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Moncloa teme que la pugna entre ERC y Junts impida relajar sus exigencias para pactar
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Tensión en el independentismo

Moncloa teme que la pugna entre ERC y Junts impida relajar sus exigencias para pactar

Moncloa considera que la competición electoral entre Junqueras y Puigdemont "dificulta 'de facto" la negociación para la investidura. El PNV comparte la misma visión

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras, comparece a las puertas del Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, comparece a las puertas del Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Existe un consenso entre los diferentes actores implicados en las conversaciones para explorar la posible investidura de Pedro Sánchez. Una interpretación que comparten los negociadores del Gobierno y algunos socios potenciales, como el PNV, y hasta fuentes de ERC. Todos ellos coinciden en señalar la competición entre los partidos independentistas catalanes como uno de los principales obstáculos para avanzar hacia un pacto. En la Moncloa, se refieren a una "pugna" que "dificulta" las negociaciones. O lo que es lo mismo, rebajar la parte de sus condiciones "inasumibles" para el Ejecutivo antes de poder llegar a un acuerdo.

Desde el PNV, fuentes parlamentarias ponen el foco en "las tensiones" entre ERC y Junts, que pueden hacer descarrilar un pacto. Les reprochan una mirada más pegada al momento presente, en lugar de a largo plazo, como sí dicen tener en su caso. Todo ello, aun reconociendo que su partido también compite con EH Bildu por la hegemonía en Euskadi. Sin embargo, sitúan esta disputa fuera del terreno de juego de la investidura. En ERC, voces del grupo en el Congreso reconocen que el efecto de su competición con JxCAT puede dificultar un acuerdo, pero al mismo tiempo advierten de que no puede darse por descontado su apoyo.

Foto: El ministro de Exteriores, José Manuel Albares. (EFE/Pablo Garrigós)

La lucha por quién capitaliza los acuerdos y consigue arrancar compromisos sin mostrar cesiones propias "es la pugna", según subraya una ministra socialista cercana a las negociaciones. Los republicanos, por un lado, tienen que poner en valor su estrategia durante los últimos años, mientras que el empeño de Junts pasa por censurarlo y tratar de demostrar que no han conseguido ningún avance por la independencia.

La gobernabilidad les importa relativamente poco, lo que les importa es quién tiene la hegemonía en Cataluña, señalan las mismas fuentes. A ello añaden que están compitiendo con vistas a las próximas elecciones catalanas. Una prioridad que no hace más que generar incertidumbre en el resultado de las conversaciones. Entre los potenciales socios nadie quiere descartar nada, tampoco la repetición electoral. Pedro Sánchez, en cambio, mantiene que no prevé nuevas elecciones, como trasladaba este martes en una conversación informal con periodistas en la ONU, recogida por la agencia EFE.

Foto: Gabriel Rufián conversa con Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Según el presidente en funciones, todos sus planes pasan por trabajar por un Ejecutivo progresista, pero no será hasta que reciba el encargo de intentar su investidura cuando se posicionará sobre exigencias que tiene sobre la mesa, como es el caso de una ley de amnistía. "Hablaré cuando toque", ha avanzado, con el argumento de que ahora es el turno de la investidura de Alberto Núñez Feijóo, aun insistiendo en que su posición pasa por garantizar en todo momento el respeto al marco constitucional. Una línea roja que se entrecruza con la contrapartida de abandonar la vía unilateral para explorar un alivio penal a los encausados por el procés.

La pugna electoral hace que en todo momento se estén mirando de perfil ERC y Junts. Algo que para la Moncloa "dificulta de facto" la consecución de un acuerdo. Sobre todo, en un momento en que están exigiendo que sus interlocutores rebajen sus posiciones de máximos. La unilateralidad, la exigencia de una amnistía antes de la investidura y el compromiso a negociar durante la legislatura un referéndum son las principales.

Foto: El líder de ERC, Oriol Junqueras (d), y el expresidente catalán Carles Puigdemont, en un encuentro en Waterloo. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)

En la última semana, en la que los socialistas han comenzado a fijar sus límites, desde Ferraz trasladan que tanto el partido de Carles Puigdemont como ERC siguen sin renunciar a sus posiciones de máximos. Pese a todo, la lectura que se impone en el PSOE es optimista. Entienden que pueden lograr un acuerdo porque a los independentistas, en una dinámica de retroceso electoral, tampoco les interesa volver a las urnas y arriesgarse a perder su papel central. Una visibilidad y capacidad de influencia que Junts había perdido tanto en Cataluña como en Madrid y que también había ido apartando del foco a Carles Puigdemont. De ahí que un dirigente de la cúpula de Ferraz reflexione, más por intuición política que por hechos comprobables, que "Junts va a aprovechar esta oportunidad".

En esta fase previa a las negociaciones formales se están produciendo contactos a distintas bandas y a diferentes niveles. El PNV es uno de los actores que participan y la foto de Andoni Ortuzar con Carles Puigdemont en Waterloo es buena muestra de ello. Los nacionalistas vascos están convencidos de que Junts "quiere jugar el partido", pero ponen en duda que finalmente "sepa jugar bien con el balón".

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras, realiza declaraciones a los medios de comunicación a las puertas del Congreso este martes. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Las "tensiones" que señalan los jeltzales entre las fuerzas independentistas catalanas como elemento desestabilizador tuvieron este martes su reflejo en las declaraciones de Oriol Junqueras a las puertas del Congreso. El líder de ERC se desplazó a Madrid, coincidiendo con la sesión plenaria en la que se debatiría sobre el uso de las lenguas cooficiales, para fijar el mensaje de que el PSOE ya se comprometió con su partido a aprobar una ley de amnistía. Se trata de su interpretación del acuerdo para votar a favor de la presidenta socialista del Congreso, Francina Armengol. “Aquel 17 de agosto”, remarcó Junqueras en declaraciones a los medios, “arrancamos a los socialistas un compromiso de acabar con la represión por todos los medios legales posibles. Y eso, sin lugar a dudas, incluye la amnistía”.

Intercambio de papeles entre Junqueras y Nogueras

En el Gobierno, se desmarcan de esta interpretación e insisten en que ERC está buscando protagonismo por su pugna con Junts. Todo lo que no sea trabajar con discreción, avisan, va en contra de que las negociaciones lleguen a buen puerto. Junqueras también renunció a arrepentirse de "algo que no es delito", en referencia a las contrapartidas por este alivio penal, incluyendo el abandono de la vía unilateral. Con todo, el líder de los republicanos ha evitado exigir que la amnistía se apruebe antes de la hipotética investidura de Sánchez y no ha hecho referencia a la celebración de un referéndum como condición para llegar a un acuerdo.

La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, se mostraba más afable con el Gobierno por su despliegue diplomático en Bruselas para convertir el catalán en lengua oficial. Con un tono poco habitual en la representante de los posconvergentes en el Congreso, Nogueras transmitía que desde Junts "reconocemos el esfuerzo" del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para defender la oficialidad del catalán en la reunión del Consejo de Europa de este martes. Ante la resistencia del resto de socios europeos por reconocer el euskera, el catalán y el gallego como lenguas oficiales de la UE, el Gobierno de España decidió priorizar el reconocimiento del catalán y mantener así vivas las negociaciones en Bruselas de cara a conseguir este objetivo ya comprometido con Junts.

Existe un consenso entre los diferentes actores implicados en las conversaciones para explorar la posible investidura de Pedro Sánchez. Una interpretación que comparten los negociadores del Gobierno y algunos socios potenciales, como el PNV, y hasta fuentes de ERC. Todos ellos coinciden en señalar la competición entre los partidos independentistas catalanes como uno de los principales obstáculos para avanzar hacia un pacto. En la Moncloa, se refieren a una "pugna" que "dificulta" las negociaciones. O lo que es lo mismo, rebajar la parte de sus condiciones "inasumibles" para el Ejecutivo antes de poder llegar a un acuerdo.

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