 6 de noviembre, pero desde la dirección no han confirmado si en ella se llevará a cabo la esperada crisis. Al margen de lo inminente, hay una demanda que comparten varios dirigentes populares: “Necesitamos un Iván Redondo”. Es decir, reclaman reforzar el equipo de asesores del líder con alguien externo, un refuerzo potente “que amplíe el campo de visión”.

Feijóo desembarcó en Génova con su “corte gallega” como colchón de seguridad. Tanto la actual jefa de Proyección e Imagen del PP, Mar Sánchez Sierra, como la directora de gabinete, Marta Varela, y el director de Comunicación, Luis de La Matta, le han acompañado casi desde el principio en su carrera política y, al igual que en Galicia, son responsables de la estrategia, los discursos y la relación con los medios. En la formación conservadora ya han asumido que son “sus pies y sus manos”, pero reclaman un “gurú”, una especie de sumo consejero, como el Pedro Arriola de Mariano Rajoy o el Miguel Ángel Rodríguez de José María Aznar.

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El propio jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso ayudó a Feijóo a preparar el cara a cara de la campaña electoral con Sánchez. El resultado fue más que bueno, a tenor de la rara unanimidad en los titulares del día siguiente, que destacaban la habilidad del dirigente popular para desconcertar y descolocar al adversario. Pese a este indudable triunfo, por lo inesperado, Rodríguez no ha vuelto a trabajar de forma directa con la planta séptima de Génova, si bien sus equipos “mantienen una estrecha colaboración”, según fuentes de la Puerta del Sol. MAR, como se conoce en los ambientes políticos y periodísticos al hombre que construyó la carrera de Aznar, sería un “buen guía” para algunos de los dirigentes consultados, aunque genera “desconfianza” porque, matizan, “lo que él quiere es llevar a Ayuso a la Moncloa”.

Más allá del inevitable juego de nombres, algunos dirigentes populares, varios de ellos con mando en plazas territoriales, sitúan el foco en la falta de un plan a medio y largo plazo. Señalan que, por ahora, no se va más allá de ejercer de “comentarista de la actualidad política”. El análisis sobre esta debilidad viene dado fundamentalmente porque el año próximo viene cargado de citas electorales muy complicadas para el PP. “El calendario es endiablado”, advierten fuentes populares. En 2024 se celebran elecciones gallegas, vascas, europeas e incluso puede haber un adelanto electoral en Cataluña.

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Las expectativas en el País Vasco son francamente pesimistas, pese al cambio de liderazgo en su vértice. Javier de Andrés, que sustituirá a Carlos Iturgaiz, tiene una ardua tarea por delante y, según reconocen incluso en Génova, “la cosa está mal porque hoy en día somos irrelevantes”. Prácticamente, el mismo diagnóstico se dispensa para las catalanas, donde está pendiente “dar la vuelta” a la dirección con la salida de Alejandro Fernández, quien quiere plantar batalla. No obstante, en la dirección se argumenta que el panorama catalán no es tan oscuro: "Quedamos como tercera fuerza el 23-J, por encima de los separatistas. Si lo hacemos bien, hay recorrido y posibilidad de progreso". Con unos resultados inciertos, la joya de la corona sigue siendo Galicia, pero hay sondeos internos que arrebatan a Alfonso Rueda su mayoría absoluta.

“Otro toque de atención en las urnas sería letal”, explicita un veterano parlamentario, que recuerda el papel de Arriola como el encargado de "decirle las verdades al jefe". Su figura no estaba exenta de contestación interna, con notables turbulencias y alguna tormenta, pero son más los que destacan lo positivo de quien se reunía a solas con Rajoy y tuvo un papel destacado en las decisiones que se adoptaron para la aplicación del 155 en Cataluña. El éxito —y la necesidad— de un asesor externo estriba, para quienes hoy lo demandan, en que está al margen de las “cuitas partidistas” y observa el tablero político “con la necesaria distancia y la imprescindible perspectiva” para transmitir consejos desapasionados pero certeros.

Opinión

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“Feijóo necesita un verdadero guía político, no meros portadores de informes”, sostienen en aquellos territorios donde consideran que hay que prepararse ante la “etapa final” de Sánchez. “Iván Redondo olió la debilidad de Rajoy y montó la moción de censura”, apuntan. Si el líder socialista finalmente logra repetir su mandato en la Moncloa, afrontará una legislatura muy complicada. Ya no será aplicable la famosa geometría variable, porque, a diferencia de la anterior, Sánchez necesitará todos y cada uno de los síes de sus respectivos socios en cada trámite parlamentario.

Aquí es donde el PP ve una fisura para “dinamitar” el nuevo Frankenstein. La clave es ahondar en las diferencias entre ERC, Junts, Bildu y el PNV que se acentuaron de cara a las elecciones autonómicas. “Alguien debe ponerse a pensar en lo que vamos a hacer estos próximos dos años”, concluyen. "Diseñar una estrategia en positivo, plantear un proyecto moderno, trazar un azimut creíble sobre la España que queremos y que sintonice con lo que reclama una sociedad cada vez más pobre y más apesadumbrada", añaden.

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El partido es un hervidero de quinielas. Nadie conoce el alcance de la remodelación que esconde la inescrutable libreta marrón de Feijóo en la que, en ocasiones, Cuca Gamarra deja de ser portavoz del Congreso y se queda como secretaria general; en otras, la ecuación es al revés. El cambio de número dos choca con los estatutos, dado que el gallego debe elegir entre los 40 nombres del comité ejecutivo que se eligió en el congreso de Sevilla. Si quisiese colocar a otra persona, podría forzar la dimisión de alguno de ellos para colocar al elegido o la elegida.

La jugada es arriesgada, porque sería una reinterpretación del artículo 44, que señala que “el secretario general del partido será nombrado por el comité ejecutivo, a propuesta del presidente, de entre los miembros elegidos por este órgano en el congreso del partido”. Con este escenario, hay quienes dan por hecho que Feijóo no se arriesgará y mantendrá a Gamarra. Hay una lista de nombres fijos como los de Borja Sémper, Carmen Fúnez, Esteban González Pons, Miguel Tellado o Elías Bendodo para ocupar diferentes puestos. Feijóo tiene sus tiempos, pero el PP se impacienta.