Es noticia
El independentismo moderado abre un debate sobre la viabilidad de la amnistía
  1. España
  2. Cataluña
En plenas negociaciones

El independentismo moderado abre un debate sobre la viabilidad de la amnistía

Diversas voces del soberanismo, algunas vinculadas a ERC, llevan días volcadas en convencer a la opinión pública de que la medida es posible y abriría una nueva etapa política

Foto: Joan Puigcercós (derecha) junto a Joan Tardà. (EFE/Javier López)
Joan Puigcercós (derecha) junto a Joan Tardà. (EFE/Javier López)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El independentismo moderado está volcado en vender que la amnistía es posible y que puede constituirse no solo como una moneda de cambio factible para la investidura de Pedro Sánchez, sino también como el eje central del acuerdo. Incluso legalmente. La última amnistía en España fue en 1977 y clave para el futuro del país. Ahora se quiere volver a poner sobre la mesa aprovechando la debilidad del líder socialista para volver a ser investido.

Así han coincidido personalidades como el expresidente de ERC, Joan Puigcercós, o el exvicepresidente del Tribunal Constitucional, Juan Antonio Xiol. Para Xiol, una amnistía “cabe dentro de la Constitución porque es de una naturaleza totalmente diferente a la del indulto”, según declaró a Catalunya Ràdio. En opinión de Puigcercós, otorgada a NacióDigital, “creo que solo hay una grieta para hacer presidente a Pedro Sánchez, que es una ley de amnistía y todo el mundo en la calle. Desde quien cortó la Junquera a la que fue a protestar en Urquinaona, pasando por el presidente Puigdemont”.

Foto: Presos del 'procés' con un cartel de amnistía. (EFE/Quique García) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Ni amnistía ni presos políticos
Javier Caraballo

Esto supondría más que una salida personal para Carles Puigdemont y el resto de huidos en Waterloo. Implicaría la elaboración de una ley que deje sin cargos a los implicados en los altercados en torno al 1-O, desde a los que asaltaron el aeropuerto de El Prat hasta los condenados por la denominada “batalla de Urquinaona” en 2019 tras la sentencia del Tribunal Supremo. Eso afecta a miles de encausados en situaciones muy diferentes. Desde Puigdemont hasta el rapero Valtonyc.

En un artículo en el diario Ara, el director de Institut d’Estudis d’Autogovern, que depende de la Generalitat, Joan Ridao, planteó que “el propio Tribunal Constitucional ha tenido una intervención validante de la amnistía, con la STC 147/1986, de 25 de noviembre, en la que analizó la citada modificación de la ley de 1977, operada en 1984, sin hacer ningún reproche de legitimidad en el legislador”. Aunque también avisa de la dificultad técnica: “La amnistía requiere la intervención del legislador democrático, mediante un procedimiento legislativo reforzado, en la medida en que se exige una ley orgánica, lo que supone una garantía añadida”.

Foto: Sánchez y Puigdemont en una reunión en 2016. (EFE/Toni Albir) Opinión

La aprobación, modificación o derogación de las leyes orgánicas en España exige una mayoría absoluta del Congreso en su votación final sobre el conjunto del proyecto. No una mayoría simple. Y, con una aritmética tan ajustada, no parece que sea viable de partida. En un contexto político en el que el PSOE hasta ha intentado revisar los votos nulos para arañar un escaño, no se puede prometer una ley de amnistía porque es muy probable que no salga adelante.

Apoyos necesarios

El independentismo se aferra a la lectura de que una ley de amnistía sería constitucional, una lectura que jurídicamente puede ser correcta, aunque no está del todo claro. También cabe la lectura de que en el TC hay una mayoría progresista. El problema radica en sacar adelante una norma de esa complejidad sin el apoyo del PP para forjar una mayoría necesaria. No obstante, con el voto a favor de JxCAT y del resto de socios de Sánchez sería suficiente.

El independentismo quiere aprobar una ley de amnistía sin el PP, pero la aritmética parlamentaria lo convierte en algo complicado

Hay otro problema que partidos como ERC o JxCAT no quieren asumir. El independentismo quiere una amnistía parcial, que no incluya a los policías y guardia civiles encausados por su actuación en el 1-O. Es decir, nada que ver con la amnistía de 1977, en la que la Alianza Popular de Manuel Fraga se abstuvo. Y todo eso hace que el proyecto resulte poco realista y de extrema fragilidad. También la falta de voluntad de buscar apoyos entre los populares para un proyecto que requiere complicidad y amplitud de miras institucional. Pero, como pasa con la financiación autonómica, se pretende solucionar de manera rápida —en los meses en los que se puede negociar una investidura— cuestiones de gran complejidad.

No será bastante

El exconseller del Interior, Quim Forn, también se ha mostrado a favor de la amnistía. Fue uno de los presos que se benefició del indulto. Pero ya advirtió: “No será suficiente”. Por lo tanto, más allá de la amnistía, está la cuestión de JxCAT elevando el precio para intentar demostrar que los republicanos se venden baratos.

El independentismo moderado está volcado en vender que la amnistía es posible y que puede constituirse no solo como una moneda de cambio factible para la investidura de Pedro Sánchez, sino también como el eje central del acuerdo. Incluso legalmente. La última amnistía en España fue en 1977 y clave para el futuro del país. Ahora se quiere volver a poner sobre la mesa aprovechando la debilidad del líder socialista para volver a ser investido.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Independentismo Noticias de Cataluña
El redactor recomienda