Abascal deja en el aire su apoyo a Feijóo tras negar a Vox un puesto en la Mesa del Congreso

La tensión en el bloque de la derecha se dispara. La decisión del PP de dejar fuera a Vox de la Mesa del Congreso ha levantado ampollas en el partido de Abascal, que deja ahora en el aire el apoyo gratis a Feijóo de cara a una hipotética investidura. El órdago del partido ultraconservador complica más, si cabe, la ronda de consultas del líder popular con el Rey y minimiza las posibilidades de que este pueda recibir el encargo de Felipe VI para intentar formar Gobierno como ganador de las elecciones del 23-J. En este momento, Feijóo solo cuenta con 139 votos a favor, los propios más el de UPN y CC. Sánchez acaba de firmar una mayoría de 178 diputados, aunque sus socios han avisado también de que lo ocurrido en la Mesa no presupone que vayan a dar su apoyo a una investidura del candidato socialista.

"Queremos explicaciones", ha advertido Abascal tras la sesión constitutiva de las Cortes. "Estamos algo perplejos porque no parece que impedir que la tercera fuerza política de España se quede fuera del Congreso sea recuperar la normalidad democrática", añadió. El líder de Vox ha asegurado que, en este momento, no puede responder a la pregunta de si seguirá brindando su apoyo a Feijóo sin contraprestaciones en caso de que este vaya a una sesión de investidura, y que espera hablar con Génova a corto plazo.

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Ignacio S. Calleja

Feijóo ha sido el más perjudicado de la votación de este jueves. El PP no ha logrado amarrar siquiera los 33 apoyos de Vox para la Presidencia de la Cámara. El partido ultraconservador ha votado a su propio candidato, Ignacio Gil Lázaro, en protesta por la decisión de Génova de no ceder a los de Abascal uno de sus cuatro puestos en la Mesa. Este mismo miércoles, el líder del PP presumió de tener amarrados 172 síes. Pero la realidad se ha impuesto y ha asestado un duro golpe a Feijóo, al que se le complica el intento de forzar una investidura con la vista puesta en una repetición electoral.

La XV legislatura ha arrancado con un acuerdo in extremis entre Sánchez y el independentismo catalán, que ha permitido al PSOE salvar el primer punto de partido frente al PP y que la socialista Francina Armengol sea quien presida el Congreso con 178 votos a favor frente a los 139 que ha logrado la candidata del PP, Cuca Gamarra, los propios más el voto a favor de UPN y Coalición Canaria. Finalmente, PSOE y Sumar tendrán la mayoría en el órgano que rige la Cámara Baja, ya que la expresidenta balear es quien rompe el empate entre los socialistas y sus socios de Sumar y los populares, con cuatro asientos cada uno.

La ruptura entre PP y Vox ha tenido consecuencias también para el reparto de las cuatro vicepresidencias. La primera la retiene también el PSOE, con Alfonso Rodríguez de Celis al frente y 113 votos. La segunda la ocupará el popular José Antonio Bermúdez de Castro, que logró 73 apoyos en la primera votación. Esther Gil (Sumar) desempata con Marta González (PP) en segunda votación y se hace con la vicepresidencia tercera, por lo que el PP conserva el cuarto puesto. Los populares consuman, por tanto, su decisión de no ceder a Vox uno de sus puestos, e Ignacio Gil Lázaro pierde su asiento como vicepresidente cuarto de la Mesa.

La opción PNV

Las votaciones dejaron claro que la posibilidad de que el PNV volviese al órgano que controla la Cámara Baja no se llegó a dar. La idea que lanzó el PP, en un intento por arrebatar la mayoría de la Mesa a socialistas e izquierdistas, ha naufragado. Mucho más lejos ha quedado la posibilidad que lanzó Coalición Canaria de darle a los jeltzales la Presidencia del Congreso. El partido de Aitor Esteban no se pronunció públicamente sobre esta posibilidad, que contemplaban los socios de investidura de Sánchez, pero que en el PSOE no sonaba bien. Finalmente, los nacionalistas han acudido en unidad de acción con los socialistas en esta votación inaugural antes de volver a abrir el melón de la investidura.

El reparto de las secretarías varió respecto al de las vicepresidencias, ya que el PSOE pactó con Sumar y el resto de sus aliados que el primer asiento será para Gerardo Pisarello, miembro de la coalición de Yolanda Díaz, pero procedente de los comunes de Ada Colau. Pisarello recibió 101 votos por los 77 de la socialista Isaura Leal, que será secretaria segunda tras salir de la dirección del grupo socialista. Su experiencia y conocimiento de la Cámara está detrás de la elección del PSOE. Las secretarías tercera y cuarta serán de los populares Guillermo Mariscal y Carmen Navarro, que ya estaba en la Mesa tras sustituir a Adolfo Súarez Illana al dejar la política. Tampoco aquí el PP quiso dejar un puesto a Vox, que ha vuelto a presentar a Ignacio Gil Lázaro por tercera votación consecutiva.

El órgano de control de la Cámara Baja vuelve a ese bipartidismo imperfecto que tiene, de un lado, a PSOE y Sumar, y, del otro, al PP en solitario tras su choque con Vox. Al acabar las votaciones, la Mesa recién elegida ha ocupado sus asientos y la nueva presidenta, Francina Armengol, ha puesto en marcha el proceso de acatamiento del cargo de los 350 diputados.