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"La industria militar americana es la que está sacando tajada de la guerra de forma descarada "
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teniente general (r) Juan Montenegro

"La industria militar americana es la que está sacando tajada de la guerra de forma descarada "

El teniente general (r) Juan Montenegro, representante español ante los comités militares de la OTAN y de la UE hasta 2021, conversa con El Confidencial sobre la industria de defensa, la situación en Ucrania y sobre los Leopard

Foto: Saludando a las fuerzas españolas de la Presencia Avanzada Reforzada OTAN en la Base Adazi de Letonia, en marzo 2020. (Cedida)
Saludando a las fuerzas españolas de la Presencia Avanzada Reforzada OTAN en la Base Adazi de Letonia, en marzo 2020. (Cedida)

Hasta 2021, el teniente general Juan Montenegro ejerció como representante español ante los comités militares de la OTAN y de la Unión Europea. En ese puesto, muchas veces tuvo que morderse la lengua porque las cifras mostraban, una y otra vez, un exiguo esfuerzo presupuestario de nuestro país con los estándares de inversión de la Alianza; un factor que deslucía el pleno compromiso de los militares españoles en las misiones internacionales de la organización. Ahora que la guerra en Ucrania ha hecho que los gobiernos de Europa refuercen sus partidas de defensa, se abre una ventana de oportunidad para actualizarnos. Sin embargo, advierte Montenegro, la industria nacional —y europea— debe ponerse las pilas si no quieren que sus competidores estadounidenses la deje fuera de juego.

Montenegro, ahora asesor de defensa en la consultora tecnológica Inetum tras pasar a reserva, analiza el conflicto desde sus más de 40 años de servicio, destinado en el Grupo de Artillería de Montaña LXI en Lérida, el Cuartel General de la División Mecanizada Brunete Nº1 en Madrid y el Estado Mayor del Ejército, entre otros. También, a través de su experiencia en el Ministerio, donde sirvió como asesor técnico del secretario de Estado de Defensa (2004-2009), y su labor en misiones internacionales, desde varias operaciones en los Balcanes a la jefatura de la División de Operaciones del Eurocuerpo en Estrasburgo. Con este bagaje, conversamos con Montenegro sobre los desafíos y oportunidades para el sector de defensa nacional, las perspectivas de la ofensiva rusa en Ucrania y su experiencia con la adaptación de los Leopard 2A4 alemanes a España en los 90.

PREGUNTA. La industria de defensa va a vivir un boom sin precedentes, pero el sector llega con problemas significativos de acceso a materia prima, cadenas de suministro y mano de obra. ¿Crees que España y nuestra industria están preparadas para digerir este aumento del presupuesto militar, con tantos países y empresas aumentando gasto y producción al mismo tiempo?

RESPUESTA. Eso no lo sabremos hasta que no lo pongamos en marcha. Vamos a tener infinitos problemas. Para empezar, la propia Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, que es la que hace la contratación y el seguimiento a todos los programas, se tiene que reforzar porque no tiene gente para contratar todo lo que tiene que contratar. Y hay que presionar a la industrial nacional para que sea capaz de proporcionar todo eso; porque si no es la española, acabará siendo otra. Y aquí siempre está la industria militar americana, que es la que está sacando tajada de esto de forma descarada.

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P. La industria estadounidense está mucho más acostumbrada a manejar grandes pedidos, aumentos de producción súbita por conflictos y tiene, en general, mucho más músculo industrial y político que la europea. ¿Qué pueden hacer nuestras empresas ante este poderío?

R. La industria europea debería evolucionar dentro de sus capacidades y encontrar sus nichos de excelencia, que es lo que venimos diciendo muchos años. Por ejemplo, Europa tiene la capacidad técnica para estar haciendo drones de todo tipo y no lo está haciendo. Están comprando drones de Irán, de Taiwán, de 1.000 sitios más; pero no a la industria europea. No solo drones. Tendría que tener capacidad de producción de munición, apoyo logístico y carros y vehículos de combate. Pero como hemos sido bastante pacifistas últimamente, no nos hemos actualizado.

placeholder Cabina de un Boeing E-3A Airborne de alerta temprana en la base aérea de la OTAN en Geilenkirchen, Alemania. (Cedida)
Cabina de un Boeing E-3A Airborne de alerta temprana en la base aérea de la OTAN en Geilenkirchen, Alemania. (Cedida)

P. ¿Nos está pasando factura el no haber invertido más, siendo España uno de los países que menos gastan en defensa como porcentaje del PIB?

R. En España, efectivamente, estamos a la cola de las inversiones en defensa, con un presupuesto muy pequeño del 1,2% del PIB, el más bajo de los países de la Unión Europea con respecto a su peso político. Sin embargo, no se nos debería medir solo por eso. Se nos tienen que pedir por lo que yo llamo las tres ces. La primera C es el cash, el presupuesto. Aquí estamos muy mal, aunque vamos mejorando. La segunda C son las capacidades que ponemos a disposición de la OTAN y de la Unión Europea, porque hay países que teniendo muchas capacidades, no aportan nada. En cambio, nosotros sí. Y luego las contribuciones a las operaciones y a las misiones. Y España, para el tamaño de sus Fuerzas Armadas, contribuye mucho a todas las operaciones. Estamos en Letonia, estamos en Irak, en varias misiones de la OTAN y en todas y cada una de las operaciones de la Unión Europea. Ahora, eso sí, sentado en el comité militar (de la OTAN y UE), esta postura es muy difícil de defender con el presupuesto que teníamos de defensa.

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P. A la hora de hacer estas inversiones has comentado en varios foros y artículos la necesidad de que los países y empresas saquen lecciones del conflicto en Ucrania, empezando por España.

R. Sí, hay que aprender al menos cuatro lecciones. La necesidad de ganar la batalla de la información y el reconocimiento con drones, actualizar nuestras fuerzas al combate multidominio en la nube, la reivindicación de las unidades acorazadas y mecanizadas y la necesidad de un mejor abastecimiento de munición. Por ejemplo, tras el conflicto en Alto Karabaj, entre Azerbaiyán y Armenia, se hablaba de que, con los drones, los tanques ya no tenían futuro. Y no es verdad, estamos viendo que son absolutamente necesarios para una guerra moderna. Ucrania tiene que expulsar a miles de rusos que se han atrincherado en gran parte de su territorio y no basta solo con golpearlos con la artillería. Necesitan unidades de tanques para romper estas líneas y abrir paso a la infantería para que recupere el terreno perdido.

P. También has hablado del tema de la munición. Parece que se nos había olvidado hasta lo más básico de la guerra, como las balas, y ahora vemos que nuestra capacidad de producción no está al nivel esperado.

R. Sí, en España este tema se nos ha ido un poco de las manos y teníamos poca munición. No vamos a entrar en detalles, porque son secretos; pero ahora mismo, con el esfuerzo inversor del presupuesto de defensa del Gobierno, sí que vamos a comprar todo tipo de munición y misiles. Se ha demostrado que, muchas veces, las guerras o conflictos no van a ser tan cortos como pensábamos en un principio. La guerra de Ucrania ya va por un año, lo cual es un disparate.

P. Muchos analistas también enterraron prematuramente al carro de combate al principio de esta guerra y ahora está en el centro de la conversación.

R. Las unidades acorazadas están ahora más de moda que nunca porque Ucrania, la única manera que tiene de recuperar la iniciativa es con un puño de hierro a sus órdenes. Es decir, unidades acorazadas que le permitan avanzar y ocupar el terreno con una infantería blindada, protegida y armada. Es decir, con carros de combate.

Foto: F16 Block 30 de la USAF. (USAF)

P. Puede que algunos sectores del público tengan expectativas exageradas en la llegada de los carros occidentales a Ucrania. Algunos analistas calculan que Ucrania podría estar perdiendo hasta más de una docena de tanques el mes, ya que son un objetivo muy goloso para el enemigo.

R. Solo con los carros de combate no cambias el curso de la guerra. Solo con estos carros de combate no terminamos la guerra este año. Hacen falta muchas más cosas.

P. ¿Poder aéreo?

P. Los aviones de combate, igual que los misiles tácticos de largo alcance, serían un paso en la escalada de la OTAN con Rusia tremendo, porque significaría darle a Ucrania la capacidad de entrar en Rusia y bombardear objetivos en su territorio rutinariamente. Eso nos llevaría a una guerra de otras dimensiones. Eso es muy peligroso.

placeholder Base Adazi en Letonia, con las fuerzas españolas de la Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN en marzo de 2020. (Cedida)
Base Adazi en Letonia, con las fuerzas españolas de la Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN en marzo de 2020. (Cedida)

P: Entonces, ¿qué más pueden ofrecer los arsenales de la OTAN a Ucrania?

R: Con lo que se ha comprometido, más toda la munición que hay que seguir dándole a Ucrania, sería suficiente para mantener la guerra como está. Si se consiguen mandar muchas más unidades de carros, eso puede permitirle a Ucrania lanzar una ofensiva y cortar el acceso a Crimea por tierra. Pero estamos hablando de meses y meses y meses.

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P: Comentabas recientemente que, pese a ser artillero, fuiste “vecino” de los Leopard 2A4 que ahora están en los titulares y que la adaptación del carro alemán en España no fue tan sencilla. ¿Cómo fue la experiencia?

R: En el año 96, era comandante del Estado Mayor en la División Mecanizada Brunete Nº 1 cuando llegaron dos batallones de carros de combate, 108 Leopard 2A4 que vinieron de Alemania. La mitad se fue a la Brigada 10 de Córdoba y la otra mitad a la Brigada 11 de Badajoz. Venían de Alemania en estado operativo, pero llevaban un tiempo almacenados. Hicimos todo el proceso para ponerlos a punto. Luego se empezó a instruir a todas las tripulaciones en el manejo de esos carros, que es complicado. Yo estaba en logística y, aparte de instruir a todos los mecánicos, tuvimos que comprarle a los alemanes toda la cadena de repuestos más toda la munición. Además, tuvimos que cambiar todas las herramientas de los talleres de mantenimiento, porque las que teníamos era para los M60 americanos y no valían para los Leopard europeos. Hubo que traducir hasta las chapas indicativas de la cabina y las instrucciones.

P: Eso, aplicado ahora a Ucrania con varios modelos de carros y blindados occidentales, parece que va a ser todo un desafío.

Los europeos van a mandar Leopard. Los ingleses, una compañía de 14 carros de combate Challenger y los americanos, 31 Abrams, dos compañías. Estos son totalmente distintos, son otro mundo. No tienen motor diesel, tienen una turbina que se alimenta con combustible de aviación. Eso es un problema para los ucranianos, como también lo es el apoyo logístico y los mecánicos, porque no se puede mantener tres tipos de tanques diferentes. Además de los que ya tenían, carros soviéticos T-72 y T-90. Van a tener que cambiar hasta las herramientas, que no valen para los Leopard y mucho menos para los Challenger o los Abrams, que están en pulgadas. Una pesadilla logística.

Foto: Soldados ucranianos remolcan un tanque ruso en Donetsk. (Reuters/Gleb Garanich)

P: España tenía medio centenar de Leopard A4 más de 10 años en un almacén. Mucha gente no entiende qué sucedió, por qué esos carros estaban en estado “lamentable”, como describió la ministra Margarita Robles.

R: La idea era quitarles la torre con el cañón, que pesa un montón de toneladas, y convertirlos en carros de ingenieros, con palas, cucharas, lanzapuentes, porque todo lo que tenemos en las unidades de ingenieros para facilitar el paso de ríos o la apertura de caminos, son materiales norteamericanos más antiguos. Y entonces se pensó en modificar esos carros.

P: ¿Y por qué no se acabaron esas modificaciones?

R: No lo sé. No entraron en el presupuesto en esos años y se tomaría la decisión de no completar la modificación. Pero eso no es fundamental. Al final, de todos esos 108 carros Leopard A4 que tenemos, la mitad están en Ceuta y Melilla, en los regimientos de caballería, y la mitad están en casetas almacenados. ¿Es posible arreglar esos carros para ponerlos a punto y mandarlos a Ucrania? Por supuesto.

P: ¿Cuánto tiempo se tarda en reparar un tanque?

R: No soy experto, pero depende del estado. Pero hay que desmontar el tanque prácticamente entero y volverlo a montar. Hay que ajustarlo. Necesita su tiempo. ¿Pero que los carros podrían estar en Ucrania en primavera, como ha dicho la ministra (Robles)? Sí, es perfectamente posible.

Foto: Almacén de Leopard 1 en Tournais, Bélgica. (Reuters/Yves Herman)

P: ¿Qué papel van a jugar los carros occidentales en Ucrania?

R: Hace unos meses, Ucrania llevaba la iniciativa y atacaba en vario puntos. Ahora se ha parado y Ucrania ha perdido la iniciativa. La iniciativa es fundamental en la guerra y ahora la tienen los rusos, que están conquistando pueblos en el área de Bakhmut, Soledar. Están avanzando, mientras los ucranianos han sacado unidades del sur para llevarlas a Bakhmut y evitar que los rusos penetren por allí, y mantienen también unidades en el norte para evitar cualquier posible ataque desde Bielorrusia que ponga en peligro Kiev. Ucrania va a remolque y la única forma de recuperar la iniciativa es que tenga la potencia que te dan las unidades acorazadas, los carros de combate.

P: Entiendo que en unidades combinadas.

R: Exacto. Los carros de combate no van nunca solos, tienen que ir acompañados de unidades de infantería mecanizada, con vehículos de combate blindados sobre cadenas o sobre ruedas para que la infantería pueda avanzar junto a los carros. De esos a Ucrania les hemos dado más de 250 unidades de varios tipos, alemanes, americanos, ingleses y otros países. Luego necesitas la artillería, que también la tienen. Porque además de los lanzamisiles HIMARS, Estados Unidos y otros países han mandado obuses de 155 milímetros y munición. Pero en Ucrania, todo lo que entra por el oeste se dispara por el este en 24-48 horas. Mientras, Rusia parece que tiene almacenes de munición, por lo visto, inagotables, porque siguen tirando de todo. Es una carrera por la munición. Y si alguno la pierde, será el punto de inflexión en la guerra.

Hasta 2021, el teniente general Juan Montenegro ejerció como representante español ante los comités militares de la OTAN y de la Unión Europea. En ese puesto, muchas veces tuvo que morderse la lengua porque las cifras mostraban, una y otra vez, un exiguo esfuerzo presupuestario de nuestro país con los estándares de inversión de la Alianza; un factor que deslucía el pleno compromiso de los militares españoles en las misiones internacionales de la organización. Ahora que la guerra en Ucrania ha hecho que los gobiernos de Europa refuercen sus partidas de defensa, se abre una ventana de oportunidad para actualizarnos. Sin embargo, advierte Montenegro, la industria nacional —y europea— debe ponerse las pilas si no quieren que sus competidores estadounidenses la deje fuera de juego.

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