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Necesitan mucho más que carros: la 'bendita pesadilla' logística del nuevo poder blindado ucraniano
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una carrera de obstáculos operativa

Necesitan mucho más que carros: la 'bendita pesadilla' logística del nuevo poder blindado ucraniano

La cornucopia de vehículos de distintos países y filosofías de diseño podría terminar siendo una pesadilla logística para Ucrania y una carrera de obstáculos para formar a sus militares y operarlos con eficacia en la batalla

Foto: Soldados ucranianos remolcan un tanque ruso en Donetsk. (Reuters/Gleb Garanich)
Soldados ucranianos remolcan un tanque ruso en Donetsk. (Reuters/Gleb Garanich)

La guerra en Ucrania presenta la curiosidad de que los pasos a seguir por ambos bandos son de sobra conocidos por el público general. Se esperan acciones ofensivas de Rusia y Ucrania tan pronto las condiciones meteorológicas lo permitan. Es más, sabemos que en Ucrania se considera importante recuperar el control del corredor terrestre que conecta las fronteras internacionalmente reconocidas de Rusia con la península de Crimea. Un corredor que tiene su nodo de comunicaciones central en la ciudad ucraniana ocupada de Melitópol. Por su parte, Rusia aspira a controlar la totalidad de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk en sus límites previos a 2014.

Anticipando esa prevista ofensiva de primavera, los aliados de Ucrania están en proceso de entregar —o se han comprometido a enviar— una gran variedad de vehículos blindados. Lejos de ser la solución mágica que ayude a Kiev a ganar la guerra, la amplia diversidad de vehículos de distintos países y distintas filosofías de diseño podría terminar convirtiéndose en una pesadilla logística para el Gobierno y en un carrera de obstáculos para el Ejército ucraniano a la hora de formar a sus militares y operarlos con eficacia en el campo de batalla.

Más allá de los carros de combate

La llegada de carros de combate occidentales, tan deseados por los ucranianos, ha avivado la imaginación sobre el papel que puedan jugar en la próxima fase de la guerra. Pero estos equipos son solo una pieza de la compleja maquinaria que suponen las operaciones militares de fuerzas blindadas en una guerra contemporánea.

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La paradoja de que sean de conocimiento público las expectativas ucranianas de poder lanzar operaciones ofensivas de primavera ha dado tiempo a las fuerzas rusas de preparar el terreno. Las fotos de satélite muestran obras de fortificación y el levantamiento de obstáculos en casi toda la línea de frente en Ucrania, pero también en la frontera internacional del lado ruso. Los obstáculos más conocidos, por la amplia difusión de vídeos e imágenes de su instalación, son los dientes de dragón. Se trata de una figura de hormigón reforzado con forma troncopiramidal que se coloca para frenar o detener el avance de vehículos blindados para que puedan ser abatidos por las fuerzas defensivas con armamento anticarro.

Los dientes de dragón son los obstáculos más vistosos, pero no los únicos. También se han cavado zanjas y, presumiblemente, se han sembrado enormes campos de minas. El primer desafío para Ucrania, por tanto, es contar con los medios para atravesar esas zonas de obstáculos.

El contraataque lanzado por las tropas ucranianas el 29 de agosto de 2022 en la margen occidental del río Dinéper, y que terminó con la liberación de la ciudad de Jersón el 11 de noviembre, tuvo un arranque lento y costoso. Aquella campaña tuvo, además, una particularidad. Las tropas rusas se encontraban a la defensiva en una cabeza de puente al otro lado de un ancho río y con su maquinaria de guerra alimentada por los convoyes logísticos que atravesaban únicamente dos cruces.

Foto: linea-wagner-trincheras-antitanque-rusia-ucrania

La ofensiva ucraniana sobre Jersón se convirtió en una competición entre los artilleros ucranianos y los zapadores rusos. Los primeros trataban de dañar los puentes, pontones y barcazas rusas que permitían a los rusos trasladar suministros de un lado al otro del río, los segundos trataban de repararlos y poner en marcha alternativas. La situación era evidentemente insostenible para las fuerzas rusas. Y ya el general Serguéi Surovikin, al tomar el mando de la operación militar rusa el 8 de octubre de 2022, anunció decisiones dolorosas que anticipaban la retirada rusa.

En la próxima ofensiva, las fuerzas ucranianas no contarán con la ventaja que dispusieron en su campaña para liberar la ribera occidental del Dniéper. Y el sur de Ucrania también es una región de llanuras de vegetación baja que ofrece ventaja al defensor que disponga de drones de vigilancia del campo de batalla, artillería y armamento anticarro frente a un enemigo que opere en campo abierto. Precisamente, el Ejército ucraniano requerirá algo más que carros de combate como punta de lanza y vehículos de combate de infantería de acompañamiento. Las fuerzas ucranianas van a necesitar una gama amplia de vehículos adicionales para poder romper las líneas rusas, que han estado siendo reforzadas durante meses.

La heterogénea familia del Leopardo

placeholder Kodiak holandés.
Kodiak holandés.

Si nos centramos en la familia del carro de combate Leopard 2, tenemos que pensar inmediatamente en la variante de zapadores Kodiak. Se trata de un vehículo que, partiendo del chasis del Leopard 2 y sin la torreta con cañón, cuenta con una pala empujadora y una retroexcavadora. Este tipo de vehículo sirve para crear o destruir obstáculos, especialmente zanjas. Pero para lidiar con los campos de minas rusos, hará falta material adecuado.

Al parecer, Ucrania recibiría equipos de la empresa británica Pearson Engineering, especializada en vehículos y material para zapadores. Recordemos que durante la guerra de Afganistán pudimos ver en acción una variante del carro de combate M-1 Abrams que, mediante un cohete, lanza una manguera explosiva que detona por simpatía las minas y artefactos explosivos enterrados en el área.

placeholder Leopard 2 lanzapuentes Leguan.
Leopard 2 lanzapuentes Leguan.

Siguiendo en la familia Leopard 2, también contamos con una variante lanzapuentes, que es capaz de tender un puente Leguan de hasta 26 metros. Y, por último, tampoco deberíamos olvidar la variante de recuperación Büffel (Búfalo). Se trata de un vehículo encargado de remolcar a otros vehículos Leopard 2 en caso de avería y que cuenta con una grúa capaz de levantar el motor para su reparación.

Como vimos al principio de la guerra, el Ejército ruso abandonó sobre el terreno gran cantidad de vehículos blindados por averías, falta de combustible o pánico entre las tropas. En el caso de las averías y los atascos en terreno impracticable, la falta de vehículos de recuperación entre las filas rusas obligó a dejar atrás valiosos materiales que terminaron siendo remolcados por los voluntariosos granjeros ucranianos con sus tractores.

placeholder Vehículo de recuperación alemán opera con un Leopard 2.
Vehículo de recuperación alemán opera con un Leopard 2.

La primera conclusión es que Ucrania va a necesitar más tipos de vehículos blindados que los carros de combate, que tantos titulares y debates han generado. Por tanto, que las fuerzas ucranianas sean capaces de romper el frente y abrir brechas en las líneas defensivas rusas no dependerá tanto de lo avanzados que sean frente a la tecnología rusa los carros de combate entregados por Occidente, sino de que sepan emplear de forma coherente todos los recursos necesarios para realizar operaciones con fuerzas blindadas en un campo de batalla actual. Hay que saber manejar las expectativas frente a la idea de que la llegada de los Leopard 2 o los Abrams es una solución tecnológica mágica que abra la puerta a una rápida victoria ucraniana. La avalancha de donaciones dispares a Ucrania de los países occidentales presenta una oportunidad, pero también un riesgo para Ucrania.

Cornucopia de donaciones, pesadilla logística

Era difícil de imaginar en el momento en que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022 que la guerra se extendería y estaríamos a punto de cumplir un primer año sin idea de cuándo va a acabar. Las desesperadas llamadas desde Ucrania pidiendo ayuda militar a Occidente con una lista de deseos extensa y ambiciosa se encontraron con repetidas negativas. Cazas, carros de combate y misiles antiaéreos de largo alcance eran sistemas complejos cuyo manejo con maestría requería de meses de adiestramiento. Además, existía el miedo de que un apoyo decidido de Occidente se considerara un casus belli por parte de Rusia contra la OTAN.

Así que, en un primer momento, se entregó principalmente material portátil. Los soldados ucranianos marcharon al frente a tender emboscadas a las columnas acorazadas rusas con una sorprendente variedad de lanzagranadas anticarro en un mismo pelotón o sección. Según reconocen desde la Casa Blanca y el Pentágono, la previsión era que Rusia tomara el control de Ucrania y se enfrentara a una larga campaña de resistencia. El material entregado a Ucrania tenía que poder ser cargado a la espalda por fuerzas especiales y guerrilleros.

Casi un año después del comienzo de la guerra, todos los límites mentales autoimpuestos por Occidente han sido superados. El material portátil dio paso a las piezas de artillería y cohetes. Luego llegaron los carros de combate de diseño soviético. República Checa y Polonia, entre otros, entregaron a Ucrania lotes de carros de combate T-72, en distintas variantes, que participaron en la campaña de Jersón. La barrera psicológica de entregar carros de combate a Ucrania ya fue superada entonces, pero no generó el impacto mediático que ha generado la entrega de Leopard 2, ya que su presencia en el campo de batalla solo llamó la atención al ojo entrenado. Se trataba, además, de material tecnológicamente por debajo del material ruso de primera línea.

Por el contrario, la futura llegada de carros de combate Leopard 2 y Abrams sí ha cautivado la imaginación del público. Verlos enfrentándose a fuerzas rusas es una escena visualmente muy poderosa que evoca todos los fantasmas de la vieja Guerra Fría. Sin embargo, la promesa de entrega de material blindado occidental viene con toda una serie de desafíos adicionales para las Fuerzas Armadas ucranianas.

Foto: EC Diseño
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Hasta la fecha, tenemos previsiones de que los países occidentales van a entregar diferentes lotes de carros de combate Abrams fabricados en Estados Unidos, Challenger 2 fabricados en Reino Unido y Leopard 2 fabricados en Alemania. De estos últimos, se plantea la entrega de distintas variantes. De entrada, los carros de combate occidentales emplean un calibre de cañón diferente a los carros de combate de diseño soviético que usa Ucrania. Los tres modelos occidentales mencionados emplean munición de 120mm, diferente a la de 125mm que emplean los T-72, T-64 y T-80 del Ejército ucraniano. Cabe mencionar que, si bien los Leopard 2 y Abrams emplean el mismo tipo de munición de 120mm, los Challenger 2 británicos usan un tipo diferente.

Si a esto añadimos la donación francesa de vehículos de ruedas AMR-10RC dotados de un cañón de 105mm, nos vamos a encontrar que, en un futuro cercano, un oficial ucraniano de intendencia va a tener que gestionar el transporte, almacenamiento y reparto de munición de distintos tipos (flecha anticarro, carga hueca, rompedora explosiva…) para cuatro calibres diferentes de cañón.

Si el panorama de distintos tipos de municiones resulta un desafío, imagínese que lo mismo se aplica al motor, transmisión y suspensión de cada tipo de vehículo, que requiere repuestos, herramientas y formación especializada para su reparación. Añadamos en la ecuación los complejos sistemas electrónicos de cada carro de combate. Tenemos la dirección de tiro, que es el sistema computerizado que asegura que el cañón alcance el blanco, y los sistemas de visión nocturna. El resultado es que el Ejército ucraniano va a tener que formar en tiempo récord a los tripulantes y mecánicos de una variedad enorme de carros de combate fabricados en tres países diferentes, cada uno con sus peculiaridades y su propia filosofía de diseño. Esos tripulantes y mecánicos no serán reemplazables. Los que reciban formación para emplear un carro de combate Leopard 2 no podrán ser destinados con urgencia a cubrir vacantes en una unidad con Abrams.

Superando las expectativas

Todo lo dicho aquí se aplica igualmente a los vehículos de combate de infantería, los blindados de cadenas para transportar tropas al frente de batalla acompañando a los carros de combate y que son el otro pilar de las operaciones mecanizadas. A Ucrania se le han prometido los vehículos M2 Bradley estadounidenses, CV90 suecos y Marder alemanes. Nuevamente, encontramos tres vehículos de origen diferente con un armamento principal diferente.

Foto: Blindado cazacarros AMX-10 RC. (4e RCh)

Es de esperar que este desafío logístico, que bien podría convertirse en una pesadilla logística, ha sido considerado por los países donantes y, hasta cierto punto, se ha buscado remedio. Se ha anunciado la donación a Ucrania de camiones estadounidenses y alemanes para mover vehículos pesados por carretera, lo que ayudará a llevarlos al campo de batalla, pero también traerlos de vuelta para reparaciones. Recientemente, se informaba de que en Polonia se trabaja las 24 horas en tres turnos para reparar las piezas de artillería autopropulsada Krab donadas a Ucrania.

Las piezas de artillería occidentales entregadas a Ucrania ayudaron a estabilizar el frente en la ofensiva rusa de la primavera de 2022 en el Donbás y fueron protagonistas de las anteriores contraofensivas ucranianas. Estas unidades fueron empleadas continuamente a su máximo alcance, sometiendo los cañones y mecanismos a un esfuerzo considerable, haciendo saltar las expectativas de empleo hechas sobre el papel en tiempos de paz. Lo mismo puede aplicarse a los propios militares ucranianos. Los responsables occidentales encargados de formar a los ucranianos en el manejo de armamento novedoso han encontrado que, para estos últimos, es un asunto verdaderamente de vida o muerte, por lo que están dispuestos a hacer jornadas intensivas y emplear horas y días de descanso. El espíritu humano nos puede dar, por tanto, alguna sorpresa.

La guerra en Ucrania presenta la curiosidad de que los pasos a seguir por ambos bandos son de sobra conocidos por el público general. Se esperan acciones ofensivas de Rusia y Ucrania tan pronto las condiciones meteorológicas lo permitan. Es más, sabemos que en Ucrania se considera importante recuperar el control del corredor terrestre que conecta las fronteras internacionalmente reconocidas de Rusia con la península de Crimea. Un corredor que tiene su nodo de comunicaciones central en la ciudad ucraniana ocupada de Melitópol. Por su parte, Rusia aspira a controlar la totalidad de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk en sus límites previos a 2014.

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