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El PSOE da por descontados los apoyos para aprobar la reforma laboral sin sus socios
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CON LA VÍA CIUDADANOS Y MINORITARIOS

El PSOE da por descontados los apoyos para aprobar la reforma laboral sin sus socios

Junto a los votos de los grupos parlamentarios que respaldan al Gobierno, los socialistas cuentan con los apoyos de Cs, PDeCAT, Más País, UPN, Compromís, CC, NC, Teruel Existe y PRC

Foto: Yolanda Díaz durante el pleno del Senado este martes en Madrid. (EFE/Javier Lizón)
Yolanda Díaz durante el pleno del Senado este martes en Madrid. (EFE/Javier Lizón)

A la parte socialista del Gobierno ya le dan las cuentas para sacar adelante este jueves en el Congreso el decreto de la reforma laboral. Y no son precisamente los compañeros de viaje con los que Yolanda Díaz pretendía acompañar a su principal proyecto de la legislatura. Junto a los votos de los grupos parlamentarios que respaldan al Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos (154, ante la vacante del escaño de Alberto Rodríguez), los socialistas cuentan con los apoyos de Ciudadanos (9), PDeCAT (4), Más País (2), UPN (2) y Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Teruel Existe y PRC, con un representante cada uno. Se trata de la vía naranja más los minoritarios, que suma 176 votos a favor. Sin embargo, de entre estas formaciones, tanto PDeCAT como UPN (Navarra Suma), insisten en que todavía no han tomado una decisión.

Fuentes de los posconvergentes aseguran que se mueven entre el voto favorable y la abstención. Su decisión definitiva se fijará en una reunión extraordinaria de la dirección ejecutiva del partido que se celebrará la tarde de este miércoles, según añaden desde el grupo parlamentario. Siguen en conversaciones con el Gobierno, aunque su posición desde un principio siempre se inclinó por apoyar el decreto al considerar que no suponía una derogación integral de la reforma laboral de 2012 aprobada por el PP.

Los conservadores navarros también se hacen querer y pretenden apurar las negociaciones hasta el último momento. Su máxima, al igual que Ciudadanos y Coalición Canaria, es que no se modifique el texto pactado con los agentes sociales, evitando tramitarlo como proyecto de ley para no incluir las exigencias de las formaciones soberanistas y nacionalistas. Si los cuatro representantes del PDeCAT votasen a favor, sería suficiente con una abstención de Navarra Suma.

Foto: El presidente Pedro Sánchez. (EFE/Mariam A. Montesinos)

El Gobierno seguía este miércoles sin aceptar cambios en la reforma laboral. Ni ahora ni a futuro, a través de desarrollos normativos posteriores, lo que iría en contra de la propuesta de Díaz a sus socios, según han denunciado fuentes republicanas cercanas a la negociación. Es por ello que anoche, desde ERC, lamentaban la falta de avances. "No se mueven, no nos movemos", resumían estas mismas fuentes del grupo parlamentario.

En el bloque del no a la reforma laboral, que desde un principio integran PP y Vox (141 escaños incluyendo al diputado de Foro Asturias), se suman así ERC (13), PNV (6), EH Bildu (5), JxCAT (4), CUP (2) y BNG (1). Está en el aire el diputado de Ciudadanos que abandonó el grupo naranja para integrarse en el Mixto. Entre 172 y 173 diputados que no serían suficientes para tumbar el decreto. De todos ellos, el que más posibilidades ofrecía de cambiar de posición era el grupo nacionalista vasco. Si bien se ha ido reduciendo por el portazo del Gobierno a la opción que pusieron sobre la mesa para dar su apoyo.

Se trataría de blindar por ley la prevalencia de los convenios autonómicos. Si no dentro del actual decreto tramitándolo como proyecto de ley, en uno futuro. Desde Trabajo siempre se apostó por considerar estas reivindicaciones de cara a un segundo bloque legislativo de la reforma laboral. Una posición similar a la de los sindicatos. La patronal, en cambio, ha amenazado con descolgarse del acuerdo si se producía algún compromiso en este sentido y desde la parte socialista del Gobierno tampoco lo aceptan.

La aprobación de la reforma laboral a través de la vía Ciudadanos más el resto de formaciones minoritarias, incluidas las conservadoras, no solo deslegitima el proyecto de Díaz desde la izquierda, sino que la aísla de sus socios parlamentarios. Apenas un mes después de aprobar los Presupuestos de 2022 con la mayoría del bloque de investidura, se produce un punto de inflexión, según alertan los propios socios parlamentarios. El PSOE está tratando de buscar un perfil más moderado, tratando de reducir los costes electorales de apoyarse en el independentismo.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (d) durante un encuentro con delegados sindicales de UGT en Cataluña para escenificar su apoyo a la reforma laboral. (EFE/Enric Fontcuberta)

Un pretendido cambio de alianzas, de momento coyuntural, pero que se produciría con uno de los proyectos más importantes en la legislatura del Gobierno de coalición. Ante ello, desde el equipo de la vicepresidenta segunda insisten en que seguirán anclados en la mesa de negociación hasta el último minuto para tratar de preservar el apoyo del bloque de investidura. Se teme desde el sector morado que la agenda económica se intente moderar con pactos por la derecha y dejar los acuerdos por la izquierda para las iniciativas sociales. La geometría variable que intentó practicar el PSOE ya con los primeros presupuestos, de forma infructuosa.

Los socios advierten del cambio de rumbo

"Esperemos que el Gobierno no decida cambiar de rumbo por futuras contiendas electorales", advertía la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, preguntada en el Congreso por los efectos de la reforma laboral en el bloque de investidura. Con todo, animaba a "rehacer" el bloque "si se rompe en esta votación", reconociendo que "esto puede dejar heridas abiertas". En una línea similar se expresan desde Más País. Fuentes de la formación liderada por Íñigo Errejón advierten que "el Gobierno se la juega poniendo en riesgo a la mayoría progresista que le invistió y que le ha empujado hacia las medidas más importantes de la legislatura. Se equivoca el Gobierno si pretende buscar mayorías alternativas a partir de ahora, no por traicionar a sus socios, sino a sus propios votantes".

El voto a favor de Más País y Compromís sería la excepción desde el arco netamente progresista, más allá de los grupos que apoyan al Ejecutivo, y lo justifican por "pragmatismo". "La reforma ha sido un claro ejemplo de cómo anuncios grandilocuentes pueden en quedar en papel mojado", critican fuentes del partido, asegurando que "queda tiempo, hasta el jueves pueden rectificar, manteniendo el rumbo que le marcó el Congreso de los Diputados desde el primer día de la investidura".

La corriente de fondo entre los socios del Gobierno, a la que el PSOE se subió en su 40º Congreso Federal y Unidas Podemos en su universidad de otoño empuja a marcar distancias llegado el ecuador de la legislatura. Una estrategia intensificada por el arranque del ciclo electoral con las elecciones en Castilla y León. Al mismo tiempo, la intención de Yolanda Díaz de poner en marcha su proyecto político con un "proceso de escucha", tras aprobar la reforma laboral, también ha generado ciertas distancias de sus competidores por la izquierda en Cataluña (ERC), Euskadi (Eh Bildu) y Galicia (BNG). El muro levantado por el soberanismo dificulta el despegue del proyecto electoral de Díaz, que pretendía propulsar sobre la base de una reforma laboral "histórica".

A la parte socialista del Gobierno ya le dan las cuentas para sacar adelante este jueves en el Congreso el decreto de la reforma laboral. Y no son precisamente los compañeros de viaje con los que Yolanda Díaz pretendía acompañar a su principal proyecto de la legislatura. Junto a los votos de los grupos parlamentarios que respaldan al Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos (154, ante la vacante del escaño de Alberto Rodríguez), los socialistas cuentan con los apoyos de Ciudadanos (9), PDeCAT (4), Más País (2), UPN (2) y Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Teruel Existe y PRC, con un representante cada uno. Se trata de la vía naranja más los minoritarios, que suma 176 votos a favor. Sin embargo, de entre estas formaciones, tanto PDeCAT como UPN (Navarra Suma), insisten en que todavía no han tomado una decisión.

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