Colau, JxCAT y ERC pugnan por la guinda de investir a Sánchez: una coalición con el PSC en Barcelona

La negociación para la investidura de Pedro Sánchez ha puesto en alerta tanto a Ada Colau y los comunes como a ERC. Ambos quieren ser socios del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona y ambos temen que el actual alcalde, Jaume Collboni, haya reservado el sitio a otro socio clave para hacer presidente a Pedro Sánchez: el JxCAT de Carles Puigdemont. De manera que hay que ir retrasando la decisión para acompasarla con el ritmo de las conversaciones en Madrid para la gobernabilidad de España. Collboni es consciente de que no se puede gobernar Barcelona con los 10 concejales que tiene en la actualidad y el consistorio destaca ahora como la guinda que persiguen todas las fuerzas.

Ernest Maragall, concejal en Barcelona por ERC, señaló este lunes en Catalunya Ràdio que su partido no descarta entrar en el ayuntamiento “y se ha de seguir atentamente lo que pase en Madrid”. Maragall añadió que le gustaría tener representación en la Junta de Gobierno municipal, pero “que no tenemos tanta prisa como Ada Colau”. En una entrevista en EFE la pasada semana, Colau instaba a Collboni a no dormirse a la hora de escoger socio. "No le daremos un cheque en blanco", advirtió la líder del grupo de Barcelona en la capital catalana, exigiendo además al alcalde socialista que aclare "qué modelo de ciudad tiene".

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"Él solo no puede gobernar, con 10 concejales es imposible gobernar Barcelona, ni aprobar presupuestos, ni hacer nada", señaló la ex regidora. "Puede aguantar unos meses, tendrá que hacer pactos y escoger entre el modelo de ciudad de JxCAT y Xavier Trias" o el de un "pacto de izquierdas", añadió Colau, que retoma su idea de campaña durante las elecciones municipales de conformar un tripartito para Barcelona.

En todo caso, todas las fuentes consultadas, tanto en JxCAT como en ERC o los propios comunes, coinciden en señalar que escoger a un socio para el gobierno municipal de la primera ciudad de Cataluña no es un tema medular de la negociación para la investidura, sino solo la guinda de un pastel que todavía tardará tiempo en hornearse. El problema es que Jaume Collboni necesita aprobar unos presupuestos municipales antes del 31 de diciembre, algo que es clave para la ciudad. El riesgo es que los calendarios se acaben solapando.

Miedo a quedarse fuera

El miedo de Colau y de ERC es quedarse fuera del equipo de gobierno. En el caso de los republicanos, algo menos, porque en Barcelona y en Cataluña todo el mundo es muy consciente de que la última cosa en la lista de prioridades del PSC es darle un cargo a Ernest Maragall, por su larga y antigua militancia en el partido. Otra cosa sería que el hermano menor de Pasqual Maragall fuese designado para otro puesto, como parecía que hizo ERC cuando lo envió de número dos al Senado en estas últimas elecciones, cargo para el que al final no logró los votos suficientes.

El empresariado catalán prefiere a JxCAT como socio prioritario de Collboni

JxCAT es el socio favorito para los empresarios catalanes, que tienen todavía el sueño de los que se denomina sociovergencia, pero todo dependerá de las conversaciones que se mantengan con Carles Puigdemont para la investidura. Algo que llevará meses y que ahora parte de posiciones muy alejadas. Inicialmente, en Junts plantearon la situación como una vendetta por que Trias hubiese perdido la alcaldía. Así, en recíproca justicia, Pedro Sánchez se quedaría sin poder renovar su mandato en Moncloa y habría que repetir elecciones. Si al final hubiese un giro, que parece muy improbable, la entrada de los de Trias en el Gobierno municipal compensaría a los junteros, que andan escasos de recursos económicos tras quedarse fuera de todas las diputaciones catalanas, excepto de Girona.

Quedan los comunes

Con todos estos condicionantes, quedan los comunes. Son el socio natural de Collboni, necesitan gobernar en la alcaldía para sobrevivir como partido en Cataluña y además Yolanda Díaz ya ha garantizado su apoyo a Sánchez en la investidura. Son el socio seguro, lo que, por un lado, les hace más incómoda la espera de cómo se resuelvan las conversaciones con JxCAT. Por el otro, en cambio, les lleva a meter presión a Collboni para que les dé paso, con lo que se cerraría el paso a sus competidores.

Opinión

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Así, Jaume Collboni vuelve a estar en el centro de todos los debates pese a que solo quedó segundo en las elecciones municipales. Eso no evitó que pudiese ganar la alcaldía (gracias al apoyo del PP) y ahora el destino le ofrece más cartas para jugar un papel en estos meses decisivos que esperan a la política española.