Sánchez presiona a ERC y PNV por la reforma laboral y advierte que el bloqueo les perjudica

A menos de 24 horas de que se vote en el Congreso el decreto sobre la reforma laboral, Pedro Sánchez ha redoblado la presión sobre los socios de investidura para que abandonen su posición de rechazo. Durante una comparecencia desde Dubái tras visitar la Exposición Universal, coincidiendo con el día dedicado a España, el presidente del Gobierno ha defendido que la reforma laboral "trasciende siglas e ideologías" al ser acordada por los agentes sociales.

"Al votar que no, no representan ni la voluntad de acuerdo de los empresarios ni de los trabajadores" a través de una ley que, dijo, se centra en "atacar la temporalidad y la precariedad". La vía más plausible en estos momentos para sacar adelante la convalidación del decreto pasa por Ciudadanos y las formaciones minoritarias, con el apoyo ya anunciado de PDeCAT y a la espera de que ratifique su posición UPN, pero desde el Gobierno no se resignan a sumar a sus socios de investidura.

ERC, PNV y EH Bildu se mantienen en el no. Una posición sobre la que Sánchez ha advertido de sus consecuencias electorales echando mano de las "lecciones de Portugal", en referencia a la mayoría del socialista António Costa y a la caída de las formaciones de izquierda que forzaron un adelanto electoral al no apoyar sus presupuestos. "Aquellos partidos políticos, no tanto a la izquierda, sino también a la derecha, que no han contribuido a la estabilidad y han bloqueado la aprobación de los presupuestos en Portugal han salido perjudicados", avisó.

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El espejo portugués sobre el que subrayó que "es importante ser conscientes de que los ciudadanos no quieren elecciones, sino partidos que arrimen el hombro". "Estabilidad" frente a "bloqueo". Por eso, Sánchez insistió en "superar el debate tradicional clásico de las siglas e ideologías", defendiendo que el acuerdo sobre la reforma laboral supone que este proyecto no sea del Gobierno de España, sino "de todos".

El portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, reprochaba esta mañana la falta de avances en las negociaciones por la negativa del Ejecutivo a introducir cambios en el acuerdo para incluir sus propuestas de "mejora" al texto. Reprochaba de esta manera que desde la vicepresidencia segunda, que dirige Yolanda Díaz, se estarían centrando más en el "relato" que en negociar. Una posición similar trasladada desde EH Bildu, que critican que se esté recuperando el concepto de la pinza entre las formaciones soberanistas y PP y Vox para tumbar la reforma laboral.

En el bloque del no a la reforma laboral, que desde un principio integran PP y Vox (141 escaños incluyendo al diputado de Foro Asturias), se suman así ERC (13), PNV (seis), EH Bildu (cinco), JxCAT (cuatro), CUP (dos) y BNG (uno). Está en el aire el diputado de Ciudadanos que abandonó el grupo naranja para integrarse en el Mixto. Entre 172 y 173 diputados que no serían suficientes para tumbar el decreto.

Las cuentas del Gobierno para sacar adelante el proyecto pasan por los grupos parlamentarios que respaldan al Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos (154, ante la vacante del escaño de Alberto Rodríguez), Ciudadanos (nueve), PDeCAT (cuatro), Más País (dos), UPN (dos) y Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Teruel Existe y PRC, con un representante cada uno. Un total de 176 votos a favor. Sin embargo, de entre estas formaciones, UPN (Navarra Suma) insiste en que todavía no han tomado una decisión.

Su determinación pasa por "culminar la legislatura una vez termine la presidencia española de la UE" en el segundo semestre de 2023

Los conservadores navarros también se hacen querer y pretenden apurar las negociaciones hasta el último momento. Su máxima, al igual que Ciudadanos y Coalición Canaria, es que no se modifique el texto pactado con los agentes sociales, evitando tramitarlo como proyecto de ley para no incluir las exigencias de las formaciones soberanistas y nacionalistas. Con el apoyo de los cuatro de PDeCAT, sería suficiente con una abstención de Navarra Suma.

Punto de inflexión

Si Yolanda Díaz ha evitado negociar con las formaciones conservadoras para priorizar el bloque de investidura, los socialistas se han encargado de asfaltar esta alternativa. Una geometría variable que podría suponer un punto de inflexión en la legislatura, según advierten los propios socios parlamentarios cuando el PSOE trata de centrarse coincidiendo con el arranque del ciclo electoral, y alejarse de la dependencia de los independentistas.

Un escenario que le resulta más factible tras aprobar los presupuestos que le garantizan llegar al final de la legislatura. Precisamente, Sánchez volvía a asegurar este miércoles que el Gobierno consumará su mandato. Sin hacer referencia al bloque de investidura, el presidente del Gobierno argumentaba que "la estabilidad política está garantizada" y que su determinación pasa por "culminar la legislatura una vez termine la presidencia española de la UE" en el segundo semestre de 2023.

En esta segunda fase de su mandato, Sánchez no descarta ningún compañero de viaje y evita centrar los guiños solo en los partidos que facilitaron su investidura. "El Gobierno de España tiene una hoja de ruta clara" fijada en el plan anual normativo a través de "un paquete de leyes que vamos a poner en marcha". "Aspiramos a sacar todas esas reformas con el mayor apoyo posible, que es lo que queremos también para la reforma laboral".