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ERC y Junts compiten por capitalizar la negociación con el PSOE tras el primer acuerdo
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Ambos coinciden en defender el catalán

ERC y Junts compiten por capitalizar la negociación con el PSOE tras el primer acuerdo

Los republicanos incluyen en su pacto sobre la Mesa explorar “todas las vías legales” para desjudicializar las consecuencias del 'procés', una apertura a explorar la amnistía que Junts no ha incluido en este primer acuerdo

Foto: Gabriel Rufián conversa con Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Gabriel Rufián conversa con Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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Minutos después de hacerse público que Junts había alcanzado un principio de acuerdo con el PSOE para desbloquear la configuración de la Mesa del Congreso, ERC convocó a los medios para anunciar que ellos también habían llegado a una entente con los socialistas. El gesto es sencillo, pero es muy significativo y da pistas de la competición que vive el independentismo desde hace años. Y el arranque de la XV legislatura y el sucesivo intento de investidura de Pedro Sánchez no va a ser más que otro tablero donde jugar la partida para las principales fuerzas del secesionismo catalán.

Cuatro semanas de incertidumbre dieron paso a una votación en la que los 14 diputados de ERC y Junts, siete de cada, votaron lo mismo. Ahora la pugna es aprovechar ese voto afirmativo para hacer presidenta a Francina Armengol para intentar recuperarse del batacazo electoral del pasado 23 de julio. En este contexto, no hay que olvidar que los republicanos fueron tercera fuerza en Cataluña y los neoconvergentes fueron la cuarta. Juntos suman cinco diputados menos que los que logró el PSC en la noche del 23-J. Y ambos han acabado por hacer posible una mayoría para el PSOE y Sumar —que también los superó en votos—, algo que no debe ser fácil de explicar. Se entiende así la pugna que ambas formaciones dejaron ver el jueves por capitalizar el acuerdo con los socialistas en la primera votación clave de la legislatura. Y el primer mensaje que ambos han mandado es que ahora comienza una nueva negociación en la que pondrán encima de la mesa nuevas exigencias.

Foto: Carles Puigdemont en una imagen de archivo. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)

Hay que recordar que los republicanos han pasado las últimas semanas pidiendo unidad de acción a todo el independentismo para aprovechar "la ocasión de oro" que les supone tener la llave de la mayoría que necesita Pedro Sánchez. Era una forma de presionar a Junts, que no abandonó las posiciones maximalistas hasta la noche antes de la apertura de las Cortes. Al menos en público, según podía leerse entre líneas en los mensajes que Carles Puigdemont mandaba por Twitter desde Waterloo. A través de El País se encargaron de recordar que su acuerdo con el PSOE no estaba cerrado. Días antes, Teresa Jordà, que ha pilotado las negociaciones, admitió que siempre iba a preferir al PSOE por encima del PP.

La batalla del catalán

De ahí pasaron a una frase muy llamativa de Gabriel Rufián, ya en la mañana del jueves. "El voto de ERC se suda", dijo el líder de la formación en el Congreso mientras explicaba los compromisos que había arrancado al PSOE para votar a Francina Armengol. Según el político barcelonés, la elección de la expresidenta balear no ha movido a ERC de su posición. Sí lo ha hecho el compromiso socialista de elaborar una ley orgánica para que el catalán sea "una lengua plenamente oficial" en todas las instituciones del Estado, incluida la Justicia, el permiso para usar el catalán en los plenos del Congreso y la culminación para que esta lengua se pueda utilizar en las instituciones europeas.

Junts se apunta el tanto de pedir la oficialidad del catalán en Europa y ERC el de incluir la desjudicialización del procés en el acuerdo

Este compromiso es llamativamente similar al que han alcanzado los socialistas con Junts, pero Míriam Nogueras, la líder de los neoconvergentes en el Congreso, se ha encargado de diferenciar su logro del de sus contrincantes dentro del independentismo. "Nosotros hemos pedido la oficialidad en la UE, no el uso en sus instituciones", ha dicho la dirigente del partido de Carles Puigdemont. Se refiere así a la petición remitida desde el Ministerio de Exteriores, por medio de la Representación Permanente de España en la UE (REPER), para que el Consejo de la UE aborde en septiembre la posibilidad de hacer al catalán, al vasco y al gallego idiomas oficiales en el ámbito comunitario. "Eso es un hecho, no una promesa", defendió Nogueras en su insistencia sobre la desconfianza de Junts hacia el PSOE.

El otro campo de batalla es lo que ocurra con las consecuencias jurídicas del procés, y aquí es Rufián quien presumió de su logro. El tercer punto del acuerdo con el PSOE apuesta por avanzar en la "desjudicialización" del conflicto por "las vías legales necesarias". Eso no es una referencia explícita a la amnistía, pero sí es la apuesta que hacen los republicanos a pesar de que el PSOE no quiere oír hablar de esta posibilidad. Fue Patxi López quien ayer descartó cualquier promesa de amnistía y defendió que la apuesta de los socialistas para destensar el conflicto pasa por alejarlo de los tribunales. En Sumar no son tan tajantes, como dejó caer el jueves la propia Yolanda Díaz en dos ocasiones. Primero en una entrevista en la SER y después en unas declaraciones en el patio del Congreso, la gallega aludió a numerosos "juristas" que avalan la posibilidad de discutir una posible ley de amnistía.

"En la democracia, lo importante son las mayorías", explican desde el entorno de la vicepresidenta. Este mensaje velado retrotrae el debate a lo que ocurrió en el Congreso en marzo de 2021, cuando los letrados de la Cámara Baja desaconsejaron tramitar una proposición de ley impulsada por ERC, Junts, PdeCAT y la CUP en la pasada legislatura. Se entiende así la afirmación de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, muy insistente al recordar que, "en democracia, las leyes se debaten".

placeholder Míriam Nogueras, líder de Junts en el Congreso, a su llegada al hemiciclo. (EFE)
Míriam Nogueras, líder de Junts en el Congreso, a su llegada al hemiciclo. (EFE)

"Entiendo que habrá a quien le parezca insuficiente, pero somos siete [diputados] y esto es la Mesa. Todavía falta la investidura", con esta declaración de intenciones, Rufián dejó alguna pista de por dónde irá la estrategia de ERC en las próximas semanas, toda vez que Pedro Sánchez ya dejó clara su intención de intentar reeditar su Gobierno. El líder de ERC, Oriol Junqueras, lo dejó claro después al afirmar que la desjudicialización pasa por una ley de amnistía. Hace no tanto, una fuente del Gobierno, cuestionada sobre esta posibilidad, respondió con un escueto "ya iremos viendo".

Todos los socios —y aquí se incluye ya Junts después del acuerdo de la Mesa— se preparan para una nueva ronda de conversaciones totalmente ajena a la actual. Nogueras, de hecho, ha sido muy tajante en diferenciar ambas negociaciones y ha asegurado que todavía no se ha hablado con el PSOE sobre la investidura. El mensaje del nacionalismo, dispuesto a investir a Sánchez, es que no hay nada cerrado. "No daremos un cheque en blanco", dijo el gallego Néstor Rego. "Hay mucha tela que cortar", apuntó el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que admitió que su optimismo es "moderado", menor que el que tenía en 2019, cuando la primera investidura de Sánchez.

Foto: Pedro Sánchez conversa con Cristina Narbona en la reunión de la ejecutiva socialista en Ferraz. (EFE)

De fondo está el efecto dispar que provoca la colaboración con el PSOE a todos estos socios. Hay grandes beneficiados, como EH Bildu, que amenaza la hegemonía jeltzale en el País Vasco desde que es un socio activo de Sánchez en la gobernabilidad del Estado. En Cataluña, ERC ha visto como pasaba de ganar dos elecciones generales seguidas en 2019 a ser tercera fuerza en el pasado 23-J y llevarse un sonoro batacazo en las municipales del 28 de mayo. Lo llamativo es que el papel más intransigente de Junts tampoco les ha dado grandes réditos electorales. Y, de fondo, la espada de Damocles de la repetición electoral, que nadie sabe vaticinar a quién beneficiará y a quién perjudicará.

Minutos después de hacerse público que Junts había alcanzado un principio de acuerdo con el PSOE para desbloquear la configuración de la Mesa del Congreso, ERC convocó a los medios para anunciar que ellos también habían llegado a una entente con los socialistas. El gesto es sencillo, pero es muy significativo y da pistas de la competición que vive el independentismo desde hace años. Y el arranque de la XV legislatura y el sucesivo intento de investidura de Pedro Sánchez no va a ser más que otro tablero donde jugar la partida para las principales fuerzas del secesionismo catalán.

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