El PSOE pasa a la acción y acelera las conversaciones con sus socios para atar la Mesa

El PSOE cambia el teléfono por las salas de reuniones. Los socialistas ponen velocidad de crucero en las negociaciones con sus socios para atar la mayoría de la Mesa del Congreso en la votación que se producirá el próximo 17 de agosto. A una semana de la inauguración de la XV legislatura, el PSOE acelera los contactos y tiene previstas reuniones con, al menos, el BNG y ERC, según han confirmado estos dos partidos. Los contactos que comenzaron justo después de las elecciones generales del 23 de julio se formalizan en medio del trasiego de diputados electos que llegan a la carrera de San Jerónimo a recoger sus credenciales.

Si bien el negociador principal designado por Pedro Sánchez era su ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, el responsable de este contacto con los potenciales socios de investidura queda en manos de Rafael Simancas, mano derecha de Bolaños y secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. Bolaños no ha querido desvelar si tiene prevista alguna de las reuniones con las delegaciones de los partidos nacionalistas que deben formar parte del acuerdo que permita a PSOE y Sumar lograr la mayoría. "Ser discretos y responsables es esencial", ha insistido el dirigente socialista, que ha comparecido en el Congreso después del diputado del BNG, Nestor Rego, y de la republicana Teresa Jordà.

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También se han dejado ver por los pasillos de la Cámara los siete diputados de Junts per Catalunya, con su candidata Míriam Nogueras a la cabeza. La número uno por Barcelona incluso ha coincidido con Bolaños en la sala en la que los diputados entregan la documentación necesaria para certificar su elección, pero ninguno de los representantes del partido de Carles Puigdemont ha querido hacer declaraciones. Jordà sí ha apelado a ellos y ha hablado de "oportunidad de oro" para el independentismo catalán, que, en su opinión, debe hacer valer los 14 diputados que suman ERC y Junts para influir en el devenir de la legislatura. En medio del silencio neoconvergente, los republicanos insisten en la necesidad de armar una unidad de acción complicada por las derivadas que hay en Cataluña, donde habrá elecciones en cuestión de meses y la batalla dentro del independentismo será cruenta.

"Las conversaciones marchan como tienen que marchar", apunta una fuente socialista, que hace gala de optimismo en esas negociaciones discretas que comanda Bolaños y donde también tiene un papel importante María Jesús Montero, aunque ha cogido unos días de descanso. El buen tono que han empleado tanto Jordà com Rego dan pistas de que hay una voluntad de armar esa "mayoría progre" en la Mesa; es decir, para el bloque que invistió a Pedro Sánchez en 2019 y al que ahora debe sumarse Junts, la gran incógnita de este pos 23-J.

El negociador en las primeras reuniones presenciales será Rafael Simancas, mano derecha de Félix Bolaños

Tanto BNG como ERC han asegurado que los contactos que se han mantenido hasta el momento se circunscriben únicamente a asuntos relacionados con la Mesa. "El PSOE pretende hacer este proceso en dos pasos", ha explicado Néstor Rego, en referencia a la negociación sobre la Mesa que debe dar paso, a partir del 17 de agosto, a las relacionadas con la investidura. También coinciden los gallegistas y los republicanos en que los partidos nacionalistas deben estar reflejados y que las contrapartidas que se discutan en este momento estén relacionadas con el funcionamiento del Congreso. Aquí entra en juego un asunto que es primordial para ERC y Junts, como la consecución del grupo propio, algo en manos de la Presidencia del Congreso tras hacer una lectura flexible del Reglamento de la Cámara.

La otra incógnita es el nombre de quién será la tercera autoridad del Estado, ya que Meritxell Batet se retiró de la carrera a principios de esta semana, según desveló este periódico. Ni ERC ni el BNG se han posicionado a favor de ninguno de los nombres de dirigentes socialistas que están en los mentideros. "Esto no va de nombres, sino de política", apunta una fuente republicana, que tampoco considera una prioridad que sea su partido el que se siente en el órgano de control del Congreso para dar visibilidad a esa mayoría de la investidura en la Mesa.