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Los enemigos de Israel: quién es quién en las organizaciones a las que se enfrenta el Estado judío
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De Teherán a la Franja

Los enemigos de Israel: quién es quién en las organizaciones a las que se enfrenta el Estado judío

Irán respalda a una miríada de organizaciones y milicias en la región que podrían jugar un papel en las ofensivas contra Israel y sus aliados. Si el conflicto se desborda, estos son los principales grupos armados

Foto: Un soldado de una brigada de Hamás, en una imagen de archivo. (EFE/M. Saber)
Un soldado de una brigada de Hamás, en una imagen de archivo. (EFE/M. Saber)
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Una semana después del atentado múltiple de Hamás contra varias decenas de objetivos en el sur de Israel y del inicio de una nueva crisis bélica en Oriente Medio, el Ejército israelí se prepara para una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza cuyo inicio parece inminente. Pero a diferencia de otros enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y sus adversarios, en esta ocasión el conflicto amenaza con convertirse en una gran guerra regional, con la apertura de diversos frentes simultáneos en todas las fronteras del país, y más allá.

Este sábado, el ministro de Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, se reunió con el enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, en Beirut, y le advirtió de que su país prefiere evitar la escalada pero que no tendrá más remedio que intervenir si la operación israelí en Gaza continúa. No está claro qué forma podría adoptar dicha intervención, pero Irán respalda a una miríada de organizaciones y milicias en la región que podrían jugar un papel en las ofensivas contra Israel y sus aliados. Si el conflicto se desborda, estos son los principales grupos armados que podrían participar en la guerra (con o sin apoyo iraní).

Hamás

Probablemente en estos días habrá oído hablar de Hamás —acrónimo del llamado Movimiento de Resistencia Islámica— más que en el último lustro. Si bien esta organización ha estado en el candelero en determinados momentos —especialmente durante la campaña terrorista de atentados suicidas en localidades israelíes en los años noventa y la primera década de este siglo—, el grupo ya solo aparecía en las noticias en ocasiones puntuales, como los 11 días de enfrentamientos con Israel en 2021, que acabaron sin una victoria clara de ningún bando.

Fundado en 1987 como el brazo armado de la facción palestina de la Hermandad Musulmana, el grupo recibe apoyo tanto de Irán como de Hezbolá, como parte del autodenominado "eje de la resistencia" contra Israel. Sus líderes han sido detectados cada vez con más frecuencia en Líbano en los últimos meses, lo que apunta a una creciente coordinación con otras organizaciones de esta alianza. Además de eso, cuenta con el respaldo, directo o indirecto, de varios países, incluidos Qatar, donde residen sus líderes, y Turquía, que les ha proporcionado cobertura política y legitima públicamente sus acciones.

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En su carta fundacional, la organización rechaza la existencia del Estado de Israel y exige la instalación de una teocracia basada en la sharía (ley islámica) en el territorio histórico de Palestina, si bien una reformulación de sus principios en 2017 limitó este a las fronteras de 2017. Pese a este radicalismo, el grupo ha sido tácitamente respaldado por el Gobierno israelí en determinados momentos como una forma de debilitar a otras organizaciones palestinas consideradas más poderosas, como la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en los años ochenta y noventa.

Este movimiento cuenta también con un importante brazo político que en 2006, un año después de la retirada israelí de Gaza, ganó de forma abrumadora las elecciones en este territorio. Al año siguiente, sus militantes se hicieron violentamente con el control de la Franja, que domina totalmente desde entonces. Está considerada una organización terrorista tanto por EEUU como por Canadá, la UE y el Reino Unido. Es uno de los grupos militantes mejor armados del mundo y cuenta con alrededor de 10.000 combatientes activos, aunque se estima que en caso de enfrentamiento puede multiplicar varias veces esa cifra. Además, cuenta con importantes capacidades ofensivas y sistemas de misiles de capacidad media, así como con una intrincada red de túneles que supone uno de los principales desafíos de cara una operación terrestre por parte de Israel.

Yihad Islámica Palestina

Es el segundo grupo más importante entre aquellos que —a diferencia de aquellos que integran la Autoridad Nacional Palestina— se oponen a la propia existencia de Israel. Es también parte del "eje de la resistencia", y además de recibir apoyo de Irán y Siria, mantiene vínculos con Hezbolá. Se cree que algunos de sus miembros tomaron parte en el ataque de la semana pasada junto a Hamás.

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Fundada en 1981 al calor de la Revolución iraní, esta organización se adhiere plenamente a la ideología del régimen de Teherán y a su estrategia de expansión. Analistas israelíes calculan que la Yihad Islámica Palestina recibe unos 100 millones de dólares al año de Irán, así como formación especializada. Cuenta con unos 15.000 combatientes, y su líder, Ziad Nakaleh, reside en Damasco, desde donde viaja regularmente a Beirut y Teherán para encontrarse con altos cargos de Hezbolá y del régimen iraní. En ocasiones, se la describe como "el socio secundario de Hamás", pero en ciertos momentos no ha dudado en chocar con esta organización, por ejemplo saboteando algunos intentos de negociación de esta con las autoridades israelíes.

También tomó parte en algunos atentados suicidas contra autobuses y cafés en los años noventa. Aunque su principal base se encuentra en Gaza, también tiene presencia en otros lugares como Cisjordania, especialmente en el campo de refugiados de Yenín. Opera asimismo en Líbano, y podría ser responsable de los enfrentamientos armados de esta pasada semana contra soldados israelíes en la frontera libanesa.

La Guarida del León

Quizás el atentado de Hamás de la semana pasada pilló a todo el mundo por sorpresa, pero quienes seguían de cerca el conflicto palestino-israelí sabían que este estaba muy lejos de estar zanjado. Y la prueba más evidente es el surgimiento, en los últimos años, de nuevas milicias de orientación secular y no adscritas a ningún partido político, pero con enorme popularidad entre la juventud palestina, la más prominente de las cuales es la llamada Guarida del León. Nuestro compañero P. J. Armengou realizó un excelente retrato de este grupo en 2022.

Se trata de una organización muy motivada y bien armada gracias al contrabando de armas desde Jordania y las cesiones de otras organizaciones, surgida al calor de la frustración ante la creciente restricción de los derechos de los palestinos y la ausencia, cada vez más clara, de una posible solución negociada al conflicto. Las células operan de forma totalmente descentralizada. Sus integrantes —menos de un centenar, según la inteligencia israelí— son muy jóvenes, todos rondando la veintena, y en consecuencia manejan con destreza las redes sociales, lo que les ha convertido en auténticas superestrellas en los territorios palestinos. A la vez, esto supone su talón de Aquiles, puesto que permite a los servicios de seguridad israelíes rastrearles con cierta facilidad en las redes sociales. Algunos de sus cabecillas ya han sido abatidos o detenidos, lo que ha debilitado enormemente a la organización, aunque no ha logrado su desmantelamiento total. Pero el hecho de que no tengan vínculos directos con ninguna organización política establecida hace difícil que las autoridades israelíes puedan negociar con ellos o cooptarles con técnicas convencionales.

El epicentro de sus operaciones es la ciudad de Nablús, aunque también han atacado en lugares como Tulkarem, Yenín o Jericó. Tienen presencia casi exclusivamente en Cisjordania, un territorio por ahora al margen de las operaciones israelíes, pero que experiencias previas muestran que difícilmente podrá abstraerse de la situación. Allí, la presión de los colonos contra los asentamientos palestinos se ha disparado en los últimos meses, en parte gracias a la protección de los socios ultraortodoxos de Benjamín Netanyahu en el Gobierno. La semana pasada, varios de estos colonos decidieron vengarse de los atentados de Hamás redoblando sus ataques contra civiles palestinos en Cisjordania, matando a medio centenar de ellos en pocos días y provocando la despoblación de al menos dos localidades. En este contexto explosivo, es cuestión de tiempo que estos milicianos respondan con sus propios ataques y emboscadas.

Mártires de Al Aqsa y otras milicias palestinas

Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa son el grupo más activo dentro del Tanzim, el brazo armado de Fatah. Se trata de una organización relativamente descentralizada compuesta por voluntarios, aunque su operatividad quedó seriamente resentida tras la detención de su líder, Marwan Barghuti, en 2002. Aunque en la última década y media han mantenido un perfil bajo comparado con otros grupos, continúan teniendo mucha fuerza en lugares como el campo de refugiados de Balata, en Nablús, donde operan como las autoridades de facto.

Si el conflicto se extiende a Cisjordania, es muy probable que esta organización se vea forzada a tomar parte de un modo u otro en las hostilidades contra las fuerzas israelíes. Algunas facciones, como la llamada Brigada Balata, mantienen una intensa actividad, y tanto la edad de sus miembros como su disposición a participar en choques armados con el Ejército israelí les acercan más a la Guarida del León —con quienes han participado en algunas operaciones conjuntas— que a los militantes palestinos tradicionales.

Además, existen otra miríada de pequeñas milicias palestinas tanto en Gaza como en Cisjordania que podrían participar en los combates, como las Brigadas de Resistencia Nacional del Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP), los Comités de Resistencia Popular o las Brigadas de los Muyahidines, las cuales también habrían tenido un papel en el ataque del pasado fin de semana junto a Hamás.

Hezbolá

Aunque a veces se suele establecer un paralelismo entre Hamás y Hezbolá, existen importantes diferencias entre ambas organizaciones. Mientras la primera es un grupo suní, la segunda es de carácter chií, lo que significa que la influencia de Irán sobre esta última es muchísimo más fuerte que sobre la primera. Hezbolá ha ejercido de grupo proxy del régimen iraní en diversas ocasiones, desde su intervención en Siria a su implicación en varios complots para atentar contra intereses israelíes en diversos lugares del mundo.

Hezbolá está considerado el actor no estatal mejor armado del mundo y uno de los más innovadores en cuanto a estrategias de guerra híbrida, hasta el punto de haber sido capaz no solo de expulsar al Ejército de Israel del sur de Líbano mediante una campaña de guerrilla durante los años noventa, sino de hacerle frente durante la guerra de 2006. Además de una formidable fuerza de infantería, cuenta con su propia flota de drones, algunos tanques y decenas de misiles y proyectiles producidos en Irán. Israel asegura que esta milicia chií tiene "130.000 cohetes apuntando" a su territorio.

Foto: El líder de Hezbollah, Sayed Hasan Nasrallah, se dirige a sus seguidores a través de una pantalla en el Día de los Veteranos del Líbano, el 12 de mayo de 2016 (Reuters)

Su líder, Hassan Nasrallah, aseguró en 2021 que la organización cuenta con 100.000 combatientes, aunque expertos independientes rebajan esta cifra a entre 20.000 y 50.000, incluyendo a los reservistas. Además de sus capacidades militares, es también un importante actor político en el Líbano, donde cuenta con representación parlamentaria y mantiene una importante red asistencial.

Hasta ahora, el papel comprobado de Hezbolá en este renovado brote de violencia se ha limitado a algún bombardeo de territorio israelí desde el Líbano y a algún cruce de fuego con fuerzas israelíes en la frontera. No está nada claro que vaya a intervenir, y muchos analistas consideran que el grupo es reticente a unirse a un estallido en el que tiene poco que ganar y muchísimo que perder. Sin embargo, si acaba por hacerlo, supondría un importante elemento desestabilizador que abriría un nuevo frente en el norte de Israel que obligaría a las fuerzas armadas de ese país a desviar importantes recursos militares.

Fuerzas iraníes y milicias en otros países

Otras fuerzas militares vinculadas a Irán han señalado su disposición a tomar parte en los enfrentamientos con Israel. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, miembros de las llamadas Fuerzas de Movilización Popular (una milicia chií de Irak) están llegando al Líbano vía Siria, al tiempo que operativos del Pasdarán —el Cuerpo de Guardianes de la Revolución de Irán—, incluyendo al comandante de la Fuerza Quds, la sección de élite encargada de actuar en el extranjero, se están desplegando en el suroeste de Siria junto a Hezbolá. Además, otros movimientos armados, como los huzíes de Yemen, también han declarado que si Estados Unidos se involucra en el conflicto del lado de Israel, comenzarán a atacar objetivos estadounidenses.

En conjunto, un escenario explosivo que podría estallar en las próximas jornadas. En ese contexto, cualquier escalada implicará un enorme derramamiento de sangre, y ambos bandos pagarán un precio.

Una semana después del atentado múltiple de Hamás contra varias decenas de objetivos en el sur de Israel y del inicio de una nueva crisis bélica en Oriente Medio, el Ejército israelí se prepara para una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza cuyo inicio parece inminente. Pero a diferencia de otros enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y sus adversarios, en esta ocasión el conflicto amenaza con convertirse en una gran guerra regional, con la apertura de diversos frentes simultáneos en todas las fronteras del país, y más allá.

Conflicto árabe-israelí
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