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Feijóo hará "ajustes" en Génova y los grupos parlamentarios de cara a liderar la oposición a Sánchez
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Feijóo hará "ajustes" en Génova y los grupos parlamentarios de cara a liderar la oposición a Sánchez

El PP pide "poner orden" en la "tricefalia" que representan Gamarra, Bendodo y Tellado en Organización. Los nombres de Borja Sémper y Carmen Fúnez están en las quinielas para medrar en la nueva etapa

Foto:  El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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"Váyanse acostumbrando a la sorna gallega". La frase es de Alberto Núñez Feijóo; el contexto, una de sus réplicas a los grupos durante la sesión de investidura fallida que afrontó esta semana en el Congreso. El mensaje, dirigido a propios y extraños, no dejaba dudas: ha venido a Madrid para ser presidente del Gobierno "más pronto que tarde", como aventuró el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Otro gallego. El PP inicia ahora una nueva etapa tras un mes "difícil" reconocen en el partido, en el que ha costado digerir que el horizonte más probable, salvo que Pedro Sánchez fracase en su intento de investidura con los independentistas catalanes, es la oposición.

Hay satisfacción por el resultado del debut en la Cámara baja del líder. Desde la dirección popular destacan que "muchos ciudadanos han descubierto a Feijóo" y es que uno de los "errores" a los que desde las baronías se le achaca el resultado insuficiente del 23-J es que hubo "exceso de derogación del sanchismo" y "ausencia de proyecto de país". El gallego conjugó bien ambos aspectos en su discurso para solicitar su apoyo al Congreso. Hubo una moción de censura a Sánchez, pero también presentó sus propuestas económicas. Los populares vieron reflejado, según sus propias consideraciones, que "tenemos una alternativa sólida a Sánchez".

Foto: El candidato a la presidencia del Gobierno y líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Reuters/Susana Vera) Opinión
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El cierre de filas, que se visualizó con los barones apoyando desde la tribuna de invitados a Feijóo, no impide que las demandas de "cambios importantes" en la estructura de Génova hayan amainado. Para altos cargos del partido, la negociación de los pactos con Vox y cómo se planteó la campaña electoral de las generales evidenciaron que la cúpula del partido "no está bien engrasada". No hay crítica a la figura del líder que, insisten, "ha demostrado su valía política con creces", pero sí a los "bandazos" en la estrategia y la "confusión" en el funcionamiento orgánico.

El foco está puesto en la "tricefalia" que representa la convivencia entre la secretaria general, Cuca Gamarra, el coordinador general, Elías Bendodo, y el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado. Hay quejas por parte de los barones en la "falta de operatividad". El que ha salido "más quemado" ha sido Tellado. Es del equipo de máxima confianza del presidente, con quien lleva años trabajando en Galicia, pero "Madrid le ha pesado", afirman fuentes populares que apuntan a que podría plantearse dar el salto a Bruselas aprovechando que hay elecciones al Parlamento Europeo el próximo año. Bendodo fue de los pocos que se atrevió a plantear a Feijóo que las encuestas que les daban por encima de los 150 podían fallar y era necesario rebajar las expectativas. El que fuese fontanero de Juanma Moreno ha encontrado el sitio, aunque no siempre haya estado cómodo con el reparto de poderes.

Haciendo gala de su galleguismo, Feijóo escucha, pero los que trabajan codo con codo con él destacan que es "metódico" y tiene sus "propios tiempos". Superado el debate de su investidura fallida, ahora está centrado en desmontar el relato de Sánchez y en lo que, esta vez sí, será el cara a cara en el Congreso con el presidente en funciones, salvo que las negociaciones con Carles Puigdemont fracasen a última hora. El líder popular se inclina más por hacer "ajustes", según fuentes de la dirección, que por una "revolución" interna. El análisis es que se han ganado las elecciones y si se hacen grandes cambios es tanto como asumir un fracaso que desde el PSOE jalean como arma política.

Foto: El líder del PP y candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, durante la segunda votación. (Reuters/Susana Vera)

El gallego gusta poco de las filtraciones, por eso solo él, y "dos o tres personas" conocerán antes de que se anuncien el verdadero calado de unos cambios que serán obligados en el caso de la dirección del partido tras el nombramiento del vicesecretario de Coordinación autonómica y local, Pedro Rollán, como presidente del Senado. El cambio de Javier Maroto de la portavocía del Senado a la Mesa de la Cámara alta supondrá un doble relevo tanto en la dirección como en la elección del futuro portavoz. Hasta ahora el cargo lo ostenta de forma interina el veterano, Javier Arenas, pero él mismo ha trasladado a sus compañeros de bancada que lo más probable es que no siga en este puesto. Feijóo quiere que sea una mujer y a las quinielas ha entrado con mucha fuerza la exconsejera de Medio Ambiente de Isabel Díaz Ayuso, Paloma Martín, que "gusta mucho al jefe".

En el caso de la portavocía del Congreso hay cuórum en que Cuca Gamarra ha defendido el cargo "con galones" pese a que vino heredada de la etapa de Pablo Casado. Se ha ganado la confianza de Feijóo, quien cuando confiaba en ser el próximo presidente del Ejecutivo postuló a Gamarra como futura vicepresidenta política. Proponerla para presidir la Mesa del Congreso cuando todo apuntaba a que recaería en manos de la socialista Francina Armengol hizo que en el partido interpretase que el plan era sustituirla como voz de los populares, pero el líder del PP dejó oficialmente el hueco vacante.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a Borja Sémper y Cuca Gamarra, en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Si Feijóo la mantiene como portavoz en el partido, apuntan a que lo previsible es que acabe dejando de ser secretaria general. En uno u otro escenario hay dos nombres que están en todos los corrillos: Borja Sémper y Carmen Fúnez. El primero ejerce de portavoz del partido y algunos le colocan como el "elegido" para medirse con el Gobierno en las sesiones de control. El ruido interno que generó su intervención en euskera el día en el que el PP protestaba por la aprobación del uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, puso de manifiesto que no cuenta con las simpatías de todos. "Sémper sería un buen portavoz para gobierno, no para oposición", reflexiona un miembro del equipo de Mariano Rajoy, que adelanta que la legislatura va a "ser muy dura" y aconseja que Feijóo se "rearme" con perfiles "muy políticos".

"Feijóo tiene que tener alguien que muerda por él", insiste la citada fuente, que vivió con Rajoy una travesía similar a la que le espera al actual líder y desde su experiencia considera prioritario que el gallego mantenga su perfil de "hombre de estado" y se refugie tras una guardia pretoriana que "sacuda a Sánchez". "Algún cambio tiene que hacer", repiten en el partido donde suena con fuerza para ascender la vicesecretaria de Políticas Sociales y Reto Demográfico. Fúnez, "sorayista", representa lo que la dirección del PP quiere transmitir después de que el estudio al detalle de los resultados de las parlamentarias deje tres elementos a mejorar: hay que recuperar la confianza de las mujeres después de haber perdido más de un millón de estas votantes por las alianzas con Vox; hay que ensanchar el partido por el centro y recuperar el trasvase de votante del PSOE moderado que fue mucho menor de lo previsto; y hay que morder a Vox desde la alternativa de Gobierno. Si no se dan estas circunstancias, advierten fuentes de la dirección, "no volveremos a la Moncloa".

"Váyanse acostumbrando a la sorna gallega". La frase es de Alberto Núñez Feijóo; el contexto, una de sus réplicas a los grupos durante la sesión de investidura fallida que afrontó esta semana en el Congreso. El mensaje, dirigido a propios y extraños, no dejaba dudas: ha venido a Madrid para ser presidente del Gobierno "más pronto que tarde", como aventuró el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Otro gallego. El PP inicia ahora una nueva etapa tras un mes "difícil" reconocen en el partido, en el que ha costado digerir que el horizonte más probable, salvo que Pedro Sánchez fracase en su intento de investidura con los independentistas catalanes, es la oposición.

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