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El lado oscuro del turismo de masas: el mapa de la presión turística en España
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¿Qué pueblos crecen más en verano?

El lado oscuro del turismo de masas: el mapa de la presión turística en España

Frente al retorno económico de la primera industria económica del país, su impacto amenaza las infraestructuras y servicios de los pequeños y medianos municipios

Foto: Cientos de personas en la feria de Málaga el 16 de agosto. (EFE/Zapata)
Cientos de personas en la feria de Málaga el 16 de agosto. (EFE/Zapata)
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Las vacaciones. Quizás uno de los momentos más deseados del año. Superado el dilema de playa o montaña, toca elegir destino. En la decisión influyen miles de publicaciones en Instagram que recomiendan calas o cuevas secretas que, a fuerza de redes sociales, son ya de todo menos secretas. Así, el encanto de algunos lugares queda en ocasiones empañado por la masificación. El que en vacaciones nunca haya estado dando vueltas para encontrar aparcamiento al visitar esa playa paradisiaca tan recomendada es poco menos que un ser de luz.

Una de las consecuencias del turismo de masas es la saturación de los municipios de pequeño y mediano tamaño. Es en el litoral y en verano donde se dan los casos extremos. Por Noja, en Cantabria, de 2.600 habitantes, pasaron más de 59.000 turistas a lo largo del mes de julio de 2022, y en agosto la población se multiplica también por cerca de 20 . En Peñíscola, la población se multiplica por 11 este mes, por lo que la localida de Castellón alcanza una población de más de 90.000 personas frente a sus poco más de 8.0000 residentes habituales.. Se trata de datos de las antenas de telefonía que registran a los usuarios del móvil y que el INE recopila y difunde, detallando el origen y destino del turista nacional y extranjero.

El mapa muestra, por un lado, el incremento o decrecimiento de la población en cada municipio. Para el cálculo, se tiene en cuenta el número de residentes a 1 de enero de 2022, el número de ellos que salen de su municipio y los visitantes que reciben. Así, de un vistazo, se observa que los municipios costeros de la Comunidad Valenciana aglutinan buena parte de los viajeros. Por ejemplo, Oropesa superó las 90.000 personas a lo largo del mes de agosto, multiplicando su población censada por nueve.

Por otro lado, la información de cada municipio ilustra cómo evoluciona la situación mes a mes. En las principales zonas turísticas, la temporada arranca en Semana Santa y decrece a partir de septiembre. En pequeñas localidades del interior aragonés, muchas con menos de 2.000 habitantes, también experimentan enormes crecimientos en época estival.

Foto:  Los vecinos de Mallorca y sus carteles contra los turistas: "¡Peligro!" (Twitter/@Caterva_mnc)

Ciudades como Madrid registraron su pico máximo en octubre, cuando más residentes permanecieron en la capital y el aporte de turistas hizo crecer la población. Y, en invierno, los primeros meses fueron el apogeo de municipios como Benasque, Bielsa o Panticosa, por la nieve. Ya en diciembre, localidades canarias como Lanzarote o Fuerteventura experimentan sus registros más elevados, gracias a sus temperaturas estables durante todo el año.

Estos datos, aunque cuentan con ciertas limitaciones, como ignorar a quienes no usen su terminal o lo lleven apagado o contar más de una vez a una misma persona en caso de que en un solo mes salga de su municipio en distintas ocasiones, son útiles para estimar el impacto del turismo localidad a localidad. No obstante, tomando estas cifras como un indicativo de la movilidad, este cálculo sirve para comprobar que, mientras que los pueblos de la costa rebosan de visitantes, las grandes ciudades son sus exportadores.

Así, Madrid y Zaragoza se vacían en agosto. Barcelona y Valencia no tanto, compensadas por el turismo que reciben. Esto, que se verifica con un simple paseo por sus calles, queda negro sobre blanco con los datos recopilados por el INE. Y permiten, además, observar que estas dinámicas no son solo propias de capitales, sino de las grandes ciudades de sus áreas metropolitanas, como Alcorcón o Getafe, en el centro. O que, en los municipios entre Sevilla y Córdoba, el número de habitantes se desploma con la llegada del calor.

Otra aproximación es el indicador de presión humana que elabora Ibestat, el Instituto de Estadística de las Islas Baleares, que recoge las entradas y salidas por tierra, mar y aire, y las variaciones de población previstas por el INE. Según sus datos, aún provisionales, el pico máximo de 2022 se alcanzó el 5 de agosto, con 2.062.428 personas en el archipiélago, mientras que el número de residentes es algo más de 1,17 millones. Por su parte, los municipios de Mallorca, Ibiza, Menorca y Formentera destacan entre los que más presión turística reciben de toda España

Salud, dinero y… agua

A un nivel macro, el turismo, la primera industria española, aportó en 2022 el 12,2% del PIB, según Exceltur. Y sus perspectivas para este 2023 son de crecimiento. Sin embargo, algunos municipios llevan años dando señales de agotamiento.

Es el caso de Baleares, donde los efectos de la turistificación han sido denunciados por sus residentes, que no encuentran alquileres de larga duración asequibles. En el primer trimestre de este año, el valor del metro cuadrado en Ibiza y Mallorca ha pulverizado los máximos previos a la burbuja de 2008. La expansión de los alojamientos turísticos y la falta de suelo edificable, unidas al enorme tirón de sus islas, son parte del problema.

Foto: Una mujer refrescándose en Córdoba. (EFE/Salas)

Además del precio de la vivienda, una de las derivadas de cómo afecta la llegada de personas a las infraestructuras y servicios de las zonas turísticas es el impacto en el uso del agua. Varios investigadores de las universidades de las Islas Baleares y de La Rioja cifraron en un 24,2% el gasto imputable al turismo en todo el archipiélago. Uno de cada cuatro litros. Para ello, compararon el gasto de agua durante el confinamiento con el mismo periodo del año anterior.

“Una cosa son las cifras medias para el archipiélago y otra las diferencias que hay entre municipios en función de su tipología turística o no”, advierte Celso García, catedrático de Geografía Física de la Universidad de las Islas Baleares y uno de los autores del artículo. Así, en las zonas más tensionadas, como Calviá o Muro, en Mallorca, el consumo de agua cayó un 60,9% y un 73,7%, respectivamente, entre abril y junio de 2020, con la población confinada y sin turismo.

"El decrecimiento es la moda a nivel académico, lo complicado es pasar del estudio a la realidad"

En Ibiza, en municipios como Sant Antoni, el consumo durante el confinamiento cayó un 40,1%. Aquí, el verano pasado, la población se multiplicó por cuatro con la llegada de turistas a la isla. Hoy están en prealerta por sequía, según el panel del agua del Gobierno balear, aunque esto solo tiene en cuenta a las aguas subterráneas, explica García.

La mayor parte de sus recursos hídricos provienen de desaladoras, por lo que el suministro no corre peligro, eso sí, a un mayor coste, con un uso intensivo de energía y con mayor generación de residuos, como la salmuera, recuerda el académico. Una optimización de su uso daría oxígeno a los acuíferos del archipiélago balear. Cuando hay lluvias, las desaladoras reducen su producción, pero deberían mantener el ritmo para dar un respiro a los acuíferos y permitir que recuperen un nivel adecuado. “Si tienes desaladoras, úsalas”, resume el catedrático.

placeholder Turistas en Menorca el 1 de agosto de 2023. (EFE/David Arquimabu)
Turistas en Menorca el 1 de agosto de 2023. (EFE/David Arquimabu)

El sistema de salud público es otro de los damnificados. A más turistas, más pacientes. Municipios como Sanxenxo, en Pontevedra, que crecen cerca de un 600% en agosto, han apostado por costear la vivienda a cuatro médicos —los refuerzos— durante el verano. Otros arrastran problemas de cobertura que el verano no hace más que agravar. Aquí, de nuevo, destaca Ibiza, relata Miguel Lázaro desde el Sindicato Médico de Balears, donde la dificultad para cubrir algunos puestos, como oncología o anestesia, se ha cronificado.

“Yo lo llamo la tormenta perfecta”, asegura el representante sindical. El primer ingrediente del fenómeno es un déficit estructural que Lázaro cifra en “unos 300 médicos”. A la situación de déficit previa se ha sumado un efecto de desgaste provocado por la pandemia, que ha afectado en mayor medida a los profesionales de atención primaria y los de las ucis. Además, son fechas en las que los médicos también disfrutan de sus días de vacaciones, por lo que los que se quedan se hacen cargo de las sobrecargas de población.

“Al final, recae sobre los pacientes, que tienen más listas de espera, están en los pasillos porque no hay camas…”, lamenta Lázaro. Con todo, para este médico, el Gobierno Balear cuenta con la “suerte” de que el 40% de la población tiene seguro privado en el archipiélago, lo que complementa en buena medida el déficit que existe.

Decrecer o limitar: las alternativas a la masificación

“El decrecimiento es la moda a nivel académico, pero lo complicado es pasar de los estudios a la realidad”, asegura Celso García. Esto pasa por asumir que el crecimiento no es infinito y que sus efectos colaterales requieren reconvertir el turismo de masas en uno de alto valor, menos saturado y más responsable. Otro modelo, puesto en práctica por algunas instituciones, es el mixto: frenar o ralentizar el crecimiento, mediante su limitación, y optimizar el modelo. En este sentido, algunos territorios pusieron en marcha distintas medidas fiscales, como las tasas turísticas, o administrativas, como la limitación de las plazas, pero los cambios de Gobierno apuntan a un giro de guion.

"El turismo es muy importante para la economía, pero tiene que beneficiar a todos y no puede ser que el residente acabe hasta las narices"

Hace tres meses, antes de las elecciones, el Cabildo de Lanzarote inició los trámites para declararse isla turísticamente saturada e iniciar los planes de decrecimiento. Su nuevo presidente, Oswaldo Betancort, tachó entonces esta iniciativa de “ocurrencia”. En Baleares, estas medidas, aprobadas por el anterior Gobierno de Francina Armengol, están hoy en la mira del nuevo Ejecutivo de Marga Prohens.

“Para los nuevos gobiernos lo fácil es aumentar plazas”, opina el catedrático de Geografía Física de la Universidad de las Islas Baleares. “Pero será la misma sociedad la que se dará cuenta de que la saturación es insoportable. El turismo es muy importante para la economía, pero tiene que beneficiar a todo el mundo y no puede ser que el residente acabe hasta las narices. Vivimos de esto, pero hay que poner límites”, zanja.

Foto: Una agente de la Policía Local, en Palma. (EFE/Cati Cladera)

Para Lázaro, parte de la solución para mejorar los servicios en zonas con más turismo pasa por estrategias para atraer y fijar población que pueda atender la demanda. El representante sindical de los sanitarios denuncia que la carrera de los médicos está “bloqueada” en Baleares, y que el problema va más allá. “Falta policía, Guardia Civil, profesores…”, advierte, como una de las consecuencias de que no se actualice el complemento de indemnización por residencia para poder hacer frente a los precios del alquiler y la inflación. “El Gobierno central nos maltrata”, asevera, apuntando a la expresidenta socialista de baleares y recién nombrada presidenta del Congreso, Francina Armengol, como responsable de no haber conseguido la actualización en 2019 de una ayuda que está congelada desde 2007.

Las vacaciones. Quizás uno de los momentos más deseados del año. Superado el dilema de playa o montaña, toca elegir destino. En la decisión influyen miles de publicaciones en Instagram que recomiendan calas o cuevas secretas que, a fuerza de redes sociales, son ya de todo menos secretas. Así, el encanto de algunos lugares queda en ocasiones empañado por la masificación. El que en vacaciones nunca haya estado dando vueltas para encontrar aparcamiento al visitar esa playa paradisiaca tan recomendada es poco menos que un ser de luz.

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