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Jubilados, al PSOE; militares, a Vox, y amas de casa, al PP: el perfil de los votantes en España
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SEGÚN LOS DATOS DEL CIS

Jubilados, al PSOE; militares, a Vox, y amas de casa, al PP: el perfil de los votantes en España

La brecha de género más acentuada reside en los votantes de Vox, con mayoría de electores hombres. Sumar cala entre estudiantes e intelectuales, y Sánchez gana entre los desempleados

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se hace una foto con algunas votantes durante un acto del partido en Teruel (EFE/Antonio García)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se hace una foto con algunas votantes durante un acto del partido en Teruel (EFE/Antonio García)

La noche del 23-J se convirtió en una fiesta para unos y se hizo un poco larga para otros. Pese a que la mayoría de sondeos avalaban una holgada mayoría de investidura entre PP y Vox, Pedro Sánchez resurgió de sus cenizas y mejoró su marca lo suficiente como para pelear ahora por la gobernabilidad si logra el beneplácito de Junts. El voto de los indecisos fue una de las grandes obsesiones durante la campaña de las cuatro grandes fuerzas políticas que, sin embargo, incidieron también en su particular nicho de electores, perfiles que suelen repetir el patrón de voto en función de su edad, sexo, ocupación o situación económica. Las tripas del último CIS que José Félix Tezanos realizó los últimos días de campaña ratifican, por ejemplo, que el PSOE es la fuerza preferida entre jubilados y pensionistas; que el apoyo masculino a Vox duplica al femenino, o que Sumar encuentra su nicho mayoritario de voto entre los estudiantes.

El PP fue la fuerza más votada de la noche electoral, aunque los 137 diputados que finalmente obtuvo Feijóo fueron insuficientes como para amarrar la Moncloa de la mano de Vox. El mencionado estudio, que parte de un trabajo de campo de 27.000 entrevistas realizadas entre el 13 y el 22 de julio —la jornada de reflexión— y que trata la intención directa de voto, revela que el PP mantenía los porcentajes mayoritarios de papeletas en el nicho de puestos directivos y gerentes (38,5%), seguido muy de cerca de los trabajadores domésticos no remunerados (34,2%).

Foto: Míriam Nogueras, cabeza de lista de Junts, en la noche del 23-J. (EFE/Enric Fontcuberta)
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Los sectores profesionales que tenían previsto votar al PP el 23-J no entran en conflicto con el otro gran partido del bloque de la derecha. El nicho mayoritario de Vox es el de militares y policías: el 35% de los entrevistados de esta área apostaban por el partido de Santiago Abascal, por encima de PP (29,2%) y PSOE (11,6%). La formación ultraconservadora tiene también un gran impacto entre trabajadores del sector primario, como agricultores y ganaderos. Casi el 25% de los encuestados pertenecientes a este sector optaban también mayoritariamente por Vox, superando por poco la marca del PP (23,8%). Los socialistas tienen una incidencia moderada entre estos profesionales (15,5%), mientras que en el caso de Sumar apenas llega al 9%.

El voto rural fue una de las grandes batallas de la campaña electoral. Y la disputa fue especialmente acentuada entre PP y Vox. Feijóo convirtió la defensa de la España vaciada en una obsesión en las semanas previas a los comicios, con múltiples visitas a las provincias que repartían menos escaños al Congreso de los Diputados y en los que Abascal se había ganado un potente nicho de votantes en anteriores citas con las urnas. El objetivo era apelar al voto útil para arrebatar a Vox la bandera del campo y, de paso, el 'tercer escaño' en plazas clave. Aunque salvó 33 diputados, Vox se desinfló la noche electoral en sus grandes feudos y se dejó por el camino 19 escaños.

Con más de nueve millones de votos en juego, tanto PSOE como PP pelearon durante la campaña por el voto de la población más mayor, con la revalorización de las jubilaciones como arma arrojadiza entre Sánchez y Feijóo. Pero esta batalla, al menos según los datos que arroja el último CIS, la siguen ganando los socialistas. El mayor porcentaje de intención de voto entre jubilados y pensionistas se lo llevaba el PSOE (36,6%), casi 10 puntos por encima del PP (27,1%). Estos datos confirman que el bipartidismo sigue siendo la principal opción de la población más envejecida cuando se abren las urnas, mientras que las fuerzas con implantación más reciente, como Sumar y Vox, calan mejor entre el electorado más joven.

En el caso de Yolanda Díaz, el reparto de papeletas por ocupación es más heterogéneo. El voto a Sumar se concentra especialmente entre profesionales, científicos e intelectuales (19,4%); perfiles técnicos de nivel medio (18,3%) y estudiantes (16%). En estas elecciones, el PSOE volvió a situarse como la principal opción política entre los desempleados, opción preferida para más de un 30% de parados. En el caso del PP, ese porcentaje desciende hasta el 18%, al que le sigue Sumar (15,2%) y Vox (11%).

Clases sociales y edades

Tampoco hay sorpresas en el reparto de votos por clase social. Las dos grandes fuerzas del bloque de la izquierda concentraron el grueso de la intención de voto obrero y de la clase baja-pobre, mientras que el PP sigue fuerte en los estratos más altos. Importante subrayar en este punto cómo el voto a Vox trasciende a la clase social y cuenta con registros similares entre las altas esferas económicas (10,9%) y las clases bajas (10,3%).

A los de Abascal les ocurre justo lo contrario cuando se atiende la distribución de voto en función de la edad. El mayor éxito para Vox está entre el sector más joven de población (18 a 24 años), donde logran el apoyo del 16,7% de los votantes y se quedan a menos de un punto del PP (17,5%). Se entiende así la apuesta de la formación ultraconservadora por redes sociales consumidas por esa generación Z, como TikTok. A partir de esa edad, su apoyo va cayendo paulatinamente, y en las generaciones más veteranas son la opción menos votada de los cuatro grandes partidos, con un 5,7% entre los votantes de entre 65 y 74 años y un 3,6% entre los mayores de 75.

Los más votados entre la población joven son los socialistas (27,1%), y es llamativo que en este sector tengan datos sustancialmente mejores que en las tres cohortes inmediatamente mayores (25 a 34 años, 35 a 44 años y 45 a 54 años). Es pronto y no hay análisis cualitativos, pero tampoco es casualidad que Sánchez se implicase durante la campaña en medios consumidos por esta generación. El mejor ejemplo es el pódcast de La pija y la quinqui, que se emitió el domingo previo a los comicios, pero también el abrazo al meme de Perro Sanxe. En la web del PSOE se venden desde esta semana camisetas y chapas con el lema y su versión femenina, inaugurada por la esposa del presidente, Begoña Gómez, en el cierre de campaña socialista en Getafe.

Foto: Coloquio del cis sobre "las mujeres en la sociología"

A pesar de este buen dato entre el sector joven, los mejores números para el PSOE están en lo alto de la pirámide de población, donde consiguen más de dos tercios del voto. El mejor número es entre los ciudadanos de 65 a 74 (37,5%) seguido de los mayores de 75 (35,6%). Es llamativo que el PP solo supera al PSOE en el rango de 45 a 55 años, que es una de las cohortes más numerosas en la actual demografía española. En este tramo de la población, Feijóo logró el 27,8% de los apoyos frente al 24,2% de Sánchez. Hay que tener en cuenta que el CIS de Tezanos suele tener una muestra que sobreestima a la izquierda, según explican expertos en demoscopia, lo que explica que el PSOE supere al PP en intención de voto y el voto por correo, que es lo que mide este sondeo.

Sumar logra ser primera fuerza entre los votantes de 25 a 34 años, la cohorte a caballo entre la generación Z y los millennials más jóvenes. En este tramo se impone al PSOE por medio punto (22,5% frente al 22% de los socialistas) y la ministra de Trabajo es la segunda preferida como presidenta solo por detrás de Sánchez y por delante de Feijóo. El buen dato de Vox entre los más jóvenes relega a los de Yolanda Díaz a la cuarta fuerza en ese tramo, pero luego mantienen buenos números en las siguientes cohortes, siempre por encima del 10% salvo en el tramo más veterano (5,8% entre los mayores de 75).

En estas elecciones, según este estudio del CIS, se han mantenido las tendencias sobre el sesgo de sexo, aunque con matices. En el PP, hay casi un equilibrio entre mujeres y hombres con una leve ventaja de ellas (25,4% frente al 24% de ellos). El PSOE logra imponerse entre los hombres al PP por seis décimas, pero es muy llamativa la distancia a la que se colocan las votantes, con un 31,2%. La brecha entre el voto femenino y el masculino entre los socialistas es de 6,6 puntos porcentuales, lo que da pistas del éxito de la marca del puño y la rosa entre las mujeres.

Ese buen dato impide que Sumar logre acabar con esa brecha, que era muy acentuada en Unidas Podemos, a pesar de que era una de las claves para que la coalición de izquierdas rebasase los datos del espacio que la antecedió. Sumar sigue siendo un partido con mejores números entre los hombres (14%) que entre las mujeres (12,9%), a pesar de que su candidata era una mujer. En cualquier caso, la brecha de género más acentuada sigue siendo la de Vox, ya que logra el 13,2% de los hombres y solo el 5,9% de las mujeres.

La noche del 23-J se convirtió en una fiesta para unos y se hizo un poco larga para otros. Pese a que la mayoría de sondeos avalaban una holgada mayoría de investidura entre PP y Vox, Pedro Sánchez resurgió de sus cenizas y mejoró su marca lo suficiente como para pelear ahora por la gobernabilidad si logra el beneplácito de Junts. El voto de los indecisos fue una de las grandes obsesiones durante la campaña de las cuatro grandes fuerzas políticas que, sin embargo, incidieron también en su particular nicho de electores, perfiles que suelen repetir el patrón de voto en función de su edad, sexo, ocupación o situación económica. Las tripas del último CIS que José Félix Tezanos realizó los últimos días de campaña ratifican, por ejemplo, que el PSOE es la fuerza preferida entre jubilados y pensionistas; que el apoyo masculino a Vox duplica al femenino, o que Sumar encuentra su nicho mayoritario de voto entre los estudiantes.

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