De Marbella a Suellacabras: los ayuntamientos que más impuestos recaudan

En 2021, Marbella, uno de los principales enclaves turísticos de la Costa del Sol, recaudó a través del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) 832,3 euros por habitante. Esta cantidad per cápita es una de las más altas del país y se refleja en la importancia que este tributo tiene para el consistorio: el 40% de los ingresos de la ciudad depende del IBI. Las causas parecen obvias: un municipio con buena proporción de grandes mansiones puede recaudar más por gravar estas viviendas. Además, el precio medio del metro cuadrado ha subido un 43% en cinco años. Las nuevas promociones de urbanizaciones y casas de lujo en barrios como El Rodeo no hacen más que revalorizar la zona.

La localidad costera es la primera de entre los municipios de más de 75.000 habitantes en España en la recaudación de este tipo de impuesto, que grava el valor de los bienes inmuebles y que se paga en exclusiva a los ayuntamientos de cada localidad. Este impuesto es uno de los más importantes para las arcas de los consistorios en los municipios de la costa mediterránea, como ocurre con Gandía (Valencia), Mijas (Málaga) o Torrevieja (Alicante). En todos los casos, el IBI aporta a las arcas municipales más del 30% de sus ingresos totales.

La siguiente tabla es un resumen del porcentaje de algunas de las principales fuentes de ingresos de los municipios. Utilice el buscador para buscar su municipio o pruebe a ordenar la información de cada tipo de ingreso pulsando sobre su nombre.

A la hora de hacer las cuentas municipales, la realidad es muy distinta según el tamaño que tenga el municipio. En la España vaciada, el peso que tiene un impuesto concreto puede ser decisivo. Es el caso de Suellacabras, un municipio de 27 habitantes ubicado en la provincia de Soria. Desde el año 2012, ingresa cerca de 200.000 euros a través del IBI, en parte debido a los dos parques eólicos construidos en su término municipal, informó el Heraldo de Aragón. En 2021, la cifra se incrementó hasta los 211.000 euros, lo que supuso un 45,8% de sus ingresos y permitió, entre otras cosas, una inversión de casi 300.000 euros en vivienda y urbanismo.

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Otra de las vías de ingresos de los ayuntamientos es el impuesto de los vehículos de tracción mecánica (IVTM). Para poder circular, los dueños de coches, motos u otros medios de transporte tienen que abonar cada año una cantidad a las arcas municipales. En ciudades como Madrid o Barcelona, este dinero supone cerca de un 3% de todo lo que ingresa el municipio, y la media nacional se sitúa cerca del 4%.

Sin embargo, en algunas localidades el peso que tiene este impuesto es mucho más importante. En Rajadell (Barcelona), una localidad de poco más de 500 vecinos, más de la mitad de los ingresos llegó en 2021 gracias a este impuesto, una proporción desorbitada si se compara con la media. Este pueblo catalán es uno de los conocidos como paraísos fiscales de los coches.

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Lo mismo sucede en Las Rozas de Puerto Real, en Madrid, donde en 2021 había un total de 51.06 turismos censados, según datos de la DGT facilitados a El Confidencial, mientras que la población era de 555 habitantes: 92 coches por vecino. Allí, uno de cada cuatro euros de los ingresos depende de la recaudación de este impuesto. Estos municipios ofrecen tasas muy bajas del impuesto de circulación, lo que anima a empresas y particulares a empadronar ahí sus coches para pagar menos, aunque residan en ciudades cercanas.

Existe una relación entre el nivel de renta de los municipios y la cantidad total de ingresos percibidos. Muchos de los que más recaudan por habitante, como San Sebastián o Barcelona, están a su vez entre los que cuentan con niveles de renta más altos. Pero algunos impuestos tienen más importancia en esta relación, mientras que en otros la renta del municipio no afecta en la misma medida.

En el caso del IBI, aunque con matices, sí se puede decir que a más renta, más ingreso per cápita por este tributo. Sin embargo, cuando se trata del IVTM, la riqueza de los habitantes no guarda relación con que el ayuntamiento reciba más o menos dinero. De hecho, entre los municipios de más de 50.000 habitantes, El Ejido (Almería) es el que más ingresa por habitante gracias a este impuesto, mientras que la renta media de la localidad está entre las más bajas.

También las infracciones son una fuente de ingresos para los ayuntamientos. En grandes ciudades como Madrid, esta partida fue en 2021 un 4,3% de todo lo que el consistorio recibió. Pero en Martinamor (Salamanca) o Pinos Puente (Granada), la liquidación cerró con un 38,2% de los ingresos procedente de multas o recargos.

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El tamaño del municipio sí importa

En esta última legislatura, de los 7.319 municipios para los que hay datos, un 78,4% de ellos tuvieron más ingresos que en la pasada. En los extremos se sitúan Valverde de Campos, un pueblo de la provincia de Valladolid que el pasado año contaba con 81 habitantes y que experimentó una subida en sus ingresos del 845,7%, debido en parte a una entrada de capital en concepto de impuesto de construcciones en el año 2019 de más de dos millones de euros. Por otro lado, el municipio almeriense de Las Tres Villas, que pasó de unos 2,5 millones de euros en el periodo 2016-2018 a algo más de 850.000 en 2019-2021.

En las grandes ciudades, las diferencias entre periodos no son tan significativas, sobre todo porque cuentan con entradas de capital más importantes, por lo que un ingreso anómalo no produce los desequilibrios observados en los municipios rurales. Aun así, en algunos lugares, como Granada o Santa Cruz de Tenerife, los ingresos se incrementaron entre las dos legislaturas en un 11,57% y un 11,77%, respectivamente.

El número de vecinos de las poblaciones es determinante a la hora de hablar de los ingresos que cada municipio percibe, ya que tanto su cuantía como su origen varían de forma considerable dependiendo de si se trata de un pueblo de 100 o de 100.000 habitantes. De media, las localidades de más de 75.000 habitantes recaudan unos 1.100 euros en impuestos por habitante. La cifra para los que se encuentran por debajo de este límite es unos 750 euros superior.

Pero esa diferencia no debe entenderse como una ventaja para este segundo grupo, ya que, tal y como explica un estudio realizado por el Banco de España, los municipios de menor tamaño se benefician más de las transferencias realizadas por las comunidades y demás entidades locales, con el único fin de cubrir los gastos fijos de los servicios básicos que ofertan. Por ejemplo, el servicio de recogida de basuras en la ciudad de Madrid, que alberga a más de tres millones de personas, lo paga un mayor número de contribuyentes que en Patones, en la misma provincia, donde la población es de 536 habitantes.

“El tener una menor base recaudatoria (debido al menor valor de los inmuebles y de otros hechos imponibles gravados en los municipios rurales) disminuye la recaudación fiscal en dichos municipios, lo que redunda en un menor margen de autonomía financiera”, reza el estudio del Banco de España. Además, los ayuntamientos suelen fijar tasas impositivas más bajas para atraer a la población.

Muchas de estas localidades de menor tamaño, para poder hacer frente al coste de estos servicios, se organizan en mancomunidades, “una asociación legal entre varios municipios para brindar servicios y ejecutar obras de forma conjunta, favoreciendo el aprovechamiento de las posibles sinergias y economías de escala”.

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Por otra parte, los municipios de mayor tamaño, especialmente los mayores de 75.000 habitantes, tienen una dependencia más alta de los ingresos realizados a través de transferencias estatales, con los que se costean los sueldos de los trabajadores públicos, entre otras cosas. Barcelona y Madrid son de las que más se benefician, con unos ingresos por persona de 682 y 480 euros, respectivamente. A la cola se sitúan ciudades vascas y navarras, que obtienen sus ingresos a través de transferencias autonómicas, y aquellas con rentas más altas, como Pozuelo de Alarcón y Las Rozas, en Madrid.

Para los municipios de más de 75.000 habitantes, a estos ingresos procedentes del Estado y de la Seguridad Social se suma “una participación en determinados impuestos estatales, tales como el IVA o el IRPF, aunque se trata de una cuantía pequeña, de en torno al 15%”, tal y como explica José Manuel Cordero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura. El sistema está ideado de tal forma que aquellas ciudades con mayor población obtienen un mayor retorno de estas tasas. El experto estima que este planteamiento “supone diferencias bastante acusadas para las ciudades de más de 500.000 habitantes”, que son las que más se benefician.

Para los municipios más reducidos, la participación en estos tributos no tiene especial sentido, ya que “el desglose resultaría en cuantías relativamente poco relevantes”, afirma Cordero, al tener en cuenta que las tributaciones de sus habitantes no son más bajas, pero sí menores en número.