España es el primer país europeo señalado por Israel y el Gobierno responde: "Hay libertad de expresión"

España se convirtió en el primer país europeo señalado por Israel ante las posiciones "inmorales" y "vergonzosas" de algunos miembros del Gobierno sobre el conflicto con Palestina. En un demoledor comunicado, la embajada israelí llegó a instar al presidente en funciones, Pedro Sánchez, a que "condene inequívocamente" las posiciones de sus socios de coalición, después de que algunos de sus dirigentes hayan criticado los "crímenes de guerra de Israel en Gaza" y el "genocidio planificado" del pueblo palestino.

"Israel condena enérgicamente las recientes declaraciones de algunos miembros del Gobierno español (...) que han optado por alinearse con este terrorismo tipo ISIS", rezaba el comunicado israelí, atípicamente duro y frontal para los códigos diplomáticos al referirse a gobiernos aliados. La embajada de Israel declinó elaborar más sobre la controversia.

En su respuesta, no menos contundente, el Ministerio de Exteriores salió al paso de las críticas con la misma severidad: "El Gobierno de España rechaza tajantemente las falsedades vertidas en el comunicado de la embajada de Israel sobre algunos de sus miembros y no acepta insinuaciones infundadas sobre ellos. Cualquier responsable político puede expresar libremente posiciones como representante de un partido político en una democracia plena como es España".

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La posición del Gobierno de Sánchez sobre el conflicto palestino-israelí, explicada por el propio mandatario en un mitin en Mérida el fin de semana y reiterada por Exteriores en su comunicado, es la solución de los dos Estados que ya apoyó por unanimidad el Congreso en 2014, cuando Mariano Rajoy era presidente, en sintonía con las sucesivas resoluciones de Naciones Unidas.

"Nosotros condenamos con rotundidad y sin ningún tipo de ambages el atentado terrorista de Hamás en Israel y también las muertes de israelíes y exigimos la urgente liberación de todos aquellos rehenes y cautivos israelíes. Y, con la misma contundencia, decimos que por supuesto Israel tiene el derecho de defenderse, pero siempre dentro del derecho internacional humanitario, que no avala materialmente la evacuación de palestinos de Gaza, tal y como dice Naciones Unidas", aseguró Sánchez, quien fue uno de los primeros líderes europeos en condenar el atentado de Hamás.

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Sin embargo, altos cargos de Sumar y Podemos se han alejado de las consignas oficiales evitando calificar a Hamás de grupo terrorista, acusando al Estado judío de planificar un "genocidio" contra el pueblo palestino y pidiendo que España —a cargo de la presidencia de turno de la UE— lidere una respuesta de condena de los ataques israelíes. Estos mismos partidos participaron el domingo en una multitudinaria manifestación en solidaridad con Palestina que recorrió el centro de Madrid.

"Su Gobierno [de Benjamín Netanyahu] está llevando a cabo crímenes de guerra en la Franja de Gaza, bombardeos masivos, cortes de agua y luz, no dejan entrar ayuda humanitaria. Denunciar ese genocidio no es ‘alinearse con Hamás’, es una obligación democrática. El silencio, complicidad con el terror", respondió la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, al comunicado de la embajada.

El desencuentro se produce, además, cuando Sumar ha incorporado el reconocimiento "unilateral y urgente" del Estado palestino entre sus exigencias para apoyar la investidura de Sánchez. Además, este lance probablemente aumentará el enfrentamiento ideológico interno que genera el conflicto entre los bloques políticos. Algunas figuras del Partido Popular, como la presidenta de la Comunidad de Madrid y declarada "amiga de Israel", Isabel Díaz Ayuso, han criticado la "equidistancia" del presidente tras el asesinato de más de 1.400 israelíes por milicianos islamistas de Hamás.

Este choque pone las relaciones bilaterales en su punto más bajo en décadas. Aunque los últimos años no han estado exentos de polémicas, como la condena al "apartheid palestino" del Parlamento catalán o la detención de la cooperante española Juana Ruiz por Israel (posteriormente liberada), el trato entre ambos países es fluido al compás de una boyante relación comercial. El comercio entre ambos países marcó un récord en 2022 al superar la barrera de los 3.000 millones de euros (+20%). España exportó bienes por unos 2.170 millones de euros (automoción, máquinas y productos cerámicos) e importó casi 1.000 millones (combustibles, químicos, maquinaria), según los datos del ICEX.

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Aliados comerciales, tecnológicos y culturales, pero con cierta distancia política. Ni Sánchez ni el actual ministro de Exteriores, José Manuel Albares, han visitado Israel. La cita bilateral de más alto nivel se remonta a 2017, con la visita a España del entonces presidente israelí, Reuven Rivlin, durante el Gobierno de Mariano Rajoy. Además, España se ha unido a las voces que en el pasado han pedido a Israel contención ante sus acciones en los territorios palestinos (como en 2022 con las incursiones en Cisjordania) y atenerse al derecho internacional.

Una encuesta de la empresa demoscópica YouGov de mayo de 2023 colocaba España entre los países más propalestinos de todos los encuestados (Estados Unidos, Alemania, Suecia, Dinamarca, Francia, Italia y Reino Unido), con un 31% mostrando más "simpatía" hacia el "lado" palestino.

Los límites europeos

No es inusual que la diplomacia israelí lance comunicados reprobatorios si detecta mensajes especialmente nocivos a sus intereses por parte de políticos, académicos o activistas en países aliados. En agosto, el Gobierno de Netanyahu mandó un comunicado para quejarse de la ministra de Cooperación y Desarrollo belga, Caroline Gennez, quien había asegurado que "pueblos enteros" están siendo "borrados" por Israel.

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En la actual ofensiva, las declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, "en contra del genocidio" también han generado una crisis que ha acabado con la expulsión del embajador israelí de Bogotá y la suspensión de la cooperación bilateral en materia de defensa y seguridad.

Sin embargo, el de España es el primero en el contexto europeo desde el ataque del pasado 7 de octubre y supone una anomalía en el panorama diplomático. De hecho, la primera reacción de la Unión Europea y sus pesos pesados fue de un apoyo irrestricto a Israel. Francia, Alemania e Italia suscribieron una declaración conjunta con Estado Unidos y Reino Unido en la que condenaban de “manera inequívoca” a Hamás y daban su apoyo a Israel en sus “esfuerzos por defenderse contra semejantes atrocidades”. España no estuvo en ese comunicado. París y Berlín llegaron más allá, limitando o directamente prohibiendo las manifestaciones en solidaridad con Palestina.

En paralelo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, encarnó el "apoyo europeo" a la “legítima defensa de Israel” llevando la retórica a niveles en los que varios países dejaron de sentirse cómodos (viaje a Tel Aviv incluido), especialmente cuando comenzaron el cerco y la campaña de bombardeos israelíes sobre Gaza. Muchos recriminaron a la presidenta su firmes críticas ante los ataques rusos contra infraestructuras y objetivos civiles en Ucrania, mientras no incluía ningún matiz en su respaldo a Israel. Hasta el punto de que el propio alto representante de la UE, Josep Borrell, tuvo que desautorizar a la presidenta para aclarar la posición europea, asegurando que el derecho a la defensa no puede contravenir las leyes internacionales ni los derechos humanos.

Aunque algunos Estados miembros siguen cerrando filas totalmente con el Gobierno israelí, como Alemania o Hungría, la mayoría de los Veintisiete han optado por dar su respaldo con los límites del derecho internacional. Lo hicieron en un comunicado la semana pasada los ministros de Asuntos Exteriores y lo volvieron a hacer los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión en un comunicado conjunto este fin de semana que sirve de base para discutir la situación en una cumbre extraordinaria que se celebra este martes.

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Dublín, otra de las capitales que suelen tener posturas más pro-Palestina dentro de la Unión Europea, también ha pedido en estos últimos días al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu que actúe con moderación. “Israel está bajo amenaza", aseguró recientemente el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. "Tienen derecho a defenderse, pero no tienen derecho a violar el derecho internacional humanitario”, concluyó.