Llarena no reactivará la captura de Puigdemont hasta que la Justicia europea se pronuncie
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea aún puede devolverle cautelarmente su inmunidad y una hipotética nueva orden de detención quedaría "inmediatamente paralizada"
El instructor de la causa del procés en el Tribunal Supremo, Pablo Llarena, no reactivará las órdenes internacionales de detención contra Carles Puigdemont y Antonio Comín hasta que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) decida si les devuelve cautelarmente la inmunidad. Tanto la Fiscalía como Vox, que ejerce como acusación popular, le habían pedido reactivar su captura, pero Llarena ha decidido esperar a que la Justicia europea se pronuncie.
El magistrado da este paso después de que el Tribunal General de la UE (TGUE) sentenciara el pasado 5 de julio que ni Puigdemont ni Comín gozan ya de inmunidad como eurodiputados. La resolución aún es recurrible, y ese es el escenario que lleva a Llarena a rechazar la emisión de una nueva orden de detención en estos momentos: si el TJUE acordara devolverles la inmunidad de manera cautelar, el nuevo intento de lograr su extradición volvería a quedar en papel mojado.
"Cualquier OEDE que se emita en el estado actual del procedimiento quedará inmediatamente paralizada [antes de alcanzar su objeto] si el TJUE admite la eventual medida cautelar que se pida al tiempo del recurso, obligando a interrumpir su tramitación internacional y haciendo intrascendente el adelanto de la orden de detención a este momento", argumenta Llarena en la providencia notificada este jueves.
La defensa de Puigdemont ya confirmó que recurrirá la sentencia del TGUE, pero cuenta con dos meses de plazo desde su notificación. Si finalmente no recurren o si el TJUE rechaza devolverles la inmunidad, Llarena considera que podrá atender las peticiones de la Fiscalía y de Vox "con una antelación suficientemente operativa".
A falta de resolverse estas idas y venidas en los tribunales europeos, la nueva orden de detención se emitiría sobre la base del delito de malversación agravada, que contempla penas de hasta 12 años de cárcel y de entre 10 y 20 de inhabilitación.
Puigdemont gana tiempo
La posible captura de Puigdemont queda congelada en un momento en el que su partido, Junts per Catalunya, juega un papel determinante de cara a la gobernabilidad de Pedro Sánchez: "Un día eres decisivo para formar Gobierno en España y al día siguiente España ordena tu detención", ironizó el propio expresidente catalán este lunes, después de conocerse que la Fiscalía pedía reactivar las órdenes internacionales de detención.
La Fiscalía defendía para ello que su posible recurso ante el TJUE no tendría "efecto suspensivo" respecto a la decisión previa del TGUE, por lo que consideraba que la pérdida de inmunidad resultaba irreversible a corto plazo y procedía reactivar su captura. Llarena no comparte este razonamiento y, al rechazar la emisión de una nueva orden en estos momentos, dependerá de los tiempos que marque la Justicia europea.
"No existiría ninguna dificultad para que los procesados puedan ser puestos a disposición de la Justicia española antes de disolverse el Parlamento para el que fueron elegidos", explica en su providencia.
Las próximas elecciones europeas se celebrarán dentro de un año, pero el magistrado del Supremo confía en que la captura de Puigdemont se haya resuelto para entonces: "La iniciativa jurisdiccional debería poder alcanzar la finalidad para la que está prevista, siendo una anomalía que la constitución de un nuevo Parlamento en junio de 2024 obligue a este instructor a reiniciar el proceso".
El instructor de la causa del procés en el Tribunal Supremo, Pablo Llarena, no reactivará las órdenes internacionales de detención contra Carles Puigdemont y Antonio Comín hasta que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) decida si les devuelve cautelarmente la inmunidad. Tanto la Fiscalía como Vox, que ejerce como acusación popular, le habían pedido reactivar su captura, pero Llarena ha decidido esperar a que la Justicia europea se pronuncie.