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ERC se desmarca de la agenda de máximos de JxCAT para negociar la investidura
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Ni autodeterminación ni amnistía

ERC se desmarca de la agenda de máximos de JxCAT para negociar la investidura

Los republicanos plantean condiciones mucho más realistas que los de Puigdemont para la investidura. Sus propuestas se centran en la red de Cercanías, financiación autonómica y la mesa de diálogo

Foto: Pere Aragonès, Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y Teresa Jordà. (EFE/Alejandro García)
Pere Aragonès, Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y Teresa Jordà. (EFE/Alejandro García)

La unidad duró un día. Solo 24 horas después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el portavoz de JxCAT en el Parlament, Albert Batet, se lanzaran mensajes recíprocos en pos de la unidad para negociar en Madrid, ERC se ha desmarcado de la agenda de máximos de Carles Puigdemont para pactar la investidura de Pedro Sánchez. Sus peticiones no incluirán ni la autodeterminación ni la amnistía. Los republicanos dan prioridad a tres puntos: el traspaso de Cercanías, una nueva financiación autonómica y la continuidad de la mesa de diálogo. Todo sigue igual que en la campaña electoral. Realismo frente al maximalismo en Waterloo.

ERC ha designado un equipo negociador para que trabaje encabezado por la número dos de la lista de Madrid, Teresa Jordà. También integrarán este equipo Gabriel Rufián y la futura senadora Sara Bailac. Además, estos negociadores estarán reforzados por un equipo “político”, según la definición del partido, que operará desde Barcelona con los diputados Marta Vilalta, Josep Maria Jové y Juli Fernàndez, además de la secretaria general, Marta Rovira, huida a Suiza desde 2018.

Foto: El cabeza de lista de ERC, Gabriel Rufián, tras las elecciones generales. (EFE/Alejandro García)

Este grupo negociará con el PSOE las condiciones para que ERC, con sus siete diputados, brinde su apoyo a una posible investidura de Sánchez. La pretensión es que los contactos sean discretos durante este verano, antes de que Alberto Núñez Feijóo presente su supuesta candidatura para presidir el Gobierno.

En todo caso, todo parece muy lejano a una estrategia conjunta con JxCAT, aunque desde ERC se asegura que “se está trabajando” en ello, pero no se sabe con qué base, ya que las líneas rojas se encuentran muy marcadas desde Waterloo. La diferencia es que los republicanos quieren evitar una repetición electoral. En las últimas elecciones generales, perdieron más de 400.000 votos, casi el triple de los 125.000 que perdió Junts. En las municipales, los republicanos perdieron 300.000 sufragios, mientras que la formación fundada por Puigdemont pudo enmascarar su sangría —mucho menor, 67.000— por Xavier Trias en Barcelona.

Postura inamovible

En Madrid, pero también en buena parte del PSC, esperan que irse de vacaciones y dejar madurar el tema sin dar ningún paso servirá para que JxCAT cambie de posición. Consideran que una oportunidad así para obtener ventajas políticas de Madrid solo se puede comparar con el pacto del Majestic entre el PP de José María Aznar y la CiU de Jordi Pujol. Entonces se pactó el despliegue de los Mossos d’Esquadra. Una situación histórica.

Puigdemont asegura que "mantener la posición" favorecerá electoralmente a JxCAT

Pero Puigdemont insiste en “mantener la posición”. Es decir, en no ceder en nada. Autodeterminación y amnistía, dos cosas que ni el PSOE ni nadie en Madrid pueden darle. El expresident fugado defiende que una repetición electoral perjudicará a los republicanos y dará a JxCAT el liderazgo del independentismo. Puigdemont ya vetó cualquier pacto con los socialistas antes de las elecciones, aunque el PSC le estaba ofreciendo acordar las diputaciones de Tarragona, Lleida y Barcelona, según confirman fuentes del partido.

Foto: Miriam Nogueras, cabeza de lista de Junts al Congreso, celebra los resultados del 23-J. (EFE/Enric Fontcuberta)

Carles Puigdemont alegó entonces que perjudicarían a Míriam Nogueras y su candidatura para las generales. El resultado final es que JxCAT fue la quinta fuerza en número de votos en Cataluña, por detrás de ERC. Los republicanos acabaron pactando las diputaciones con los de Salvador Illa, compensando la pérdida de sufragios con más poder institucional.

Esperar que se ablande

La expectativa del PSC, y también del PSOE y de la Moncloa, es que ERC acabe arrastrando a JxCAT a sus posiciones más pragmáticas. Hay meses para que eso ocurra. Pero Puigdemont lleva años huido en Bélgica y pleiteando para no ser detenido. El factor tiempo no es algo que vaya a desgastar a Waterloo por sí solo.

Carles Puigdemont defiende que, en el peor de los escenarios, una repetición electoral serviría a Junts para recuperar posiciones en el Congreso. El expresident alega ante su círculo cercano que los votantes independentistas les recompensarían por la firmeza de “mantener la posición” y que incluso se podría recuperar un porcentaje de la abstención que ha movido el independentismo más radical. Pero del mismo modo, presentarse ante la opinión pública como el presidente que no ha cedido ante las exigencias del soberanismo, también acabaría favoreciendo a Pedro Sánchez.

La unidad duró un día. Solo 24 horas después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el portavoz de JxCAT en el Parlament, Albert Batet, se lanzaran mensajes recíprocos en pos de la unidad para negociar en Madrid, ERC se ha desmarcado de la agenda de máximos de Carles Puigdemont para pactar la investidura de Pedro Sánchez. Sus peticiones no incluirán ni la autodeterminación ni la amnistía. Los republicanos dan prioridad a tres puntos: el traspaso de Cercanías, una nueva financiación autonómica y la continuidad de la mesa de diálogo. Todo sigue igual que en la campaña electoral. Realismo frente al maximalismo en Waterloo.

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