El PSOE desautoriza a Sumar en las conversaciones con Junts: "Seremos nosotros los encargados"

El PSOE resta peso a Sumar y desautoriza al partido de Yolanda Díaz en el marco de las conversaciones para formar una mayoría que permita la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. La ministra de Hacienda en funciones y número dos socialista, María Jesús Montero, ha afirmado este martes que "quien está hablando" con Junts per Catalunya (JxCAT) y otras fuerzas, quien "tiene la responsabilidad de conformar mayorías" es el PSOE, el "principal partido del bloque progresista". También el que "ha aumentado su número de apoyos en votos y escaños", espetaba. "Seremos nosotros los encargados de contactar con los diferentes grupos políticos", "que ya tenemos entrenamiento", aseguraba Montero en una entrevista en TVE, echando un jarro de agua fría sobre la formación de Díaz.

La número dos socialista respondía así a las preguntas sobre las palabras de la líder de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, que la pasada semana afirmó que estos contactos ya habían comenzado, y que reclamaciones del partido de Carles Puigdemont como la amnistía a los impulsores del procés y el referéndum de autodeterminación "están encima de la mesa", como "posiciones de máximos". Como ella, Díaz ha evitado descartar explícitamente el referéndum, que hasta estas elecciones generales sí se incluía en el programa de su espacio político, hasta ahora capitaneado por Podemos, pero que ya no quieren avalar. La posición de Sumar a nivel estatal, pero también la apuesta hacia la que han ido virando los comunes en los últimos años, pasa por apoyar que se vote un acuerdo político indeterminado, que surja de la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y la Generalitat.

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Por si acaso, Montero incidía en que toda "exploración" de un pacto "tiene como límite el marco constitucional", por lo que, a su entender, estas "expectativas" que quedan "fuera" de ese paraguas "quedan descartadas". La semana pasada, mientras el presidente en funciones daba una patada hacia adelante a las negociaciones con ERC, EH Bildu, PNV o Junts, cuyo apoyo es imprescindible para revalidar la coalición, y mientras Podemos reanudaba las hostilidades contra Sumar, el partido de Díaz optó por intentar marcar el paso. Prometió iniciar conversaciones discretas esa misma semana, y designó al que fuera presidente del grupo parlamentario Unidas Podemos, Jaume Asens, como responsable de tender puentes con Puigdemont, aprovechando su buena sintonía personal.

Incluso entre las filas de la vicepresidenta segunda ya asumieron que Asens no podía sellar un pacto en nombre de la coalición, y precisaron que su labor era allanar el terreno. Hasta este martes, Montero no había dado un golpe sobre la mesa de este calibre. Junto a ella, el ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, está al frente de las conversaciones con los independentistas, sobre las que el PSOE quiere mantener absoluto silencio.

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Hasta el punto de que la titular de Hacienda, que prometía ser "extraordinariamente discreta", no quería confirmar públicamente que Sánchez les ha encomendado esta tarea. El primer hito es lograr un acuerdo para designar al nuevo presidente o presidenta socialista del Congreso, pero también deben pactar la conformación de la Mesa de la Cámara Baja, que se votará en la sesión constitutiva del 17 de agosto. "Estamos hablando", reconocía Montero. El siguiente hito, aunque paralelamente toque este escenario, es la investidura de Sánchez.

De hecho, preguntada expresamente por si la postergada reforma del sistema de financiación autonómica puede servir para atraer a los independentistas catalanes, la número dos del PSOE incidía en que esta reforma es "una urgencia" que ya incluyen en su programa, y que deben abordar "esta legislatura", "en los próximos años". La desvinculaba así de la negociación, y se negaba a dar más pistas.

Afea a Feijóo su "postureo" y pide explicaciones sobre la reunión con Abascal

La titular de Hacienda en funciones sí recuperaba su habitual locuacidad al hablar del Partido Popular. Afeaba a Alberto Núñez Feijóo que se dedique al "postureo", al airear su carta del domingo a Sánchez, en la que le reclamaba una reunión, mientras "oculta una reunión secreta que mantuvo con Vox". El encuentro, durante la pasada semana, fue confirmado por el partido ultraderechista horas después de que el PP eludiese hacer lo propio. A su entender, esto hace "totalmente incompatible cualquier acuerdo o propuesta conjunta" entre los dos grandes partidos, y evidencia que PP y Vox "no han hecho una reflexión de lo ocurrido estas elecciones". Por un lado, Montero reclamaba a Feijóo "explicaciones" sobre "sus amistades y relaciones" con el narcotraficante Marcial Dorado, y por otra insistía en que se reunirán con todos los grupos, también con el PP, una vez constituida la Mesa.

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Y advertía de que conversarán "para explorar los márgenes de apoyo que tiene cada candidato", aunque daba por hecho que el resultado del 23-J evidencia que los españoles "mayoritariamente" no quieren un Gobierno de PP y Vox. Sánchez ya había pospuesto este encuentro hasta después del 17-A, y hoy la vicesecretaria del PSOE ha insistido en que siempre están "dispuestos a hablar con todos los grupos", mientras acusaba al PP de representar "una patria muy pequeña", "donde solo caben la ultraderecha y ellos". El entendimiento se antoja más lejano que nunca.