Es noticia
Feijóo zanja el debate interno del aborto y exhibirá el "feminismo del PP" con un gran acto el 8-M
  1. España
Génova defiende ahora la ley de Zapatero

Feijóo zanja el debate interno del aborto y exhibirá el "feminismo del PP" con un gran acto el 8-M

Génova respalda la ley de plazos pese a reconocer "sensibilidades" internas. El PP se autoerige en defensor de la "dignidad de la mujer" frente a la quiebra de la izquierda por el solo sí es sí

Foto: Protesta convocada por NNGG del PP en Madrid contra la ley del solo sí es sí. (EFE/Eduardo Oyana)
Protesta convocada por NNGG del PP en Madrid contra la ley del solo sí es sí. (EFE/Eduardo Oyana)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El Partido Popular ha situado la aplicación de la ley del solo sí es sí y la defensa de la mujer en el centro de su precampaña electoral. El Gobierno no ha logrado taponar aún una polémica que amenaza con agrietar también el movimiento feminista. En medio de ese caos, Feijóo quiere exhibir el "feminismo del PP" frente a una izquierda quebrada por el impacto de la ley Montero, para lo cual su equipo ha diseñado un gran acto por la mujer a las puertas del 8-M. Además, el líder popular zanjó este jueves el único debate que podía hacer zozobrar esa imagen renovada que el partido busca explotar de cara al 28-M: el PP respalda el derecho al aborto recogido en la ley de plazos, una norma "correcta en términos generales" que "merece mis respetos", aseveró. La determinación del gallego abre, además, una distancia sideral entre PP y Vox en esta cuestión.

Consciente de las grietas que históricamente ha habido dentro del partido sobre el aborto, Génova ordenó en primera instancia esquivar el debate a la espera de que el Tribunal Constitucional marcase el camino con la resolución del recurso que el PP presentó hace ya 13 años contra la ley impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero en 2010. En realidad, Feijóo se adelantó al fallo hace semanas. "Yo no puedo estar en desacuerdo con una ley de plazos", aseveró en una entrevista para El Confidencial, si bien señaló algunas discrepancias, como permitir que las menores aborten sin consentimiento paterno, como introduce la nueva legislación aprobada este miércoles en el Senado. Pero lo que ante este periódico enmarcó en una opinión personal, hoy se ha convertido en doctrina oficial del PP por el fallo del TC. "Hay que respetar la ley. Tema zanjado", resumen fuentes populares.

Foto: Alfonso Fernández Mañueco y Juan García Gallardo, tras la aprobación de los presupuestos de Castilla y León. (EFE/Nacho Gallego)

En el PP sobreviven aún sectores contrarios a que la interrupción voluntaria del embarazo se blinde como un derecho de la mujer, aunque asumen que la mayoría emigraron a Vox cuando Rajoy se negó a tumbar la ley de Zapatero pese a tener mayoría absoluta en el Congreso. En 2019, Pablo Casado se mostró partidario de volver a la ley de supuestos de 1985, aunque más tarde moduló su discurso y se mantuvo en la indefinición. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, defendió la misma postura en 2021, aunque lo hizo a título "personal". Y hace solo un año, la europarlamentaria del PP Isabel Benjumea criticó a Macron por reconocer el aborto "como un derecho" y no promover "la cultura de la vida". La dirigente forma hoy parte de la estructura de Génova, como responsable de Fondos Europeos.

El propio Feijóo reconoce la existencia de "sensibilidades" internas por las aristas "morales, éticas o religiosas" del aborto, pero sostienen en su entorno que el PP debe evolucionar con el "sentir de la mayoría social", aunque ello implique rectificar la postura del partido en el pasado. No en vano, el recurso de inconstitucionalidad contra la ley de plazos de Zapatero contó con la firma de Soraya Sáenz de Santamaría, Fátima Báñez o el propio Mariano Rajoy, encuadrados no precisamente en el ala más ideológica del partido. "Dictaminar la constitucionalidad de una ley que se aprueba hace una década es descontextualizar el propio contenido de la ley, y el sentimiento y la sensibilidad del pueblo español", resumió Feijóo.

Foto: Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta Yolanda Díaz. (EFE/Kiko Huesca) Opinión

Con ese cisma aparentemente sellado, el PP se ve en el derecho de reivindicarse como único defensor real de las mujeres frente a una coalición "en llamas" por la reforma de la ley del solo sí es sí. "No aceptaré ningún ataque a la dignidad de una mujer bajo las siglas del PP", se pronunció el propio Feijóo en Twitter, tras anunciar que emprendería acciones "inmediatas" contra el alcalde del PP en Villar de Cañas tras insultar gravemente a Irene Montero. La locución del líder popular resume esa redefinición "feminista" que Génova quiere exprimir de cara al 28-M.

En este contexto, el equipo de campaña del partido, liderado por Elías Bendodo y Borja Sémper, ultima un gran acto que el PP pretende colocar a las puertas del 8 de marzo. La ubicación aún está por decidir, pero los populares plantean otorgar especial protagonismo a las 20 candidatas del PP en capitales de provincia —21 si se suma la Diputación Foral de Bizkaia— para reivindicar el compromiso del PP con el feminismo, reflejado en su política local frente al Gobierno en pleno incendio de la coalición.

Foto: El debate de las políticas influyentes, en El Confidencial. (EFE)

El evento seguirá la línea del homenaje que rindió el PP el pasado fin de semana en Valencia, cuando dedicó una de las mesas de su reunión intermunicipal a reivindicar que fueron algunas de sus más veteranas exalcaldesas las que rompieron "techos de cristal" desde que José María Aznar comenzó a designarlas en 1995. Al escenario subieron exdirigentes como Celia Villalobos, Teófila Martínez o Luisa Fernanda Rudi, pero la auténtica protagonista fue la fallecida Rita Barberá —alcaldesa de Valencia durante 24 años—, homenaje con el que el partido quiso enterrar definitivamente las heridas del pasado.

Completaron la mesa otras candidatas del partido a las municipales de mayo, como Gema Igual, alcaldesa de Santander, o Natalia Chueca, la alcaldable de Zaragoza en sustitución de Jorge Azcón, que dio un paso a la política autonómica para tratar de tumbar a Javier Lambán en Aragón. Pero el objetivo del partido pasa ahora por dar foco al resto de aspirantes municipales y hacer un guiño feminista en la precampaña electoral frente al "daño irreparable" que, a juicio del propio líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha provocado la ley del solo sí es sí.

Foto: Pedro Sánchez se reúne en el Congreso con diputados y senadores socialistas.

La veintena de mujeres por las que el PP ha apostado para el 28-M para capitales de provincia choca, no obstante, con las cifras de paridad en otros ámbitos del partido. Por ejemplo, de los 14 candidatos autonómicos —incluyendo Ceuta y Melilla— que se examinan en mayo, solo hay cuatro mujeres: Isabel Díaz Ayuso (Madrid), María Guardiola (Extremadura), Marga Prohens (Baleares) y María José Sáenz de Buruaga (Cantabria). Y solo dos asoman en el comité de dirección de Feijóo: Cuca Gamarra, secretaria general y portavoz parlamentaria, y Carmen Navarro, responsable de Políticas Sociales y recién elegida secretaria cuarta de la Mesa del Congreso.

Cuando aterrizó en la séptima planta de Génova, Feijóo situó la economía como eje central de su gestión, convencido de que sería el tema que le llevaría mecido a la Moncloa. Pero las consecuencias de la ley del solo sí es sí —que ha dejado ya un reguero de más de 400 rebajas de condenas a agresores sexuales— han centrado toda la atención del PP desde que arrancó el año. Prácticamente, no hay discurso de los principales portavoces del partido en que no se aluda a la "soberbia" del PSOE por su tardanza en reformar la norma o a los "insultos" de Unidas Podemos a los jueces. "El universo de mujeres que pueden ver disminuidas las penas de sus agresores está en el entorno de más de 4.000", aseguró Feijóo este jueves, elevando, por tanto, el contador de atenuantes e incidiendo en el "mal irreparable" y en la "desprotección" de las mujeres.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso,y el consejero madrileño de Presidencia, Justicia e Interior, Enrique López. (EFE/Jiménez)

Con todo, el PP ha tendido una mano al Ejecutivo para modificar el Código Penal y frenar las rebajas de penas a violadores, incluso aunque el punto de partida sea la proposición de ley que registró el PSOE esta semana y no la que los populares llevaron a la Cámara Baja el pasado mes de diciembre. En Génova insisten en que ambos textos son "calcados", a excepción de dos disposiciones transitorias que estudian los servicios jurídicos de los populares, y estarían dispuestos a facilitar con su voto la tramitación de la modificación legislativa. Desde el principio, el socio mayoritario de la coalición no quiso mirar a su derecha, pero el bloqueo de Unidas Podemos y el rechazo de sus aliados habituales fuerzan al PSOE a valorar, al menos, un acercamiento a Núñez Feijóo.

Los populares asumen que el nuevo incendio del Gobierno provocará que la reforma no vea la luz al menos hasta marzo. Los populares denuncian la tardanza del Ejecutivo en activar el trámite, pero reconocen también que la polémica, que podría alargarse hasta el 8-M, provoca un desgaste electoral considerable para el PSOE —también para los barones socialistas que se enfrentan a las urnas en mayo— e insufla al PP ventaja en las encuestas.

El Partido Popular ha situado la aplicación de la ley del solo sí es sí y la defensa de la mujer en el centro de su precampaña electoral. El Gobierno no ha logrado taponar aún una polémica que amenaza con agrietar también el movimiento feminista. En medio de ese caos, Feijóo quiere exhibir el "feminismo del PP" frente a una izquierda quebrada por el impacto de la ley Montero, para lo cual su equipo ha diseñado un gran acto por la mujer a las puertas del 8-M. Además, el líder popular zanjó este jueves el único debate que podía hacer zozobrar esa imagen renovada que el partido busca explotar de cara al 28-M: el PP respalda el derecho al aborto recogido en la ley de plazos, una norma "correcta en términos generales" que "merece mis respetos", aseveró. La determinación del gallego abre, además, una distancia sideral entre PP y Vox en esta cuestión.

Partido Popular (PP)
El redactor recomienda