Los cinco reproches de Feijóo a Sánchez por su actitud ante la crisis en Oriente Próximo

El Partido Popular no está en desacuerdo con la postura expresada por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, sobre el conflicto palestino-israelí, pero le hace cinco reproches. El primero es no mandar callar a Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos.

Alberto Núñez Feijóo se reunió este miércoles por la mañana, durante dos horas, en la sede de su partido con un equipo de colaboradores y expertos en política internacional, así como dos exministros, José Manuel García Margallo e Iñigo Méndez de Vigo.

Quiso recabar su opinión sobre la situación en Oriente Próximo y la actuación del Gobierno, así como sobre la línea a seguir a partir de ahora ante el conflicto. El más prolijo fue el exjefe de la diplomacia española y eurodiputado García Margallo, que acaparó casi la mitad del tiempo impartido al conjunto de los intervinientes.

1. El primer reproche es que Belarra arremete desde hace cuatro días contra Israel y su primer ministro, Benjamín Netanyahu, distorsionando la voz del Gobierno fuera de España. Su mensaje, pronunciado a veces ante las cámaras desde su despacho ministerial, no coincide con el de los que marcan y ejecutan la política exterior, Sánchez y José Manuel Albares, titular de Asuntos Exteriores. Sánchez debería exigirle que se abstuviera de expresarse sobre un asunto que no es de su competencia y, si no acata, destituirla.

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Belarra se ha convertido desde el pasado fin de semana en la política española que más titulares ha generado en la prensa del mundo islámico y cuya imagen más se ha visto en las televisiones de sus países. Sus embestidas contra Netanyahu, del que pidió que fuese juzgado por la Corte Penal Internacional por genocidio, y su petición de que la UE rompa su acuerdo de asociación con Israel, tuvieron eco en todos esos medios.

2. El segundo reproche es que Sánchez tardó mucho en pronunciarse sobre la reactivación del conflicto. El mismo sábado 7 octubre, cuando se produjo el brutal ataque de Hamás contra el sur de Israel, sí puso un tuit, pero después hubo que esperar una semana, hasta el mitin socialista de Mérida del 14, para que abordase de nuevo el tema. No era el lugar más apropiado y lo hizo, además, muy de pasada. Tres días más tarde, el presidente hizo, por fin, una declaración institucional desde la Moncloa con cuyo contenido la dirección popular no discrepa.

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Feijóo y su equipo de colaboradores condenan el atentado terrorista de Hamás y reconocen el derecho de Israel a defender. Consideran también el Estado hebreo ha de respetar la legalidad internacional humanitaria. Siguen siendo fieles a la proposición no de ley que, junto con el PSOE, votaron en el Congreso en 2014 a favor del reconocimiento de un Estado palestino en determinadas circunstancias.

3. El tercer reproche es no haber suscrito o, por lo menos, no haber intentado firmar la carta solidaria con Israel que rubricaron, el 10 de octubre, los presidentes de EEUU y Francia y los primeros ministros de Alemania, Reino Unido e Italia. En ella se declaran “aliados y amigos” de Israel, al que ayudarán a garantizar que “sea capaz de defenderse”. La presidencia española de la UE debía haberse apuntado a esa iniciativa o, por lo menos, hacer todo lo necesario para sumarse a ella si, en origen, los cinco firmantes no se lo propusieron.

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4. El cuarto reproche es que el presidente Sánchez o, por lo menos, el ministro Albares debería haber llamado por teléfono a sus homólogos israelíes para expresarles su pesar por la agresión y su solidaridad. Lo deberían de haber hecho, en las 48 horas posteriores al ataque, no solo como Gobierno español, sino como presidencia de turno de la UE. La lista de llamadas recibidas por Eli Cohen, el jefe de la diplomacia israelí, es muy larga y abarca desde su colega japonés hasta el albanés, pasando por el Vaticano. Albares solo habló el martes con la embajadora de Israel en Madrid después de que hiciese público un comunicado crítico con el Gobierno de coalición. En los 27 meses que lleva en el cargo, Albares no viajó a Israel.

5. El quinto y último reproche, el menos importante, es la inapropiada respuesta, el lunes pasado, del Ministerio de Asuntos Exteriores de España al comunicado de la embajada de Israel en Madrid. Reconocen que el texto de la embajadora Rodica Radian-Gordon “no fue muy atinado”, como declaró el martes Feijóo, pero la réplica de Albares tampoco. Tachó de “falsedades” lo escrito en el comunicado israelí cuando se refiere a la actitud de Belarra, a la que no nombra. Son quizás “exageraciones”, pero no falsedades.