El PSOE fía el futuro de las negociaciones a la unión del independentismo

"Es una ocasión de oro, los 14 diputados independentistas tienen mucho que decir". Así de explícita ha sido Teresa Jordà, diputada de ERC, al mostrar la importancia que tiene para los republicanos la unidad de acción entre su partido y JxCAT en la legislatura que está a punto de empezar en el Congreso de los Diputados. Y de ello depende, en gran parte, el futuro de las negociaciones que el PSOE ya tiene en marcha para que Pedro Sánchez logre repetir mandato. El bloque de la investidura de 2019 ha dado sobradas muestras de su voluntad de repetir alianza, pero el reto está en sumar el partido de Carles Puigdemont a esa entente. Y la clave está en que los viejos socios de la Generalitat —hoy en pleno divorcio— sean capaces de ponerse de acuerdo.

Dos de esos aliados de investidura, ERC y el BNG, mostraron este jueves su apoyo público a la reedición de esa alianza con el líder del PSOE en cabeza. "No vamos a dar un cheque en blanco a nadie, pero vamos a hablar para hacerlo de nuevo", dijo el nacionalista gallego Néstor Rego. Más explícita fue Jordà. "Sabemos quién es el PSOE y sabemos quién es el PP, pero preferimos siempre un Gobierno progresista", añadió la dirigente republicana, que insistió mucho en la "fuerza" que suman su partido y Junts a pesar de que en ERC admiten, en privado, que no tienen "ni idea" de cómo se van a comportar los neoconvergentes en el arranque de la XV legislatura.

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Carlos Rocha

No ha ayudado a despejar la incógnita la actitud de los siete diputados de Junts, que han llegado al palacio de la carrera de San Jerónimo juntos en una puesta en escena muy llamativa, pero no han hecho declaraciones a la prensa. La delegación neoconvergente fue a recoger sus credenciales, pero no está claro si, como ocurrió con BNG y ERC, mantuvieron una reunión presencial con el PSOE. Sí hubo coincidencia entre la cabeza de lista de Junts, Míriam Nogueras, y el negociador socialista, el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños. Ambos cumplimentaron los requisitos para recoger el acta de diputados casi al mismo tiempo en la sala habilitada para ello en el Congreso.

A una semana de la inauguración de la legislatura y la apertura de las cortes, las negociaciones que se iniciaron justo después del 23-J pasaron a ser presenciales. El secretario de Estado de relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, fue el responsable de verse con ERC y el BNG. Y sobre el tablero solo está la conformación de la Mesa del Congreso y la elección del presidente o presidenta que sustituya a Meritxell Batet. Es la consigna del PSOE y sus socios la han asumido. Las conversaciones de ERC, por ejemplo, están encaminadas a la consecución de grupo propio para tener más fondos y más margen de maniobra parlamentaria. Algo a lo que también aspira Junts, ya que ninguno de los dos partidos cumple estrictamente los requisitos que establece el reglamento de la Cámara.

Fuentes conocedoras de la reunión que mantuvieron los socialistas con los republicanos desvelan que la intención de ERC es votar a favor del aspirante que designe el PSOE para presidir el Congreso. No está claro todavía quién será y no se espera que los socialistas deshojen la margarita hasta la próxima semana. El 16 de agosto, en la víspera de la apertura de las Cortes, Pedro Sánchez encabezará una reunión del grupo parlamentario y es probable que ahí desvele el nombre. Pero los socialistas tienen en mente buscar un perfil del agrado de sus socios. Francina Armengol, la expresidenta balear, entra en ese marco y, por ejemplo, suena mejor para ERC que el nombre de Félix Bolaños.

Hay otra cosa que parece clara en este momento, y es que el PSOE y Sumar están dispuestos a ceder un puesto a alguno de los socios nacionalistas para garantizarse el número de votos que garantice al "bloque progresista" el control de la Mesa. En las primeras etapas de la negociación, los socialistas se mostraban reacios, pero según se acerca el 17 de agosto esta posibilidad adquiere carta de naturaleza. No será, en cualquier caso, un representante de ERC, admiten estas mismas fuentes. La prioridad de los republicanos es ese grupo propio y presidir varias comisiones de interés para la formación que dirige Oriol Junqueras.

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El posibilismo de ERC se da por seguro y ya hay varias pruebas de ello, pero la incógnita Junts es difícil de despejar todavía. Los republicanos admiten que no saben qué posición tomará Junts, un partido en el que conviven facciones más pragmáticas y otras más radicales. El círculo de Carles Puigdemont en Waterloo es una muestra. Y no ayuda que el Tribunal Constitucional tumbase el recurso del expresident contra su orden de búsqueda. "No sería bueno que lo echásemos a perder", lanzó el jueves Teresa Jordà en esa apuesta de su partido por la unidad, aunque también envió un mensaje al PSOE: "Veremos si Pedro Sánchez es un hombre de Estado y tiene mirada larga".

Lo que está claro es que todavía no ha llegado el momento de entrar en materias ajenas a la conformación de la Mesa, una votación compleja porque se hace de forma secreta y en urna y con un hemiciclo prácticamente dividido en dos. Con la llave en manos de Junts y el PP flirteando incluso con hablar con la formación de Carles Puigdemont, Sumar y el PSOE tendrán que hacer ingeniería parlamentaria para asegurarse el control de un organismo que será clave en la próxima legislatura. Si los populares tienen éxito con su órdago, podrían atenazar a un hipotético Gobierno de Pedro Sánchez y controlar también los tiempos de la investidura, clave en caso de repetición electoral.