Calles sucias, delincuencia o turismo masivo: ¿es tu ciudad una de las peores para vivir?

"Jamás en Sanlúcar se ha tirado tantísimo dinero a la basura, precisamente recogiendo basura". Lorena, vecina del municipio que prefiere no revelar su identidad, lleva años quejándose de la gestión de la limpieza en la localidad gaditana. Para ella, hay dos problemas principales. El primero, más visible, es la irresponsabilidad de algunos vecinos y turistas que visitan el pueblo en la temporada estival, que ensucian el pueblo sin remordimientos. Y por otra parte, apunta la necesidad de renovar la depuradora del municipio, que funciona de forma ineficiente desde hace años.

A sus casi 70 años, Lorena cuenta que no se trata de un asunto nuevo, sino que sucede desde hace tiempo. En su opinión, ya se ha convertido en un "problema de salud pública". Como vecina, explica que lleva más de una década enfrentándose al ayuntamiento en una lucha "que nadie se puede imaginar".

Hasta un 64% de los hogares afirma convivir con ese problema en el entorno de su vivienda

El municipio gaditano destaca respecto al resto de ciudades de más de 50.000 habitantes por ser el que más problemas tiene relacionados con la falta de limpieza en las calles. Hasta un 64% de los hogares afirma convivir con ese problema en el entorno de su vivienda, casi veinte puntos por encima de Telde (Gran Canaria), la siguiente ciudad más perjudicada por este asunto. Son datos de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y Viviendas para el año 2021 que ha publicado recientemente el Instituto Nacional de Estadística (INE).

"Tenemos la suerte de vivir en un extremo del país que tiene mucha paz y salud ambiental"

Ángel Barroso, miembro de Ecologistas en Acción Sanlúcar, también denuncia la falta de salubridad en la localidad gaditana y achaca la falta de limpieza a "una población con unos hábitos bastante negativos". Si bien para él, otro punto importante es el trazado urbanístico de la ciudad, "no del todo compacto" y con un importante número de viviendas ilegales que hace que "crezca la dificultad de prestar los servicios de todo tipo, entre ellos los de recogida de basura". Esto provoca que parte de la población recurra a vertederos improvisados y repartidos por la localidad y sus alrededores y que, en general, los habitantes de Sanlúcar "tiren la basura por todos lados".

Desde el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, tras insistir en varias ocasiones, han preferido no hablar sobre el tema, más allá de expresar su sorpresa por los resultados de la encuesta, que consideran alejados de la realidad. "Eso es mentira", zanjan desde el departamento de prensa. Para Lorena, sin embargo, el problema no es solo real, sino también grave, y cree que la solución pasaría por emplear "cuadrillas permanentes [de limpieza] y poner multas": "Son la única forma de que al ciudadano le duela [ensuciar]".

Con todo, esta vecina vive bien en Sanlúcar. "Poniendo en una balanza los pros y los contras, yo sí soy feliz aquí porque tenemos la suerte de vivir en un extremo del país que tiene mucha paz y mucha salud ambiental". A esto añade que su pueblo es "lo más bonito que hay", aunque decide acabar la frase con un "pero se podría mejorar" que describe el tono de todo su discurso durante la llamada y la posición que mantiene ante la situación que sufre su municipio.

Además de los conflictos relacionados con la suciedad, el INE ha preguntado por otros siete problemas habituales. Las ciudades donde la sensación de que existe delincuencia está más extendida son Santa Coloma de Gramanet, L’Hospitalet de Llobregat y Mataró, donde cerca de la mitad de la población asegura verse afectada. Más allá de las sensaciones que los ciudadanos trasladan en una encuesta, los datos del Ministerio del Interior reflejan que son varias las ciudades catalanas que se sitúan entre las que más infracciones penales por habitante registran, con El Prat de Llobregat a la cabeza.

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Los problemas son muy variados y cada uno puede tener más o menos importancia, por eso existen muchas formas de intentar medir la calidad de vida de las personas y todas tienen cierta carga de subjetividad. En el siguiente mapa, dibujamos un índice de satisfacción a partir de siete variables de problemas y otras cinco sobre cercanía a distintos servicios en las ciudades. El color rojo indica que, en comparación con otros, la puntuación de ese municipio es peor.

En general, las ciudades costeras puntúan peor, entre otros factores, por la mayor incidencia del turismo y los ruidos. Una investigación publicada en 2019 analizó las diferencias de los impactos del turismo en los destinos de playa y los de interior, preguntando a los vecinos de esas ciudades cómo les afectaba. El artículo concluía que los residentes en las zonas costeras perciben de forma más negativa esta actividad que aquellos que residen en destinos de interior, sobre todo por la masificación y de impacto ambiental.

"No se trata de ir en contra del turismo", dice Clara Martín, doctora en Turismo y profesora en la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid y autora del estudio. Para la experta, lo importante es la buena planificación y gestión de esta actividad para determinar cuántos visitantes queremos para nuestras ciudades. "El de la turismofobia es un discurso muy tendencioso", afirma. "La pregunta que hay que hacerse antes de nada es: ¿cuántos turistas son demasiados?", reflexiona Martín.

En su estudio, las autoras preguntaron a los residentes en zonas turísticas por los efectos, tanto negativos como positivos, percibidos por los vecinos. A diferencia de este planteamiento, el INE preguntó por problemas en el entorno de la vivienda principal. Las zonas más turísticas, al final, parten con cierta desventaja en este índice porque cuentan con más hogares afectados por dos de las variables analizadas, que están a su vez relacionadas: las molestias por turismo y el ruido.

El gráfico muestra que existe cierta relación entre estos dos problemas. Barcelona destaca por ser la ciudad con más proporción de casas que se quejan del ruido y de afecciones por turismo. Pero también Ibiza y Valencia están entre las más afectadas por ambas cuestiones.

En el mapa, también se ve un efecto en los municipios cercanos a grandes ciudades. Por ejemplo, Majadahonda, Boadilla del Monte o Pozuelo, todas ellas en Madrid, figuran entre las zonas con menos problemas en el entorno de los hogares. También en Barcelona, las ciudades del área metropolitana tienen valores más positivos en esta media de calidad de vida.

Tampoco es lo mismo vivir en un edificio de varias plantas que en una vivienda unifamiliar, especialmente si hablamos de ruidos

No pasa desapercibido que el ranking de municipios guarda mucha relación con el nivel de renta. Salvo excepciones como Madrid o Barcelona, que quedan más abajo de lo que les tocaría si solo se mirase este factor económico, las ciudades que mejor puntúan están entre las que mejores niveles de renta tienen. Y al revés, las localidades más al sur, menos ricas, arrojan una valoración peor de su entorno.

Tampoco es lo mismo vivir en un edificio de varias plantas que en una vivienda unifamiliar, especialmente si hablamos de ruidos. Los datos de la encuesta apuntan que cuantas más plantas tiene un edificio, más ruidos hay: solo un 19% de la gente que vive en chalets acusa este problema, frente al 37% de los que residen en bloques de diez o más viviendas. La otra gran diferencia, a la inversa, se da en cuanto a las malas comunicaciones. Ahí, vivir en un piso suele ser una ventaja, ya que lo habitual es que las opciones de transporte público y movilidad sean mejores.

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El INE elabora su propio indicador de calidad de vida, aglutinando hasta 55 variables repartidas en nueve dimensiones. Pero este cálculo, uno de los más completos de este tipo de índices, solo permite comparaciones entre comunidades autónomas. Aunque las conclusiones son relevantes, este tipo de índices, incluso a nivel municipal, no reflejan las desigualdades que se dan dentro de las propias ciudades, donde la calidad de vida es muy distinta en unos barrios o en otros.

En líneas generales, la foto que dibuja este indicador no es muy distinta de la del mapa de este artículo: la calidad de vida es más elevada en Navarra, La Rioja y Aragón y peor en Ceuta, Andalucía y Canarias. Esta visión más agregada sitúa a Madrid como la región donde la sanidad tiene más puntuación. Los indicadores que determinan esta puntuación miden desde la esperanza de vida hasta el índice de masa corporal o la realización de ejercicio, pasando por la cobertura sanitaria de la región.

También, según este índice, País Vasco es la comunidad autónoma donde la educación está mejor valorada. La dimensión de ocio y relaciones sociales mide la satisfacción con el tiempo libre o las relaciones interpersonales, y en ese aspecto es la ciudad autónoma de Melilla la que arroja mejores cifras. Los sitios con una mejor "experiencia general de la vida", basado en los sentimientos positivos, la satisfacción con la vida o los propósitos, son Baleares, Aragón y Melilla. Las regiones más pesimistas en este aspecto son Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha, por ese orden.

La movilidad, factor asociado a la calidad de vida

Así como sí existen diferencias cuando se analizan las preocupaciones por el entorno en los hogares de las ciudades, las que hay en el acceso a los principales servicios no son muy relevantes. En todos los municipios de más de 50.000 habitantes, la inmensa mayoría tiene colegios, hospitales, supermercados, farmacias o zonas de ocio cerca de casa.

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Para José Javier Ramasco, miembro del Instituto de Física Interdisciplinar y Servicios Complejos y experto en análisis de movilidad, científico titular del CSIC, "una organización [de las ciudades] mucho más centralizada, asegura que la gente esté más cerca de los servicios" y, por tanto, "pueda disfrutar de una mayor calidad de vida". En España, la mayoría de las ciudades cumplen con estos requisitos, ya que sigue en mayor o menor medida el modelo clásico de ciudad europea jerarquizada en el que "las tiendas o los servicios médicos están bastante bien distribuidos en el espacio".

"Las tiendas o los servicios médicos están bastante bien distribuidos en el espacio"

Un estudio liderado desde el CSIC y en el que participó Ramasco revelaba precisamente que las ciudades con una movilidad más concretada tenían mayor calidad de vida. Para ello, se analizó la movilidad en 174 ciudades repartidas por todo el mundo. Madrid era de las pocas ciudades españolas que mostraban un patrón similar al de algunas estadounidenses, por lo general más descentralizadas. "Tienes empresas como Telefónica, BBVA o Santander que están en la periferia", apunta Ramasco para explicar por qué en la capital la movilidad no depende tanto del distrito centro como en otras ciudades. Esta situación provoca núcleos dispersos de población y la obligación de utilizar el coche con mayor frecuencia.

Pero las diferencias llegan cuando se comparan las grandes ciudades con los municipios más pequeños. En los de menos de 50.000 habitantes, cerca del 80% tiene hospitales o centros de salud cerca, mientras que, en las grandes ciudades, el 94% de la población está cubierta.

Uno de los hallazgos del trabajo del CSIC sobre la movilidad y la calidad de vida está precisamente relacionado con la salud. La proximidad a los hospitales está intrínsecamente relacionada con la supervivencia del enfermo: "Si tienes un ataque al corazón, necesitas atención médica inmediata para poder sobrevivir. [En el estudio] veíamos que, si la ciudad estaba más centralizada, la gente estaba más cerca de servicios médicos y tenían mayor probabilidad de sobrevivir".

También hay un gran salto en cuanto la disponibilidad de supermercados cercanos dependiendo del tamaño de la población. Pero si hay un servicio transversal en España cuyo acceso no depende de si el municipio es grande o pequeño, ese es la restauración. Por encima de las farmacias o los colegios, el bar articula el territorio: el 93% de los hogares tiene al menos uno cerca.