Vox exigirá un asiento en la Mesa y acota su apoyo 'gratis' al PP a la investidura

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Vox se abrió el pasado domingo a apoyar a Alberto Núñez Feijóo en una eventual investidura sin pedir nada a cambio. Pero no seguirá ese patrón en la votación del próximo 17 de agosto, cuando debe constituirse la Mesa del Congreso. El resultado del 23-J garantiza al PP cuatro de los nueve puestos del órgano, pero Génova se propone dar también la batalla para arrebatar la presidencia de la Cámara al PSOE. En este caso, sin embargo, no habrá apoyo gratuito de la formación ultraconservadora. Fuentes de la dirección del partido ratifican que su intención pasa por exigir un puesto en el órgano de gobierno del Congreso. "Si no, votaremos a los nuestros", advierten.

El PP ha iniciado contactos preliminares y discretos con algunas fuerzas del arco parlamentario para tratar de blindar ese objetivo. Según pudo saber El Confidencial, Génova se abre a ceder incluso un puesto en la Mesa al PNV para intentar truncar la mayoría de Pedro Sánchez. Ven "difícil" lograr atraer a los jeltzales, dado que estos han verbalizado hasta en dos ocasiones su rechazo a apoyar a Feijóo. Pero los populares insisten en separar el reparto de puestos en las Cortes de la votación de investidura y ven cierto margen de negociación con los nacionalistas vascos en esta cuestión. Apuntan a que un puesto en la Mesa puede ser tentador para el líder de los peneuvistas. Hace unos días, Andoni Ortuzar denunció en El País las "técnicas legislativas" empleadas por Sánchez en la legislatura anterior y el abuso del decreto-ley durante su mandato con el beneplácito del citado órgano.

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No obstante, el órdago de Vox puede complicar aún más las intenciones del PP con el PNV, que ya advirtió de que no participaría en ninguna ecuación en la que estuviese implicado Santiago Abascal. Si alguna de las dos fuerzas se borra definitivamente de la ecuación por el concurso del contrario, Feijóo tendrá difícil colocar a uno de los suyos al frente de la Cámara Baja.

Las elecciones del 23-J asestaron un duro golpe a Vox, que se dejó 19 diputados en las urnas. Pero se mantiene también como tercera fuerza política, con 33 escaños, por encima de Sumar. Desde 2019, Vox ha ocupado la vicepresidencia cuarta de la Cámara, que ocupó el diputado Ignacio Gil Lázaro. En el partido de Abascal, no aclaran a qué puesto aspiran en esta ocasión, pero sí advierten de que pelearán en las negociaciones con el PP por mantener su cuota en la Mesa.

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Vox acota así su giro estratégico con Feijóo a una eventual votación de investidura, y no están dispuestos a transigir con la idea de levantarse del órgano parlamentario para que el PNV ocupe su lugar. La votación del próximo 17 de agosto requiere en primera instancia una mayoría absoluta de uno de los candidatos a la presidencia de la Cámara, pero ninguno de los dos grandes grupos cuenta con la mayoría necesaria para lograrlo. Los aspirantes más votados se enfrentarían a una segunda votación, en la que solo se precisarían más síes que noes. El voto es secreto, en urna. Y las sumas de ambos bloques están tan ajustadas que un solo escaño puede inclinar la balanza a uno u otro lado.

PP y Vox cuentan con 170 escaños, mientras que PSOE y Sumar solo llegan a 153. El concurso de las fuerzas nacionalistas en este último caso resulta esencial. Génova quiere atraer a su bolsa los cinco diputados del PNV para romper la balanza, pero juega con otra baza: que Junts se desmarque de esta votación para poner contra las cuerdas al bloque de izquierdas y lanzar un aviso a Sánchez de cara a la investidura. En 2019, ERC, Junts, Bildu y la CUP emitieron papeletas nulas durante la votación que elevó a Meritxell Batet a la presidencia del Congreso.

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Génova da por amarrados 172 apoyos a una eventual investidura de Feijóo, con 137 escaños propios, 33 de Vox, uno de UPN y uno de Coalición Canaria. Es la misma mayoría que el PP aspira a reeditar en la votación que decidirá el color de la presidencia del Congreso, a la espera de cómo quede la negociación con el PNV. Si los nacionalistas vascos se ubicasen en el bloque de Sánchez, este sumaría 171 apoyos si no resbala ningún voto de Sumar, ERC, Bildu y BNG. El desmarque de Junts inclinaría en este caso la balanza a favor de la derecha, y todo apunta, de nuevo, a una votación de alto voltaje en la Cámara Baja.