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PSOE y PP pelean bajo cuerda para seducir a los nacionalistas y controlar la Mesa del Congreso
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Sumar ve "falta de ambición" en el PSOE

PSOE y PP pelean bajo cuerda para seducir a los nacionalistas y controlar la Mesa del Congreso

Los socialistas redoblan los contactos “discretos” con sus socios de investidura mientras que los populares no tiran la toalla con el órdago de quitar la mayoría del órgano que rige la Cámara a la coalición de Sánchez y Díaz

Foto: El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, conversa con Aitor Esteban en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, conversa con Aitor Esteban en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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“¿Cómo pretendéis que un acuerdo así de complicado salga adelante si lo publicitamos?”. Con esta pregunta retórica, una fuente de los partidos que forman el Gobierno de Pedro Sánchez despeja cualquier pregunta relacionada con la negociación sobre la Mesa del Congreso desde hace días. La discreción es la consigna que lanzó el propio Sánchez antes de irse de vacaciones y se ha mantenido en las dos semanas que han pasado desde el 23 de julio. Pero eso no es un obstáculo para que las conversaciones se hayan intensificado en los últimos días, ante la cercanía de la votación, prevista para el 17 de agosto.

La escasa información que circula tiene que ver con la particularidad de la elección. Los nueve puestos en juego —presidencia del Congreso, cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías— se eligen en una votación secreta y en urna. El 23-J resultó en una aritmética ajustadísima entre el actual bloque de la investidura de Pedro Sánchez (PSOE, Sumar, BNG, ERC, PNV y Bildu) y el que forman PP y Vox, con el probable apoyo de UPN y Coalición Canaria. Y populares y socialistas quieren controlar el órgano que rige el funcionamiento parlamentario porque saben que es clave para que la legislatura prospere o un hipotético Gobierno de Sánchez se atasque con su agenda legislativa.

Foto: Meritxell Batet, en una visita al Senado. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

El mensaje en el bloque de la izquierda es que lograrán el control de la Mesa. La propia Meritxell Batet, que ha renunciado a ser la candidata, se mostró optimista en el mensaje que envió este martes tras confirmar que no seguirá siendo la presidenta de la Cámara Baja. Este miércoles ha hecho lo propio Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, que ha confiado en llegar a una entente con el bloque "progresista", donde incluye al PNV y a Junts. El dirigente del partido de Yolanda Díaz ha defendido que los partidos nacionalistas estén en el acuerdo, pero no se ha pronunciado claramente sobre la entrada de uno de esos partidos en la Mesa, como defienden voces de su espacio político.

Actualmente, los socialistas y sus socios tienen seis de los nueve puestos, pero el reparto del hemiciclo invita a pensar que en la XV Legislatura será más equilibrado. Tanto es así, que lo que el PP sugiere desde hace días es que PSOE y Sumar tengan cuatro puestos, ellos y Vox (si es que se ponen de acuerdo) otros cuatro y el de desempate sea para alguno de los partidos nacionalistas.

Los populares deslizaron esa propuesta hace unos días para inocular entre los socios nacionalistas de Sánchez la idea de que sería beneficioso evitar una Mesa controlada por PSOE y Sumar. A pesar de las críticas del PP a los socialistas por apoyarse en los partidos periféricos —este martes fue Miguel Tellado quien cargó contra esta alianza en una entrevista en la radio—, en Génova han intentado convencer al PNV para que sume sus votos con el bloque de derechas, para desequilibrar la balanza y dejar a los jeltzales como árbitros de la Mesa. La doble negativa de Sabin Extea a participar en una hipotética investidura de Alberto Núñez Feijóo no ha desanimado a los populares, que no tiran la toalla a pesar de que son conscientes de las dificultades.

ERC ha reclamado a Junts unidad de acción para hacer valer sus 14 diputados, que son decisivos

En este juego de sumas secretas, la llave vuelve estar en manos de Junts y sobre la mesa está la posibilidad de que el alma más radical del partido de Carles Puigdemont se imponga y apueste por la ingobernabilidad. Las presiones sobre los neoconvergentes llegan desde el PSOE y Sumar, pero también desde la otra fuerza del independentismo catalán. ERC forma parte del bloque de la gobernabilidad desde la pasada legislatura, aunque en ocasiones ha dejado solos a socialistas e izquierdistas, como en la reforma laboral. Y la apuesta de los republicanos en esta negociación pasa por intentar un bloque con sus viejos contrincantes para hacer valer la influencia que les dan los 14 escaños que suman, con siete para cada formación.

La presión de ERC

“Con reproches internos, con críticas destructivas contra los compañeros de viaje con los que compartimos objetivo, no lo conseguiremos”, dijo el martes Marta Vilalta en una entrevista con EFE. La secretaria general adjunta de ERC aboga por la unidad de acción en las próximas semanas y el primer paso será precisamente en la conformación de la Mesa. Hay que tener en cuenta que los dos partidos independentistas catalanes no han logrado los 15 escaños necesarios para formar grupo propio y, en su defecto, tampoco han conseguido el 15% en las circunscripciones donde se presentan.

Foto: Comité nacional del PP en Génova. (EFE/JP Gandul)

Esa es la baza que juegan los socialistas y Sumar, ya que el hecho de tener grupo propio se traduce en más fondos y más margen de maniobra para la vida parlamentaria. Para el partido de Carles Puigdemont, más allá de las tentaciones de bloqueo, el dinero es muy necesario en un contexto de pérdida de poder institucional después de las elecciones municipales del pasado 28 de mayo. Además de la reducción en el número de ayuntamientos en su mano, los neoconvergentes no han reeditado los pactos con el PSC en las diputaciones. A ello hay que sumar su salida del Govern hace unos meses.

La marcha de Batet de la pugna del Congreso no es baladí, toda vez que la dirigente catalana es la cabeza de lista del PSC, que logró una victoria aplastante en Cataluña. Todavía queda por saber qué propuesta tiene el PSOE para sustituir a la exministra de Política Territorial, aunque los focos están ya puestos en figuras como la de Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y uno de los negociadores socialistas junto con María Jesús Montero.

"Falta de ambición" en el PSOE

Después del 17 de agosto, llegará el turno de una nueva negociación, una suerte de segunda ronda, con vistas a la investidura. Y para entonces ya se habrán repartido parte de las cartas. La intención del PSOE es abordar a partir de ese momento asuntos como la financiación autonómica, el globo sonda que lanzaron los socialistas a principios de la semana pasada y que provocó una cierta división en el PP por la necesidad que tienen algunos de sus barones de abrir ese debate para solucionar sus problemas de infrafinanciación.

Esa y la "cuestión catalana" estarán encima de la mesa de negociación, según ha avanzado Ernest Urtasun en la Cadena SER. En la entrevista, el portavoz de Yolanda Díaz ha lanzado un mensaje claro a los socios del PSOE, aunque ha dado por hecho que habrá un acuerdo para volver a hacer presidente a Pedro Sánchez. El eurodiputado verde ha afeado a los socialistas la "falta de ambición" que en Sumar han detectado en los primeros contactos para reeditar la coalición de Gobierno.

Foto: Yolanda Díaz y María Jesús Montero. (EFE/J. J. Guillén)

El dirigente izquierdista no ha dado grandes detalles sobre qué políticas echan en falta, pero ha mostrado su "sorpresa" por esa falta de ambición y esas medidas "insuficientes" en este momento inicial de la negociación para armar una nueva coalición. Hay que tener en cuenta que en las conversaciones también se abordará un hipotético reparto de ministerios que podría cambiar el actual equilibrio dada la caída que registró Sumar el 23-J respecto a 2019 y el crecimiento de los socialistas.

“¿Cómo pretendéis que un acuerdo así de complicado salga adelante si lo publicitamos?”. Con esta pregunta retórica, una fuente de los partidos que forman el Gobierno de Pedro Sánchez despeja cualquier pregunta relacionada con la negociación sobre la Mesa del Congreso desde hace días. La discreción es la consigna que lanzó el propio Sánchez antes de irse de vacaciones y se ha mantenido en las dos semanas que han pasado desde el 23 de julio. Pero eso no es un obstáculo para que las conversaciones se hayan intensificado en los últimos días, ante la cercanía de la votación, prevista para el 17 de agosto.

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