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ERC y JxCAT velan armas ante la perspectiva de una repetición electoral en enero
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En el PSC también lo ven probable

ERC y JxCAT velan armas ante la perspectiva de una repetición electoral en enero

En Madrid, se espera que el soberanismo apoye la investidura de Pedro Sánchez. Pero, en Cataluña, la percepción es que no hay ninguna propuesta realista que les vaya a hacer pasar por el aro

Foto: Carles Puigdemont y Oriol Junqueras en su última foto juntos por el caso Pegasus, en abril de 2022. (EFE/Oliver Hoslet)
Carles Puigdemont y Oriol Junqueras en su última foto juntos por el caso Pegasus, en abril de 2022. (EFE/Oliver Hoslet)
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Disonancia cognitiva en la política española. Mientras que en Madrid se preparan para que Pedro Sánchez sea investido arropado por el independentismo, en Barcelona la percepción es justo la contraria: ERC y JxCAT ya velan armas de cara a una repetición electoral que prevén para enero. En el PSC también, aunque no lo manifiestan de una manera tan abierta, conscientes de que sus primos del PSOE están defendiendo en la capital española que la investidura es factible.

En resumen, desde Cataluña se reconoce que puede ser aritméticamente posible, pero se considera políticamente improbable que Sánchez pueda repetir mandato y, por tanto, los partidos cogen la calculadora y empiezan a especular sobre cómo les irá en la nueva convocatoria electoral para las Cortes. Hay un diagnóstico común: repetición electoral. A partir de este punto, las recetas discrepan, ya que cada formación hace el análisis en función de sus intereses. Se coincide en lo fundamental, en que la persona que tendrá la última palabra será Carles Puigdemont. Y se subraya que el expresident ahora mismo carece de incentivos políticos para cerrar un acuerdo que mantenga a Pedro Sánchez en la Moncloa.

Foto: Pedro Sánchez en un acto en el Palacio Real. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

Los sectores más radicales de JxCAT, así como el entorno de Waterloo, consideran que una repetición electoral los favorecería, aunque ellos mismos la forzasen al no renunciar ni al referéndum ni a la amnistía. Calculan que volver a las urnas podría colocarlos como primera fuerza independentista, por delante de ERC. Ahora, recordemos, están empatados a siete diputados. Los de Puigdemont prevén que, si hay una repetición electoral, su coherencia les reportará votos y podrían acabar con un resultado de 9-5 diputados a favor de su formación y en detrimento de los de Oriol Junqueras. Aun así, todo esto es pura especulación. JxCAT sacrificó los pactos en las diputaciones para no perjudicar a la candidatura de Míriam Nogueras y al final perdieron 140.000 votos en las últimas generales.

Fuentes de JxCAT lo argumenta de la siguiente manera: Puigdemont prometió bloqueo en la campaña y ha conseguido bloqueo. Puigdemont no se vende por una salida personal y la campaña del independentismo radical a favor de la abstención seguirá en unas generales en enero. Pero los electores se cebarán, esperan, sobre todo con ERC. Y consideran que una parte de quienes se abstuvieron podría volver a las urnas con la papeleta de su partido. Para colmo, Puigdemont tiene elecciones europeas en mayo de 2024 y precisa esa victoria para ser reelegido y mantener su, ahora precaria, inmunidad parlamentaria, algo que no conseguiría haciendo presidente a Pedro Sánchez. Lo dicho, cero incentivos.

La visión de ERC

Desde ERC lo ven completamente diferente. En la oficina de Estrategia y Comunicación de Presidència que dirige Sergi Sebrià, un departamento creado a imagen y semejanza del que en su día tenía Iván Redondo en la Moncloa, prevén que una repetición electoral podría arrojar como resultado que ERC repitiese escaños, los actuales siete en el Congreso, mientras que JxCAT bajaría a cinco. En todo caso, ellos auguran que quedarían por delante del partido de Puigdemont, con el argumento de que, una vez perdidos 400.000 votos en las generales, los republicanos ya han encontrado su suelo.

Por si fuera poco, el PSC también tiene su propio punto de vista, que no coincide con los dos anteriores. El partido de Salvador Illa espera que el independentismo se hunda si vuelven a convocar las elecciones. Según sus propios cálculos, el PSC considera que copará el voto útil en Cataluña para frenar a Vox y superar así los 19 escaños actuales, un resultado ya de por sí excelente.

Los socialistas creen que en Cataluña solo ganarán ellos si vuelve a haber elecciones

En este sentido, todas las formaciones creen que les irá mejor si se vuelve a votar, aunque es evidente que ERC tiene más reservas, mientras que en JxCAT se muestran más convencidos. Tal vez porque la necesitan para que los sectores de Clara Ponsatí, Josep Costa y el resto sigan abogando por la abstención en su intento de matar políticamente a Puigdemont. Si el expresident quiere sobrevivir a este órdago que le lanzan desde la cúpula de la ANC, está obligado a oponerse con todas sus fuerzas a una investidura de Sánchez.

El sueño del bloqueo

Por último, una buena parte de JxCAT —descontando al sector pragmático, pero también de Waterloo y de los partidarios de la abstención activa, que se calcula que suman unos 300.0000 votantes potenciales— considera que el bloqueo podría seguir tras unas segundas elecciones. Esperan que se produzca una situación parecida a la de Bélgica en 2019, cuando ese país estuvo 650 días sin Gobierno ante la falta de acuerdo.

Entre los partidarios de este bloqueo indefinido están Laura Borràs y sus seguidores, como Quim Torra y otros intelectuales. Consideran que desestabilizaría a España y permitiría al independentismo poder volver a intentar una iniciativa unilateral como la de 2017. Una nueva ventana de oportunidad para el independentismo. El problema es que, socialmente, cunde la sensación de que ese momento no va a volver y de alguna manera la ciudadanía catalana ya ha pasado página frente a lo ocurrido hace seis años. La percepción de que "lo volveremos a hacer" sigue, sin embargo, instalada en el discurso de la clase política independentista. Así que la disociación cognitiva no es solo entre la política madrileña y la catalana, sino también entre los votantes catalanes y los partidos que aspiran a representarlos.

Disonancia cognitiva en la política española. Mientras que en Madrid se preparan para que Pedro Sánchez sea investido arropado por el independentismo, en Barcelona la percepción es justo la contraria: ERC y JxCAT ya velan armas de cara a una repetición electoral que prevén para enero. En el PSC también, aunque no lo manifiestan de una manera tan abierta, conscientes de que sus primos del PSOE están defendiendo en la capital española que la investidura es factible.

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