La Guarida del León contra Israel: por qué la próxima intifada no será como las anteriores

Más de 50 días después de las elecciones, Israel podrá formar nuevo Gobierno. El eterno Benjamin Netanyahu anunció la noche del miércoles que había logrado un acuerdo para formar el que será el Gobierno más derechista de la historia del país, gracias a una coalición con tres partidos de extrema derecha y dos ultraortodoxos.

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Los adolescentes los veneran como auténticas estrellas del rock y los siguen con devoción en TikTok y Telegram. No son músicos, ni actores famosos, sino los nuevos grupos de lucha armada la Guarida del León o el Batallón de Balata, que se han convertido en los nuevos protagonistas de la resistencia en Cisjordania. Los rostros de sus shahid, los "mártires" de los nuevos grupos armados palestinos, hace tiempo que no están solo en las calles de Nablus y en el campo de refugiados de Balata, sus lugares de origen. Ahora llenan los móviles de los adolescentes locales. "Son vistos como héroes capaces de enfrentarse a la ocupación", reconoce Jamal Tirawi, líder local de Fatah, el partido del presidente palestino Mahmud Abás. "A nosotros, en cambio, los jóvenes nos ven débiles y no como a un igual ante Israel", confiesa.

Formadas mayoritariamente por centennials, nacidos entre finales de los noventa y principios de los dos mil, las nuevas facciones palestinas son muy activas en las redes sociales, están muy bien armadas y carecen de afiliación con partidos y movimientos tradicionales palestinos, como Fatah o Hamás. Tampoco tienen una jerarquía clara y su lucha está más vinculada a combatir a Israel y perseguir una Palestina libre, que a la yihad. "No tienen un programa político detrás, más allá de una reacción a la ocupación", explica Hugh Lovatt, investigador del European Council on Foreign Relations. "Siempre había habido grupos armados vinculados a partidos, pero en los últimos dos años han empezado a aparecer estos grupos sin control político", añade el experto.

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Lovatt atribuye el nacimiento de estos grupos a dos factores: la impopularidad y debilidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el descrédito de las organizaciones tradicionales, así como las acciones militares israelíes en territorio ocupado. "Es una combinación de motivos políticos y militares", dice Lovatt. En su despacho de Nablus, Tirawi reconoce que estos nuevos grupos han venido a "llenar un vacío" ante la "pérdida de confianza de los jóvenes en la ANP", liderada por su partido, y admite que "se ha creado un abismo entre la gente y los líderes" por la falta de oportunidades de trabajo y de futuro. También, aunque no lo menciona, por la corrupción y el nepotismo que caracteriza al Gobierno palestino. Sin embargo, Tirawi insiste en que la principal razón para el surgimiento de estos grupos es "la agresión israelí".

"Las políticas israelíes debilitan a la ANP. Los jóvenes nos ven impotentes ante Israel. Mi propia autoridad no sirve de nada. Soy un líder en mi comunidad pero una vez cruzo el checkpoint no soy nada y me pueden humillar y atacar", asegura el político. Antiguo comandante de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, el brazo armado de Fatah, Tirawi considera que la Guarida del León "no es el primer grupo, ni será el último" en aparecer, y añade: "La ocupación israelí nos fuerza a la resistencia. Yo preferiría una vida sin armas, sin sangre y sin lucha, pero son los israelíes quienes nos empujan a ello".

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La Guarida del León y el Batallón de Balata, como otros muchos grupos surgidos en el último año, se han ganado el apoyo de los palestinos por su resistencia numantina ante las incursiones del Ejército israelí en ciudades como Jenin o Nablus, ante las cuales la ANP ha sido un mero espectador. También les ha beneficiado el aura de triunfo que les han dado las decenas de ataques terroristas que les atribuye Israel, algunos de los cuales se han cobrado la vida de militares. Entre los atentados reivindicados por la Guarida del León, por ejemplo, destaca el asalto a una marcha de colonos judíos cerca del pueblo palestino de Deir Sharaf, el 11 de octubre, en el que murió un soldado de 21 años. En general, sin embargo, la mayoría de acciones de estos grupos se han limitado a la resistencia en ciudades palestinas durante incursiones militares.

Operación romper la ola

En este sentido, la existencia de los nuevos grupos no puede entenderse sin la llamada "Operación romper la ola", lanzada por el Gobierno israelí como respuesta a la oleada de atentados contra civiles y militares entre marzo y mayo de 2022, que dejó 19 muertos. Aunque algunos de los autores de esa serie de atentados eran árabes israelíes, otros provenían de Jenin, donde empezó la operación y donde surgieron los primeros movimientos independientes de resistencia. Nablus ha sido otra de las ciudades en las que las fuerzas israelíes han irrumpido más, generalmente para proteger a colonos judíos que querían visitar la tumba del profeta José y para arrestar a presuntos terroristas. En el último año, Israel ha detenido a más de 2.500 sospechosos y ha confiscado más de 300 armas en Cisjordania.

Una de las operaciones más notorias en Nablus se produjo el pasado 25 de octubre, cuando el Ejército lanzó un ataque contra una supuesta fábrica de explosivos de la Guarida del León. Murieron cinco milicianos y uno de los líderes del grupo, Wadi Houth. El domingo anterior, un presunto agente israelí colocó una bomba en una motocicleta aparcada en el centro de la ciudad, con la que mató a otro de los principales miembros de la facción, Tamer Kilani. Generalmente, las operaciones de las fuerzas israelíes han consistido en "incursiones nocturnas en distintas ciudades palestinas para arrestar a operativos concretos de acuerdo con informaciones de inteligencia", afirma el teniente coronel y antiguo portavoz del Ejército, Jonathan Conricus, que asegura que la estrategia ha buscado minimizar los daños y el contacto con civiles palestinos.

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Sin embargo, las acciones militares de Israel han hecho de este año el más mortífero de la última década en Cisjordania. Este 2022 ya han muerto más de 135 palestinos, la cifra más alta desde 2004. Muchos de ellos eran milicianos, otros civiles y, según las ONG, al menos 30 eran niños o adolescentes. Por otro lado, los atentados palestinos en Israel o Cisjordania se han cobrado la vida de cerca de 30 israelíes, el número más alto desde 2008.

Estas cifras no tienen en cuenta los muertos en Gaza, donde se produjo una escalada violenta entre el 5 y el 7 de agosto. Durante ese periodo, la Yihad Islámica lanzó 1.100 cohetes contra Israel, en respuesta a la detención de su líder en Cisjordania, Bassem al-Saadi. Dos soldados israelíes resultaron heridos. Por su parte, Israel realizó 147 ataques aéreos. Murieron 49 palestinos —17 de ellos niños— y 350 civiles resultaron heridos. Según Israel, 14 de las víctimas murieron a causa de cohetes palestinos.

Un nuevo actor político

Para Avi Melamed, antiguo funcionario de inteligencia israelí especializado en asuntos árabes y asesor de los alcaldes de Jerusalén, Teddy Kollek y Ehud Olmert, los nuevos grupos armados no son "una amenaza nueva" para Israel, aunque sí un "nuevo actor político en Palestina". "La Guarida del León es insignificante militarmente, pero dice mucho políticamente", explica a El Confidencial. "Estas facciones insisten en no identificarse con los grupos tradicionales, y eso es muy interesante porque muestra la frustración y desconfianza de los palestinos con Hamás y la ANP", añade el experto, que vislumbra un "escenario de división" el día que el presidente Mahmud Abás muera o deje la política.

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Además de esta independencia organizativa, los analistas citan la falta de jerarquía, el papel de las redes sociales y la calidad del armamento entre los elementos novedosos de estos grupos. Melamed explica que la aparente falta de orden de estos grupos "puede complicar" su supresión por parte del Ejército, pero considera que "las operaciones militares han sido muy exitosas desde un punto de vista israelí". Además, añade, "para los miembros está claro quién manda", de manera que los líderes acaban siendo fácilmente identificables por las fuerzas de seguridad. Por su parte, Conricus recuerda que Israel ha tenido "muchos años" para analizar y conocer a grupos como Hamás o la Yihad Islámica, de los que conoce los métodos y organización, pero que cualquier grupo nuevo "es siempre un reto".

Tanto Melamed como Lovatt y Conricus coinciden en definir las redes sociales como un arma de doble filo para los nuevos grupos. "Les da publicidad, idealiza sus acciones y resultan muy atractivos para los jóvenes, pero al mismo tiempo los hace fáciles de seguir", asegura el primero. Por su parte, Lovatt indica que las redes sociales han sido clave para "coordinar ataques y difundir información". Conricus afirma que, aunque el uso de TikTok les ha servido "para reclutar nuevos miembros y difundir sus actividades", y eso "les ha resultado muy beneficioso para crecer rápidamente", también "ha sido peligroso por una cuestión de exposición y por la capacidad de las organizaciones de seguridad israelíes para localizarlos".

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En cuanto a las armas utilizadas por los grupos, que todos los analistas coinciden en describir como "armamento militar de gran calidad", el teniente coronel Conricus indica que las obtienen por tres vías: el contrabando desde Jordania, que "se ha incrementado en el último año y medio"; los robos en bases militares israelíes, "que cada vez son menos"; y la manufactura doméstica. De estos tres orígenes, los que preocupan más a Israel son los dos primeros, ya que han aportado un armamento pocas veces visto en Palestina. Conricus añade que grupos como Hamás o la Yihad Islámica han ayudado a armar las nuevas facciones, aportando financiación y conocimientos. "Aunque la Guarida del León es un ejemplo de facción independiente, también ha recibido armas y explosivos de la Yihad Islámica", asegura.

Sin vías de solución

Hamed, un activista residente en el Campo de Balata, reconoce que "se ha creado una cultura en la que los jóvenes aman la resistencia armada". Aunque él apuesta por una solución negociada con Israel, entiende la frustración de los jóvenes y su deseo de luchar. Él mismo pasó cuatro años en prisión por haber militado en las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa. "La violencia solo atrae más violencia y la solución pasa por la negociación política. ¿Pero qué futuro tienen los jóvenes? Los palestinos no tenemos quién hable por nosotros, no tenemos quién nos represente, tenemos una tasa de paro muy alta e Israel nos ataca día y noche", asegura.

Opinión

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Para el líder de Fatah, Jamal Tirawi, la victoria en las elecciones del ex primer ministro, Benjamin Netanyahu, con el apoyo de la ultraderecha, demuestra que el futuro solo depara problemas: "Conociendo a Netanyahu, lo peor está por venir. Si sigue adelante con sus planes de anexionarse Cisjordania, no se encontrará con una intifada de uno o dos grupos, sino de todos los palestinos", opina. "Quiero lanzar un mensaje claro al próximo Gobierno israelí: sin solución de dos Estados, no hay solución posible. Sin eso, estos grupos no pararán", añade.

Por su parte, el teniente coronel Conricus, augura un incremento en las hostilidades, aunque culpa de ello a la ANP que, asegura, no está controlando a los nuevos grupos. "Si la ANP continúa permitiendo que elementos armados en Nablus, Jenin y otras localidades continúen escalando la situación, la posibilidad de una operación israelí aumenta. Y eso es algo que ni Israel ni, definitivamente, la ANP, tienen interés en que pase". "Cada vez hay más llamadas en la sociedad israelí para que el Ejército lance una operación más grande", dice Conricus que recuerda las operaciones militares israelíes en Nablus durante la Segunda Intifada, que implicaron el despliegue del Ejército y la muerte de 70 milicianos y ocho civiles palestinos. "La mayoría de jóvenes de estos grupos nunca han vivido una situación así", advierte.